Respiro para el Sporting

Hay que remontarse dos años atrás, hasta el 8 de marzo del 2020, para encontrar un resultado similar en El Molinón; aquel día previo al inicio de la pandemia, el Sporting goleó a la UD Las Palmas por 4-0. Desde entonces, la afición rojiblanca solo había podido disfrutar de victorias ajustadas y sufridas en muchas ocasiones. Después de todo este tiempo y en el momento más crítico, el equipo gijonés consiguió cuatro goles que le han dado la primera victoria con José Luis Martí en el banquillo sportinguista.

Un gol en propia puerta de Javier Delmás –que igualó el tanto de Nacho Gil que adelantó al Cartagena– y dos dianas de Uros Djurdjevic sirvieron para gestar una remontada en la que quizá muchos no creían hasta que el marcador volvió a situarse en empate. Hasta ese instante, el equipo de Luis Carrión dominaba y controlaba el partido ante un Sporting camino del desastre y caótico por momentos.

El gol de Nacho Gil, en el enésimo error de la defensa sportinguista a cuyos centrales sorprendió nada menos que un saque de banda, puso en evidencia una jornada más el principal problema del Sporting esta temporada, la defensa. El Cartagena ya había marcado antes en una acción a balón parado pero el tanto no subió al marcador por fuera de juego de su autor, Rubén Castro.

El equipo de Martí no era capaz de controlar el juego. El balón era del rival ante un conjunto local muy nervioso, tímido en la presión, sin mordiente alguna. Pero el autogol de Delmás, al desviar un centro por abajo de Kravets, reanimó a los sportinguistas que se fueron al descanso al menos con un punto en la mano.

El descanso lo cambió todo. Martí dio entrada a Uros Djurdjevic, que había llegado a Gijón solo unas horas del partido después de un maratoniano viaje desde Armenia –donde jugó con Montenegro–, y el goleador rojiblanco no falló en la primera ocasión que se le presentó. Fue de penalti, señalado tras la revisión del VAR por mano de Gastón Silva al tapar un remate de cabeza de Gaspar, pero suficiente para dar la vuelta al marcador.

Luis Carrión se fue entonces a por el empate. José Luis Martí movió el banquillo con unas sustituciones que gustaron poco a la grada pero que resultaron efectivas con cambio de sistema incluido. Y el Sporting aprovechó un contragolpe que puso en bandeja el recién ingresado Pabloo Pérez a Djuka para que el montenegrino no fallara. El 3-1 dejaba el partido casi sentenciado, pero en otra contra lo cerró Pedro Díaz para que El Molinón respirase definitivamente y comience a ver la luz al final del túnel. Los puestos de descenso se sitúan ahora a ocho puntos.