La última vez que habló James Rodríguez fue el 30 de marzo, cuando lamentó la eliminación de Colombia del Mundial de Catar, dejó abierta la posibilidad de no volver a vestirse de amarillo y pidió planificación para no repetir la tristeza de estas caóticas Eliminatorias. Después, silencio.
Tampoco tiene muchas novedades para compartir, a juzgar por los movimientos poco alentadores del mercado a su alrededor.
James tiene hoy una certeza: estará el viernes 8 de abril con Al-Rayyan, el club que lo contrató por tres temporadas, en la Champions League Asiática, enfrentando al FC Istiklol Dushanbe, de Tayikistán.
Bueno, en realidad tiene dos certezas: sabe que no aterrizará en el fútbol de Brasil, por mucho que no se sienta a gusto en la lejana Catar, sede del Mundial que él no podrá disputar.
Así lo confirmó el periodista Jorge Nicola, aludiendo a una charla con el presidente de Sao Paulo, Julio Casares, a quien le preguntó directamente sobre la posibilidades de un fichaje del zurdo en el corto plazo: “no hay la menor posibilidad, no tenemos condiciones financieras”, habría dicho el directivo.
Lo cierto es que en este lado del mundo es difícil abordar un fichaje tan costoso, por mucho que se diga que el cucuteño aprendió su lección y estaría dispuesto a bajar considerablemente sus pretensiones económicas.
De esta manera, las opciones se reducen a cumplir su contrato con Al-Rayyan, al que todavía le quedan dos años, o buscar una opción en Europa o en la MLS donde se pueda abordar la operación sin que sea ruinosa, partiendo de la base de una reducción de al menos la mitad de lo que percibe en la millonaria Catar.
Lo claro es que él quiere irse, tal como dije hace varias semanas en Twitch, al responder hasta cuándo se imaginaba en su actual club: “No sé, uno no sabe lo que va a pasar. Aunque sí me gustaría irme ya para otro lado”, confesó. Pero de ahí a que aparezca un posible destino hay una distancia sideral que solo puede acortar el famoso agente Jorge Mendes. Es su momento de abrir la puerta con alguna inesperada llave mágica. ¡A ganarse el salario, señor agente!
Fuente: Futbolred