Cien años de la muerte de Pichichi, el origen del mito

“A Rafael Moreno ‘Pitxitxi‘. 1892-1922. Ejemplo de entrega a nuestro club y como homenaje a todos nuestros jugadores”, se lee, en castellano y en euskera, en la placa que acompaña al busto del primer gran goleador del fútbol español, el mítico Pichichi, que se encuentra en la entrada al túnel de vestuarios del nuevo San Mamés.

83 goles en 89 partidos disputados con el Athletic Club entre 1913 y 1921 convirtieron a este interior izquierda, natural de Bilbao, en ídolo y, posteriormente, y tras una muerte prematura, en leyenda.

Hoy en día, el capitán o la capitana del equipo que visita por primera vez San Mamés realiza una ofrenda floral al busto de este legendario goleador, una tradición que instauró, de forma improvisada, el MTK de Budapest el 1 de enero de 1927.

“Desde el punto de vista de la familia es un orgullo que se siga recordando su figura y que se le rinda homenaje“, afirma a AS Rafael Moreno, sobrino nieto del futbolista que hoy preside la Fundación Pichichi.

Una personalidad indiscutible, dentro y fuera del campo, definían a Rafael Moreno Aranzadi (Bilbao, 23 de mayo de 1892), apodado Pichichi, cuenta Alberto López Echevarrieta en el libro ‘Pichichi: Historia y leyenda de un mito’, porque “alguien lo llamó así en derivación de ‘pichón’ o ‘pichín’, terminología dedicada cariñosamente a personas allegadas de corta estatura“.

Hijo de Dalmacia Aranzadi y de Joaquín Moreno, un abogado que, siendo teniente alcalde de Bilbao, llegó a ejercer de alcalde de la villa durante unos meses, cuentan que Pichichi hacía novillos en los Escalopios —colegio religioso de Bilbao— para jugar al fútbol con los marineros ingleses.

Ahí curtió una técnica que le hizo experto en el dribling, lo que permitió su gran impacto futbolístico. “Jugador de mediana estatura, y escasas facultades físicas, pero muy rápido y poseedor de un dominio del balón tan extraordinario que cuando lo tenía en su poder no eran suficiente cuatro jugadores para quitárselo“, decía Mundo Deportivo sobre el interior izquierda que se convirtió, al tiempo, en sinónimo de gol.

Pichichi se incorporó al Athletic, equipo en el que estaría durante toda su trayectoria futbolística, en 1910, pero no empezó a destacar como jugador, hasta 1913. Y lo hizo a lo grande. Porque en su debut en partido oficial el 17 de marzo de ese año le marcó dos goles los primeros once minutos de partido al Real Madrid en Copa. Los rojiblancos lograron el pase a la final (3-0), en la que cayeron ante el Racing Irún. De nada sirvió un nuevo gol del atacante de Bilbao.

Así se inició la trayectoria goleadora de un Pichichi que como león llegó a anotar 83 tantos en 89 partidos y a levantar cuatro Copas del Rey (1914, 1915, 1916 y 1921). “Fue la primera estrella del fútbol en España”, cuenta, con admiración su sobrino nieto.

Pionero y genio. Y como tal fue ovacionado y vitoreado, pero también abucheado. San Mamés, cuya portería fue inaugurada por el propio atacante bilbaíno, se cebó con él tras un mal partido ante el Sparta de Praga y Pichichi, con 29 años, decidió no volver a jugar. Retirada prematura también para aquellos tiempos.

Pero antes de su retirada, Pichichi también había hecho historia con la Selección española. De hecho, Rafael Moreno formó parte del primer once de La Roja en un partido oficial, disputado ante Dinamarca en los Juegos Olímpicos de Amberes el 28 de agosto de 1920 en el estadio del Parque de la Unión St. Gilloise.

En aquel equipo inicial, que pasó a la historia del fútbol español, acompañaban a Pichichi los siguientes futbolistas: el también mítico Zamora; Samitier, Sesúmaga, Otero, Arrate, Belauste, Acedo, Eguiazábal, Patricio y Pagaza.

Veterano de aquella Selección, el atacante vasco fue de los pocos que jugó todos los partidos de aquellos Juegos Olímpicos, estrenando su cuenta goleadora en la final por el segundo puesto ante Países Bajos que España ganó por 1-3.

Aquel fue el primer y único tanto de Pichichi como internacional y le sirvió para colgarse una increíble medalla de plata. Aunque fuera joven, podía retirarse tranquilo.

A cien años de la muerte del mítico atacante del Athletic, hay diez datos curiosos que engrandecen, incluso un poco más, su figura.

