La responsabilidad social dentro de las compañías ha presentado una transformación en los últimos años, consolidándose dentro del core de sus operaciones. En ese proceso se enfocó el panel ‘La inversión social en el ADN empresarial‘.
Durante la intervención participaron Carlos Mauricio Vásquez, director general de Compensar; María Adelaida Saldarriaga, gerente general del Clúster Andino de Avon; Lina Barrera, gerente General de Enterritorio y Carolina Ibarguen de Ibope Media como moderadora.
Incialmente, Vásquez destacó que el bienestar siempre debe estar en los proyectos de las compañías, “no pensar solo en el Ebitda o resultados, sino también en cómo los sueños de las personas se realizan. La inversión social es pensar en los sueños colectivos”.
Por su parte, Barrera señaló que este tipo de inversiones deben pensarse como un legado que dejan las compañías a las nuevas generaciones y que a la par mejoren la calidad de vida de las personas a nivel interno y externo.
“Ya no la podemos ver como un gasto, una obligación o un porcentaje que nos toca sacar para invertir en las comunidades, estamos aquí para ser el aliado del sector privado para formular esos proyectos de inversión social con los que quieren impactar en las comunidades”, precisó.
Desde el enfoque privado, Saldarriaga destacó que la inversión social tiene que mover a las empresas desde la satisfacción de estar ayudando a construir un mundo mejor. “Construir esta inversión dentro del nucleo”.
El enfoque de la inversión
Para los panelistas es importante vincular a las comunidades en el proceso, escucharlas y ver cuáles son sus necesidades para poder responder a ellas. Además de planear y ejecutar proyectos precisos enfocados al impacto social.
“Debemos empezar a medir el impacto en la inversión social que cada una de nuestras entidades está haciendo. Para medirlos es necesaria buena planeación de proyectos, ejecuciones eficientes de los recursos y tomar decisiones sustentadas en los resultados. Hay que tener metas específicas, qué queremos hacer para contribuir al desarrollo social y sostenible “, precisó Barrera.
Saldarriaga destacó que desde Avon, por ejemplo, han estructurado su fundación en la que se han enfocado en la equidad de género, la erradicación de la violencia de género y el cáncer de seno por falta de información o educación.
Mientras que desde Enterritorio, se ha consolidado el Fondo Proyecta: Juntos Avanzamos, como un aliado para realizar proyectos en municipios y departamentos pobres del país. Barrera destacó que otro elemento fundamental es la articulación del sector privado y público como jalonadores de desarrollo.
En cuanto al porqué de la inversión social y la opinión de las comunidades de que puede hacerse como un beneficio para las empresas, Vásquez explicó que “la carga tributaria ha sido la puerta de entrada, pero en la mirada personal se va generando una sensibilidad que cambia el ADN”, dijo.
“En nuestro caso entregar un subsidio de $42.000 puede generar un impacto pero si a eso se le suma educación para niños, tener salud razonable, tener un portafolio, con esos cuatro elementos sí se está generando un cambio”, dijo Vásquez.
Saldarriaga concordó con el cambio en el ADN de las compañías y destacó que cada vez son menos las que actúan con impacto social solo por el tema tributario. “Hoy vemos grandes transformaciones, en inclusión, en diversidad, cuidado del planeta”.
Fuente: La Republica