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A punto de cerrar, pero sobrevivieron a la pandemia


Ana Milena Parra decidió, hace cerca de 10 años, lanzarse al ruedo, y junto a su pareja creó D3A Distribuidores Ambientales, una empresa dedica a la disposición final adecuada de residuos peligrosos y especiales, una ardua tarea en un campo que, para ella, hasta ese momento, era desconocido.

Tras casi una década de trabajo constante y buenos resultados, en marzo de 2020 llegaron los cierres obligatorios y las cuarentenas por la pandemia del covid-19, un momento que para la mayoría de empresarios fue crucial para su permanencia en el mercado:

“Nuestro sector se vio afectado, no tanto como otros, porque éramos de los servicios de primera necesidad, pero hubo que manejar rápido ese tema, todo el choque emocional, las decepciones, además de ver cómo se desmoronaban muchos negocios”, explicó Ana.

Aprender nuevas habilidades fue parte del proceso. “Nuestros clientes eran del sector de la manufactura, principalmente, entonces hubo algunos que cerraron y eso fue duro. Así que tomamos medidas, por ejemplo, en lo referente para las vacaciones. Así que, en la primera cuarentena, todo el mundo se fue de vacaciones cumplieran o no ese periodo de ley. Esto para mitigar costos y gastos”, contó Ana Milena.

La directora administrativa de D3A agregó que la comunicación fue parte fundamental para mantener a flote el negocio, “por ejemplo, pedimos a los proveedores más tiempo para pago, un proveedor lo manejábamos a 30 días, entonces ya tocaba cumplirle a los 60 días, era una ayuda mutua digamos entre proveedores, clientes y empleados. La comunicación se fortaleció mucho. Antes con un cliente se hablaba cada tres o cuatro meses para hacer una gestión comercial. En esa época tocaba mensualmente saber cómo estaba, conocer si estaba trabajando, todo eso. Digamos que las comunicaciones comerciales tuvieron que fortalecerse mucho, desde lo humano más allá del dinero”, expresa.

Una vez terminaron los cierres totales y, poco a poco¸ la normalidad empezó a regresar, vino un nuevo pico de contagios, que volvió a traer restricciones.

La normalidad

“El año pasado fue tenaz, porque se juntó con todas las manifestaciones, entonces en el sector nos preocupamos, todos los empresarios de nuestra labor, eso nos iba impactando porque además de las manifestaciones había cierres de las vías. Frente a ese problema no dependía mucho de uno, la verdad. En ese momento vimos el ritmo de trabajo disminuir, o sencillamente era ver que había bajado el nivel de productividad y ya, aceptarlo”, relató Parra. 

Manejar los costos, la nómina y mantener a sus clientes, fue parte fundamental del proceso de reactivación: “los costos siempre van a ser los mismos, sea el costo de la nómina, los servicios públicos, son lo mismo, los gastos se mantienen vigentes. Y la reactivación fue paulatina, no había forma de hacer negocios, como de hacer una gestión, porque todos los sectores estaban rezagados. O sea, nosotros trabajamos manufactura, trabajamos con empresas de servicio público, y aquí en Bogotá la gente se vio muy golpeada”, sostuvo la empresaria. 

Aunque, a la par de los datos presentados por el gobierno, la segunda mitad del año trajo beneficios en el 2021. “Digamos de mitad de año hasta diciembre, comenzó a ser más normal, igual en nuestro gremio diciembre es muy bueno siempre. Este sector es bueno, a pesar de que hubo muchas empresas que cerraron, que tenían problemas de cartera y eso nos generó problemas de cartera serios, pero todo empezó a fluir de nuevo”. 

Para Ana Milena, el tejido empresarial se solidarizó para salir adelante. Sostiene que “en toda esta crisis, los empresarios lo que hicimos fue bajar la guardia en la agresividad de vender, porque normalmente se pelea con el precio, con el valor y eso siempre es muy agresivo en las ventas. En este caso nos tocaba mantener a los clientes que ya estaban, y los que ya estaban y estuvieran en crisis, aguantarlos a que salieran de la crisis”.

En cuanto a las ayudas del gobierno, dijo que afortunadamente solo tuvieron que recurrir una vez a ellas, durante 2020. Agregó que ya para 2021 no debió recurrir a ellas, pues afortunadamente no había perdido más del 20% de utilidades, uno de los requisitos del gobierno para contar con los apoyos que otorga.

