Coman salva al Bayern

Kingsley Coman le salvó los muebles a un Bayern de Múnich que ya se veía en la primera crisis de la era de Nagelsmann. Cuatro días después de encajar una durísima derrota (4-2) ante el recién ascendido Bochum en la Bundesliga, el francés logró empatar in extremis la ida de los octavos de Champions en la que el Salzburgo, como siempre letal al contragolpe, se había puesto por delante en el marcador. El 1-1 deja la eliminatoria abierta y será el Allianz Arena el que dicte sentencia en tres semanas.

La goleada sufrida en Bochum no hizo cambiar de planes a Nagelsmann. Volvió a salir con un total de cinco atacantes el Bayern, eso sí, esta vez con una línea de tres atrás y un doble pivote por delante. No le salió bien la apuesta al técnico muniqués. Se notó la falta de efectivos en una débil zaga bávara que le concedió demasiados espacios a los correcaminos austríacos. Y éstos los supieron aprovechar. Un envío largo del imperial Camara terminó en las botas de Adeyemi, su pase en la frotal lo tocó Aaronson lo suficiente como para que la recibiera Aduma y batiera a Ulreich con una rosca maravillosa. Los alemanes contra las cuerdas.

Supo levantarse tras el revés el campeón de la Bundesliga. Consiguió encerrar el Bayern al Salzburgo en su área, eso sí, sin hacerle demasiado daño al meta Köhn. No aparecía Lewandowski. Le tocó aguantar el chaparrón a un Salzburgo que trataba de robar para salir como balas a la contra. Pero la defensa muniquesa ya no se lo permitía, lo que dio pie a un monólogo del Bayern en la segunda mitad que no tuvo recompensa hasta que Coman, meredicamente, puso las tablas de volea sobre la bocina.