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Paulinho da un paso al frente

Paulinho (15-7-2000, Rio de Janeiro, Brasil) ha tardado cuatro temporadas en marcar más de cinco goles en la Bundesliga. Lo logró el pasado fin de semana en la victoria del Bayer Leverkusen ante el Wolfsburgo (0-2). Un doblete salvador del brasileño que permite a su equipo seguir en puestos Champions. Dos goles en solo nueve minutos de juego. Los pocos que se ha acostumbrado a jugar Paulinho desde que dio el salto al fútbol alemán en 2018, con 18 años recién cumplidos.

La experiencia de Paulinho en Europa está siendo muy distinta a la de su compañero de generación Vinicius. El futbolista brasileño lleva cuatro temporadas en el Bayer Leverkusen pasando totalmente desapercibido para la afición alemana. Una inversión de futuro que hicieron los germanos que está siendo todo un desastre hasta esta temporada, o mejor dicho hasta el pasado fin de semana. Paulinho era una de las joyas del fútbol brasileño. Despuntó muy joven en el Vasco de Gama por su facilidad para generar peligro en ataque. Destilaba magia. Goleador incipiente en fútbol sala (junto a Reinier del que es muy amigo), dio el salto al fútbol profesional muy rápido. Se le auguraba un futuro prometedor. El Leverkusen no se lo pensó y se adelantó a grandes clubes europeos para firmar a la perla carioca el mismo día que llegaba a los 18 años. 18,5 millones de euros más algún bonus acabaron en las arcas del Almirante. Por aquel entonces, el Real Madrid se decantaba por Vinicius, del Flamengo, aunque el nombre de Paulinho también estaba en la agenda madridista ese verano. Luego los blancos se llevarían a su amigo Reinier.

Durante estas campañas, Paulinho se había acostumbrado a calentar banquillo o a disputar los minutos de la basura. No había demostrado nada de su buen hacer en Brasil. Solamente había marcado 4 goles en 64 encuentros con el Bayer. Un bagaje muy pobre para un futbolista que llegó a la Bundesliga como proyecto de futura estrella. Compañero de generación de Cunha, Vinicius (con el que conquistó el Sudamericano Sub-17 en 2017) su salto a Europa estaba siendo un infierno, que se confirmó cuando se rompió el ligamento cruzado de una de sus rodillas en el verano de 2020. Una inoportuna lesión que confirmaba la nefasta experiencia de Paulinho en el fútbol alemán. Se pudo recuperar a tiempo de acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio aunque con un rol secundario. Con la canarinha conquistó la ansiada medalla de oro en Japón y se presentaba a la temporada 2021-2022 muy ilusionado. Un jugador nuevo.

Una desgracia le ha abierto la puerta

El Leverkusen apostó este verano por el hispano-suizo Gerard Seoane en el banquillo y a Paulinho se le abrió un abanico de nuevas posibilidades. Pero la campaña no estaba siendo como Paulinho pensó, aunque tenía más minutos de juego en el conjunto teutón apenas contaba con protagonismo de peso.

Pero no hay mal que por bien no venga y la desafortunada lesión de su compañero Florian Wirtz le ha permitido ser una alternativa ya real. Ante el Wolfsburgo, dos tantos salvadores, el primero de ellos con una elegante conducción, fueron el premio a los sinsabores del pasado. Pese a la difícil adaptación desde 2018, Paulinho no bajó nunca los brazos y ahora recoge lo sembrado. Con contrato hasta 2023, siempre le gustó jugar en LaLiga española…

Fuente: AS