Antes de finalizar el 2030, la nación deberá proyectar y desembolsar cerca de US$2.500 millones en inversiones para el desarrollo de iniciativas con el fin de atender la oferta y demanda del hidrógeno, como combustible limpio en el territorio nacional.
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La cifra, que hace parte de un paquete de tres metas que trazó el país en la llamada hoja de ruta del hidrógeno, busca en poco menos de ocho años cubrir tanto la producción como el consumo de este energético.
En cuanto a oferta, el principal objetivo es desarrollar plantas de electrólisis con una capacidad instalada entre 1 y 3 gigavatios (GW) que se ubicarán en regiones de alto recurso renovable, como en lugares cercanos a su consumo, para minimizar los costos asociados al transporte.
Y en materia de producción, se pretende costos de US$1,7 por kilogramo (kg) en hidrógeno verde, y de al menos 50 kilotones (kt) de hidrógeno azul gracias a la captura de CO2 en plantas existentes o nuevas SMR (tecnología de Reformado de Metano con Vapor).
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“El hidrógeno verde complementará la Transición Energética de Colombia, aprovechando las energías renovables, tanto convencionales como no convencionales, así como el salto histórico está dando el país en la rápida incorporación de energía eólica y solar”, explicó Diego Mesa, ministro de Minas y Energía.
El funcionario agregó también que, el desarrollo de la economía de este energético, incluyendo la captura, almacenamiento y uso de carbono para la producción de hidrógeno azul, permitirá descarbonizar otros sectores de la economía como la industria, el transporte y la agricultura, apoyando el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones de gases efecto invernadero.
Por su parte, en el plano de consumo, la nación pretende que tenga una activa participación en el sector industrial, en complejos de refinación, y en plantas químicas y de fertilizantes, lo que significaría una disminución del 40% en las emisiones de CO2. Así mismo, abrir el camino en el sector de la movilidad.
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de hidrógeno azul como mínimo es la meta de producción al 2030 gracias a la captura de CO2 en plantas existentes o nuevas SMR (tecnología de Reformado de Metano con Vapor).
Con respecto a este última meta, se pretende al 2030 poseer una flota de vehículos ligeros entre 1.500 y 2.000 unidades para el transporte de pasajeros y carga (en el caso de taxis y furgonetas); así como otra entre 1.000 y 1.500 de vehículos pesados, también para el transporte de carga y pasajeros.
Para ambos casos, se trazó el objetivo de instalar entre 50 y 100 hidrogeneras públicas para el abastecimiento del energético y que estarán localizadas en rutas con gran afluencia de tránsito.
“Constituye una oportunidad comercial para el país, en un mercado con expectativas de desarrollo de nuevas tecnologías y un crecimiento acelerado”, aseguró el jefe de la cartera minero energética.
Además de las inversiones proyectadas por US$2.500 millones, que hacen parte de las metas transversales trazadas al 2030, también se estima una reducción en el volumen de gases efecto invernadero.
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“Las metas, contenidas en la hoja de ruta del hidrógeno, encaminan al país en su compromiso con reducir las emisiones de CO2 en un 51% al 2030 y sus aspiraciones de ser carbono neutral a 2050, ya que su desarrollo permitirá decrecer entre 2,5 y 3 millones de toneladas de CO2 en la próxima década, impulsando también la descarbonización de sectores de difícil abatimiento como el transporte pesado, marítimo y procesos industriales intensivos en energía”, resaltó Mesa.
Por su parte, Cayetano Hernández, director de transición energética en i-deals/ everis/ NTT DATA Colombia, señaló que “el desarrollo de la cadena de valor del hidrógeno en el país fomentará la creación de capacidades industriales innovadoras y el conocimiento tecnológico, movilizando potenciales inversiones y creando empleos de alto valor añadido”.
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Fuente: Portafolio