1. No son pocos los futbolistas que han tenido fama de gustarles la noche. Pichichi también fue pionero en eso. “Le gustaba pasarlo bien. Era una figura dentro y fuera del campo y protagonista de la noche bilbaína en general”, afirma su sobrino nieto, que comparte nombre y primer apellido con el mítico futbolista.
2. Y hablando de sobrinos nietos, Pichichi guardaba este parentesco con el escritor Miguel de Unamuno que, cuentan, quiso iniciarle en el mundo de la filatelia para apartarle del fútbol, pero su intentona no cuajó.
3. El fútbol era su pasión y el atacante bilbaíno solía jugar con un pañuelo blanco, con cuatro nudos, en la cabeza, una prenda que se convirtió en icónica para los futbolistas vascos de la época.
4. Después de su retirada prematura, el mítico jugador del Athletic se colgó el silbato del cuello para dedicarse a arbitrar.
5. Pichichi falleció apenas un año después de su retirada sin haber cumplido siquiera los 30 años. Aunque no está clara la causa de su muerte, la versión más extendida es que fue por unas fiebres tifoideas provocadas por unas ostras en mal estado.
6. Ricardo Irezabal Goti, presidente del Athletic durante los periodos 1919-21 y 1923-26, fue quien propuso en junta general que fuera erigido un monumento en memoria de Pichichi, iniciativa que fue aprobada por unanimidad.
7. Por su parte, Quintín de Torre Berasategui, artista visual de temática variada, fue el encargado de realizar el busto en bronce del atacante, que ha tenido varias localizaciones a lo largo de los años: en la antigua grada de Misericordia, la tribuna principal, el palco de autoridades y, ahora, a la salida del túnel de vestuarios.
8. El primer club en realizar la tradicional ofrenda floral al busto de Pichichi fue el MTK de Budapest el 1 de enero de 1927, pero antes, en marzo de 1924, el Haro Sport Club ya había depositado un ramo de flores ante un cuadro de Pichichi que presidía los prolegómenos de un partido entre los riojanos y un equipo de reservas del Athletic.
9. El goleador también da nombre a una calle situada, cómo no, junto al estadio de San Mamés.
10. La palabra pichichi entró en la RAE en 2014 como: “En el fútbol, jugador que marca más goles durante la liga española y, por extensión, goleador”.

Que pichichi entrase en la RAE y hoy sirva para identificar a los máximos goleadores de nuestro fútbol se debe en gran parte a Lucio del Álamo, exdirector de MARCA, que escogió el mote del atacante bilbaíno para crear el trofeo al máximo realizador de la Liga española en 1953.

El por qué escogió precisamente a Pichichi pudo deberse a varias razones. Vislumbraba Alfredo Relaño, hoy presidente honorífico de AS, que quizá Del Álamo le eligió por haber firmado el primer gol en San Mamés. O por ese carácter de mito que le proporcionó su muerte prematura. O por la sonoridad de su apodo. O porque el propio Del Álamo fue algunos años después de Pichichi jugador del Athletic y había admirado en su infancia al interior izquierda.

Son muchos los posibles motivos, pero hoy la palabra pichichi es sinónimo de gol y los delanteros de LaLiga pujan cada año por hacerse con tan prestigiosa denominación.

Leo Messi ha sido el máximo goleador de Primera División en ocho ocasiones, siendo el futbolista que más veces lo ha logrado. Al astro argentino le siguen el vasco Telmo Zarra, con seis; y Alfredo Di Stéfano, Quini y Hugo Sánchez, con cinco.

Por clubes, el que más veces ha contado con el Pichichi de la Liga en sus filas ha sido el Real Madrid, con 27, seguido del Barcelona, con 19, y el Athletic Club, con 12. Por territorio, el País Vasco es el que más máximos goleadores ha aportado al palmarés del trofeo.

En la actualidad, a cien años del fallecimiento de Pichichi (1 de marzo de 1922), el legendario atacante vasco sigue presidiendo cada partido de fútbol que se juega en La Catedral, mientras su legado continúa también a través de la Fundación que lleva su nombre.

La Fundación Pichichi, creada en 2015 con el objetivo de “devolver a la sociedad algo de lo que ha regalado a Pichichi recordándole de forma permanente” —explica a AS su presidente Rafael Moreno—, está actualmente retomando el ritmo tras sufrir los coletazos de la pandemia.

Centrada en la recaudación de fondos para ayudar a las personas más vulnerables, especialmente a los niños y niñas, hoy hace que el nombre de Pichichi adquiera una nueva dimensión. Para eso sirven los mitos.