La actuación de Mbappé contra el Real Madrid ha retumbado transversalmente a lo largo del planeta. Irreverente e incontrolable, Carvajal y el resto de la defensa blanca tendrán pesadillas con un Kylian que les dio la noche. Desbordó, lideró y percutió hasta forzar un penalti que Messi no pudo marcar, pero decidió sobre la bocina. Se escurrió entre Militao y Lucas Vázquez para que la grada reventase. “Es un sueño que toda la gente coree mi nombre así. Ha sido un gol muy importante”, dijo en su perfecto castellano tras el choque. Seguro que alguno de los que le aclamaron son los protagonistas de uno de los artículos que Le Parisien, medio más afín al conjunto capitalino, dedica al talento de Bondy.
En París siempre mantienen viva la llama de la potencial renovación, pero, tal y como relata Benoit Lallement, firmante de la pieza ‘Miedo al vacío’, la resignación es latente. “Mbappé nos va a dejar, es una certeza. Simplemente no sabemos cuándo. Y como tantas veces, llegará el momento de los arrepentimientos”, esgrime. El titular no es casual. Sin Mbappé, así se sentirán muchos al ir al Parque de los Príncipes, vacíos. “Pero, ¿qué vamos a hacer sin él?”, se preguntaba un aficionado, poniendo voz al sentir general. En este cántico de Le Parisien hay esperanza, remota eso sí: “Cuando deslumbre en otro lado, se echará de menos a Kylian Mbappé. Es una evidencia, pero mientras está aquí, ¿por qué no soñar? Incluso podría prolongar su idilio parisino, ¡disfrutemos de esta oportunidad!”.
Los sueños
En un segundo artículo, porque esta semana, más que nunca si cabe, es ‘Mbappé week’ en París, contextualizan la situación. “El PSG parece creer que nada está perdido, pero cuanto más pasan los días, más se reducen las posibilidades de un punto común”. No es cuestión de dinero, recuerdan, pues ha llegado a rechazar 45 millones de euros netos al año, cantidad menor a la que cobrará en el Madrid, de cristalizar el movimiento. La escala salarial blanca limita el gasto, pero no es cubrirse de oro lo que busca nuestro protagonista, sino cumplir un sueño. Ya lo decía el pequeño Kylian en su cacareado cómic, que vio la luz el pasado diciembre: “Lo que sí que me pondré será la (camiseta) original cuando sea mayor y juegue en el Real Madrid”.
La imagen del pequeño Mbappé con las paredes forradas de imágenes de Cristiano Ronaldo y el Real Madrid son virales, pero hay otra circunstancia por la cual Le Parisien entiende que ha dicho ‘no’ a seguir en el PSG en repetidas ocasiones. El otro sueño: ser el mejor del mundo. Mbappé quiere ser el rey, trono que Messi y Cristiano, aunque a regañadientes, han dejado vacante. Y el mejor lucha por el Balón de Oro. En París no lo ha hecho por tener a Neymar al lado y, justo cuando estaba preparado para liderar, llegó Messi. Este curso, a pesar de los nombres rimbombantes que le acompañan, lo ha hecho: 22 goles, 16 asistencias y apareciendo cuando la bola quema. Desde el citado medio se preguntan si fue adecuado no entregarle las llaves del Parque de los Príncipes: “¿Fue pertinente reclutar a Messi cuando Mbappé parecía maduro para asumir el rol de líder del PSG?”.
El Balón de Oro entra en juego
Estar en el Madrid es sinónimo de optar al áureo galardón y el . No solo lo ganó Cristiano. El Barça tiene una mínima ventaja con respecto a los blancos en esta carrera particular. 12-11. Pero si nos atenemos al número de jugadores que lo recibieron, el Madrid gana 7 a 6. Di Stefano, Kopa, Figo, Ronaldo, Cannavaro, Cristiano y Modric. Benzema, con su poción de la eterna juventud en el bolsillo, pelea por ser el octavo, pero le abre las puertas, repetidas veces además, a un Mbappé que sabe que en el PSG sería más complicado ganarse el reconocimiento mundial.
Un Balón de Oro (Messi) y uno de bronce (Neymar) figuran en la estadística de la entidad parisina. Mbappé ni siquiera ha pisado el podio. En el Madrid son optimistas, confían en haber jugado bien sus cartas y la hoja de ruta está marcada. Pero nada ocurrirá antes de que la eliminatoria se decida. “Lo de esta noche no influirá en mi futuro”, reconoció Kylian tras su exhibición. La vuelta será el 9 de marzo, en el Bernabéu que Florentino Pérez y la afición merengue esperan que a partir de verano abandere.
Fuente: AS