“Nosotros solo perdimos dos veces durante la pandemia. Como tal el año pasado no, pero durante el 2020 sí perdimos dos veces, y nos dieron un subsidio como de $3 millones. En ese momento mi nómina era de $14 millones y ahora está mucho más alta, pero en ese momento fue la ayuda que recibimos”, sostuvo Parra.

Hoy en día, la empresa sigue cultivando una importante reputación en el sector, generando empleo y fortaleciéndose como una de las principales firmas en su segmento, trabajando de sol a sol para consolidar más clientes y continuar con todos aquellos que se quedaron durante los momentos más duros de la pandemia, atraídos por la responsabilidad social y empresarial de D3A.

Micronegocios

La pandemia, como la reactivación, llegó a todas las empresas sin importar su tamaño. Durante 2020 cerca de 500 mil empresas cerraron, por cuenta de la emergencia sanitaria. Para 2021, un número cercano de negocios abrieron sus puertas, mostrando una recuperación, que llevó a que la economía tomara un rumbo de aceleración y finalizara el año con un crecimiento de 10,6%. 

Juan Carlos es el dueño de una microempresa, B&R Ferreteros, ubicada en La Vega Oriental, en Villavicencio. Para él, la pandemia fue un momento de reinvención: “en 2020 comercialmente se apagó todo, se cerró el negocio, fueron tres meses más o menos donde no se tuvo actividad comercial, sin embargo, hacíamos domicilios en el último mes esos tres”, contó, al tiempo que señaló que antes de esto no era muy recurrente el servicio de domicilios.

“Se abrió una ventanita para poder vender algo de mercancía, para el sustento diario y se logró estabilizar, bueno, subsistir, mientras se volvía a abrir. Después llegaron los meses cuando comenzaron a abrirse los negocios lentamente, y comenzamos a abrir, no todo el día, pero unas pocas horas, con todas las medidas de seguridad y con todo el cuidado necesario para evitar aumentar el riesgo de la pandemia”, mencionó Juan Carlos. El dueño de la Ferretería relató que gracias a que llevan unas finanzas sanas y siempre es precavido con el manejo del dinero, pudo mantenerse esos días, sin necesidad de liquidar su negocio.

Sin embargo, una vez se empezó el proceso de vacunación nacional, que dio una apertura más acelerada de la economía, las ventas y el comercio no llevaban ese ritmo. Indica que “el movimiento se fue incrementando muy lentamente, muy lentamente. La verdad fue algo demasiado lento, que apenas se hacía como para subsistir. Ya después llegó una apertura menos restrictiva, a finales de 2020, para noviembre y diciembre entonces hubo actividad y se mejoró la economía”.

Una de las cosas que agradece este microempresario es no haber sufrido, él ni su familia, de covid-19 durante esa época, pues le permitió el año pasado trabajar sin descanso. “Para esa época todo estaba bien, luego llegó el 2021, se abrieron ya todos los negocios, se reactivó la economía y nosotros pues realmente aquí, el pequeño negocio se activó nuevamente, pero no como en el 2019, no como en años anteriores, y de aquí a la fecha, se ha reactivado, muy pero muy lentamente”, explicó.

No obstante, el negocio ha logrado superar el tramo más duro de la crisis económica, no solo nacional, sino mundial. Incluso, con el aumento de los precios de los productos que comercializa, a raíz de la poca producción y la crisis de los contenedores, puesto que mucha de la materia prima proviene justamente de China.

“He contado con suerte, y gracias al trabajo constante y juicioso, que sí se han incrementado las ventas, o sea, no se ha ido a pérdida, sino afortunadamente se ha llevado una estabilidad comercial y económica, día a día se va creciendo, no como esperábamos crecer desde el año 2019 hacia acá, pero se ha venido creciendo muy lentamente”, comentó.

Para 2021, don Juan, como le dicen sus clientes, tuvo un crecimiento similar al de la economía nacional: “calculamos un crecimiento aproximadamente de un 10% en el año, pues es más o menos bueno para un negocio, para una microempresa como esta”, dice, pero da a entender que este efecto es parte del retomar los negocios perdidos por el covid-19, pues no iguala la proyección que tenía antes de la pandemia.

“Al día de hoy estamos trabajando duro, como antes de la pandemia, y el negocio está estable y prosperando. Ojalá siga así, esperemos que la economía se acabe de restablecer y se termine este virus totalmente”, dice mientras, se escucha cómo llega un nuevo cliente, de los muchos que espera atender este año.

Fuente: El Nuevo Siglo