El mercado de traspasos en el mundo del fútbol es volátil y ofrece pocas certezas desde las categorías más humildes hasta las grandes superestrellas. Los jugadores son los traspasados aunque tienen considerables cuotas de poder para elegir su futuro. Otra cosa es que este dependa en ocasiones de numerosas variables que hagan que los deseos no siempre se cumplan.
En Barcelona si se han cumplido este año para Ferran Torres o Adama Traoré, pero no para Álvaro Morata. El tercer internacional español de la lista se vio ‘bloqueado’ en su intento de jugar en el tercer gigante de LaLiga. El único que le resta.
Su operación dependía de Ousmane Dembélé. El francés, que acaba contrato este 30 de junio, recibió multitiud de elogios por parte de Laporta y Xavi de manera pública y su renovación parecía cercana, pero todo se torció.
Según explicó este lunes Joan Laporta, el jugador estaba contento con la oferta del club y consideraba que el dinero no era un problema, hasta que lo fue. “Cuando le dijimos que la oferta era lo suficientemente buena, se enquistó el tema y el agente se posicionó en no decir nada”, afirmó el mandatario.
Ousmane ‘bloqueó’ su salida negándose a aceptar dos ofertas de otros clubes, uno de ellos de la Premier League. “No tiene sentido porque no es bueno para él ni para el club. Su renovación nos iba a dar un margen salarial y nos iba a permitir tranquilidad”, añadió Laporta, además de dejar caer que el francés ya tiene un acuerdo con otro club, algo legalmente permitido cuando un jugador entra en sus últimos meses de contrato.
El que pudo ser y el que será: gráfico comparativo de Morata, delantero pretendido que no pudo llegar, y Aubameyang, cerca de cerrar su llegada al Barça.
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Su negativa a salir complicó la llegada de Álvaro Morata, una que fue variando con el paso de los días. Si la larga lesión de Chiesa le cerraba la puerta, la llegada de Vlahovic pareció entreabrirla. Tenía acuerdo con el club blaugrana y era el delantero elegido por Xavi, pero, según pudo saber AS, fue el Atlético de Madrid, dueños de a ficha del jugador, los que ‘frenaron’ la operación ya que consideraban que reforzaba a un rival directo. Morata quedó bloqueado y se decidió ir a por Aubameyang. El delantero gabonés ya ha rescindido con el Arsenal y está cerca de firmar con el club catalán. Como agente libre, puede firmar fuera del periodo de fichajes mientras haya rescindido dentro de este.
Otros ‘bloqueos’ en este mercado
El extraño bloqueo de Dembélé o la negativa a Morata cuando estaba tan cerca no ha sido el único caso de intentos fallidos en este mercado.
El Arsenal aparece como el más damnificado. Desde el no de Vlahovic, aunque se llegara a las cifras, se sumó el de todos los planes alternativos al serbio como Isak o Calvert-Lewin. Wijnaldum también sonó y no llegó, Arthur, Guimaraes, RDT, Zakaria, Kulusevski… Arteta se quedó sin su gran refuerzo.
Otro notable caso de portazo fue el de Lingard. El jugador inglés quería salir este mercado de invierno en busca de una oportunidad para sumar minutos después de no asentarse con Solskjaer, que ya paró su salida en verano, ni con Rangnick. Aunque en prensa inglesa desvinculan esta salida del caso Greenwood (apartado después de ser acusado de presunta violación y malos tratos a su pareja), el United decidió parar la salida al Newcastle en las últimas horas de mercado. El jugador, apuntan, está notablemente decepcionado después de 21 años en la disciplina de los red devils. El desbloqueo terminará con su contrato: el 30 de junio.
El bloqueo, a pesar de firmar varias operaciones, también se lo encontró el Newcastle United. Uno fue con Lingard, pero también con multitud de operaciones en busca de su gran estrella. Los del norte de Inglaterra invirtieron 102 millones de euros en firmar a Bruno Guimaraes, Chris Wood, Tippirer y Dan Burn además de llevarse a Targett cedido. Si bien no son malos refuerzos, el sobrecoste por el punta del Burnley y la ausencia de una gran estrella, no dejan un sabor excelente en el primer festín de mercado de la nueva y multimillonaria propiedad saudí. Un bloqueo en el mercado que, aseguran, fue propiciado por muchos clubes por lo que bautizaron como la tasa Newcastle: una inflación a medida del precio del jugador si eran ellos los que acudían a comprar con tanta necesidad como amplitud de presupuesto.
Fuente: AS
