Luego de 20 años de haber aspirado a la Presidencia, y tras ser secuestrada por las ex FARC entre 2002 y 2008, Ingrid Betancourt anunció esta semana su intención de llegar a la Casa de Nariño. La precandidata entró a la contienda a través de la Coalición Centro Esperanza y propone apostar a una economía verde y simplificar el sistema fiscal, entre otros temas.
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¿Qué la motiva a volver?
El amor y convencimiento de que la Coalición Centro Esperanza es el espacio político nuevo que puede transformar el país. El escenario político lo veo de una manera esquemática: están los extremos ideológicos, que son polarizantes y son lo mismo; y un centro con una propuesta colectiva y un compromiso esencial que es la lucha contra la corrupción. Colombia está cambiando, el proceso de paz y la pandemia nos permitieron ver la realidad del país y dimensionar el daño que hace la corrupción, estamos secuestrados por ella, y nos tenemos que liberar.
¿Cómo ve la economía del país hoy?
Tenemos una contradicción, una economía que va bien, recuperando lo que se perdió en la pandemia, pero también unas finanzas públicas desastrosas, y con posibilidades de solución limitadas. Tenemos que ser creativos y hacer de las crisis oportunidades. El mundo está en una crisis ambiental, todos los países tienen que pasar por una transformación energética y Colombia puede generar soluciones. Quiero que Colombia sea el primer país verde, eso implica una reingeniería a todo el sistema de contabilidad, de modo que el costo de la contaminación esté en las cuentas de la Nación.
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Eso nos permitirá sacar ventaja de lo que en este momento está ofreciendo la comunidad internacional: créditos carbono como un método de transición para que los países que tienen que reducir emisiones de CO2, pero no pueden hacer una disminución abrupta, puedan comprar créditos a países que están generando industrias captoras de CO2 y esquemas de producción que reduzcan emisiones. Eso implica hacer de nuestra agricultura un gran sistema, impulsar los productos con más potencial para capturar carbono, y usar esa estructura para exportar esos bonos de carbono.
¿Cuál es tu postura ante el petróleo?
Ecopetrol es fundamental. La empresa está innovando para mitigar el impacto de la extracción. En mi gobierno iremos más lejos y venderemos un petróleo verde. No solo vamos a calcular la emisión, sino que en su consumo compraremos los créditos para mitigar su efecto, y vendamos un petróleo cuya polución ya estará compensada.
Hay que salir de la ‘reformitis’ tributaria, priorizar nuestros recursos y tener un buen manejo administrativo
¿Se requiere otra tributaria?
Tenemos que salir de la ‘reformitis’ tributaria. Si derrotamos la corrupción vamos a priorizar nuestros recursos y a tener un buen manejo administrativo y dejar de lado ese exceso de reformas. Se necesita es pensar un esquema diferente, nuestras normas tributarias han creado muchas incoherencias. La dirección que planteo, hacia una economía verde, va a requerir de otro tipo de incentivos y nos permitirá limpiar el espacio fiscal para que tengamos una verdadera política, porque lo que tenemos es una repartición de dádivas. Hay un problema de evasión y hay que facilitarle al ciudadano su posibilidad de tributar y darle certeza a las empresas. La idea es un sistema simplificado, amigable y digital.
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¿Cómo se podría reducir la pobreza?
Colombia tiene que pensar otros esquemas de redistribución del ingreso. Hemos apostado en la burocracia, creamos políticas, y todo eso tramita por una serie de entidades, que cobran un peaje de corrupción, pero también despilfarran. Tenemos un Estado tradicionalmente paternalista que ha creado dependencias económicas de una parte de la población. Para mitigar la pobreza hay que crear sistemas, ojalá digitales, en que los colombianos reciban el dinero, y en cierta proporción puedan priorizar su gasto, pero también tener libertad de elección en torno a qué colegio, esquema de vivienda o prestadora de salud quieren ir. La gran transformación es devolverle al ciudadano esa iniciativa.
¿Cómo reducir la tasa de desempleo?
Las empresas han copado su oferta laboral. Si queremos darle empleo a la mitad de los colombianos que están por fuera de la prosperidad económica tenemos que pensar en una economía para ellos. Con mecanismos para personas que no tienen acceso a recursos y solo tienen su tiempo de vida, es decir, su trabajo. Una estrategia es que el acceso a crédito se dé con unas condiciones diferentes al del sistema bancario, y crear un sistema digitalizado que permita acceder a créditos no en función a un capital, sino a horas de trabajo que puedan rendir.
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Para capitalizar esas horas hay proyectos para impulsar esa economía humana. Uno que para mí es muy importante es el de vivienda para los 8 millones de desplazados aglutinados en las periferias de las ciudades y eso tiene costos en materia de prestación de servicios públicos. Hay que crear nuevas ciudades satélites en espacios territoriales que le pertenecen a la Nación, con acceso a educación, salud y transporte, y las vamos a levantar con el trabajo de las personas que van a construir sus viviendas e instituciones. El otro gran proyecto para mejorar el sistema laboral es la construcción de un gran sistema ferroviario.
Laura Lucía Becerra Elejale
Fuente: Portafolio