A finales de 2015, dos emprendedores, ingenieros y amigos, Ricardo Cardona y Juan Felipe Ocampo, empezaron a fabricar biciparqueaderos en Medellín. Dos años después, junto con varios aliados, llevaron sus creaciones a centros comerciales, clínicas y universidades. De esta manera, lograron instalar 11 biciparqueaderos y empezaron a comercializar bicicletas y patinetas.
Para Juan Felipe Ocampo, “el círculo vicioso de la movilidad está supeditado a tres factores: la infraestructura, la poca oferta de vehículos eléctricos y la falta de cultura alrededor de la movilidad sostenible. Nosotros desde esas tres barreras, a cada uno le creamos una línea de negocio”.
Copark es la línea de infraestructura que, a su vez, busca fomentar el uso de la bicicletas y patinetas, e Inneo Bikes es desde donde ofertan estos medios de transporte.
Para 2018, la idea de los biciparqueaderos evolucionó a estaciones de carga vehicular con un modelo de patrocinio, que actualmente está creciendo de manera significativa en el número de usuarios.
Actualmente, Oasis Group es la red de carga pública gratuita más grande del país, cuenta con alrededor de 43 estaciones y 80 cargadores disponibles. Este emprendimiento se financia por medio de la publicidad y, hoy en día, tienen aliados importantes como Renault, Auteco, Haceb y Celsia.
En entrevista con Emprenden y Aprende, de Portafolio, el cofundador de Oasis Group, resaltó la importancia de crear emprendimientos con alta proyección y con impacto social y ambiental.
¿Cuáles han sido los impactos sociales y económicos de Oasis Group?
Nosotros somos una empresa que lleva muy poco tiempo en el mercado y en el mundo de infraestructura para carga vehicular. Somos un emprendimiento de muy pocas personas, pero de alto impacto. Es decir, estamos rompiendo barreras. Sin duda, la barrera de la falta de infraestructura para el usuario que quiere migrar de un carro convencional a uno de carga eléctrica.
Entramos en la pregunta de qué va primero: la infraestructura o los carros. Sin duda en Oasis nos dimos cuenta que lo primero que se debe garantizar es la infraestructura para carros y motos eléctricas o parqueo de bicicletas. Todo este movimiento de las estaciones en los centros comerciales, impulsa a los usuarios a hacer esa migración a una movilidad más sostenible.
¿Cuáles son los retos de emprender en Colombia?
Emprender en Colombia sin recurso propio es muy complicado porque el sistema financiero no está preparado para inversiones de riesgo. Entonces, generalmente iniciamos nuestro emprendimiento con capital propio, que es muy limitado, lo que es muy difícil cuando uno busca tener un impacto grande en la región.
El país está muy relegado en tema de derechos de capital y hay muy pocos fondos de inversión en capitales de riesgo. Es complejo. Una startup no busca retorno de inversión a corto plazo, uno busca crecer lo más rápido posible con ideas de alta proyección, eso requiere de financiaciones blandas. Es decir, plazos largos para pagos de deuda y tasas muy pequeñas.
Además, cuando uno lleva un proyecto de estos tan disruptivo cuando es aún un campo emergente, los empresarios son un poco tímidos para generar alianzas. Están acostumbrados a trabajar con empresas tradicionales, hay cierta aversión a invertir o aliarse con emprendimientos pequeños. A medida que fuimos mostrando resultados, cumpliendo nuestras promesas, poco a poco se nos han vinculado empresas muy importantes que nos han ido llevando unos pasos más adelante.
También, ¿se han enfrentado al reto de crear una nueva ‘cultura’, con respecto al uso de medio de transporte alternos y carros eléctricos?
Si, este punto es bien importante, de hecho nuestro modelo de negocio es complejo de vender por esto. Entonces, aquí llegamos a un tema de sensibilización, educación y cultura ciudadana para incentivar la idea de que es por el bien de todos y es un ‘sacrificio’ que vale la pena hacer si queremos vivir en un país más sostenible. Asimismo, llevar este mensaje es al mismo tiempo bien bonito y complejo porque, por ejemplo, la bicicleta o los monopatines son medios de transporte de libre elección, entonces requieren un nivel de sensibilización mayor.
En el caso de los carros hay una particularidad y es que el tema de los eléctricos es tendencia del mundo y viene apalancado por la industria, es decir, por los fabricantes de vehículos y por el Estado. Por lo que, resulta un poco más sencillo, pues la tendencia va a obligar al usuario en un futuro a migrar a la movilidad eléctrica.
¿En qué ciudad ha crecido más el uso de la bicicleta?
La ciudad en donde crece más el uso de bicicleta como medio de transporte es Bogotá, que creo que es la capital de la bicicleta en Latinoamérica. Medellín crece a una velocidad más pequeña y eso está asociado a la falta de infraestructura. Sin duda la infraestructura, para la bicicleta, es la principal causa para que la persona la use.
En Bogotá, más o menos el 10% de la población usa la bicicleta como medio de transporte. En Medellín es cerca del 2%.
¿Qué proyectos se vienen para el emprendimiento?
Nuestro sueño para 2025 es terminar de instalar 1.500 estaciones de carga público-privadas, entrar en espacios públicos y, a su vez, a un mercado residencial. Queremos instalar dos grandes estaciones de carga con muy buena disponibilidad para los usuarios, complementándolo con servicios de oferta de vehículos eléctricos. Buscamos generar estas estaciones en las principales ciudades de Colombia, Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cali.
¿Qué buscan en sus empleados?
Estamos en periodos de validación pues hemos sido un poco tímidos en el modelo de contratación. Como emprendedores estamos aprendiendo a delegar y a crear planes de trabajo. Actualmente somos 10 personas y queremos contratar otras 10 en los próximos dos años.
Cuando contratamos buscamos que sean muy buenas personas y que sean capaces de arriesgarse; porque muchas vienen del sector corporativo tradicional y esto tiene mayor riesgo. Personas que quieran crear cambios en la sociedad y además se estén preparando para tener una visión de sostenibilidad por fuera del promedio. Por último, que quieran trascender y llevar sus ideas al mercado para generar un impacto positivo.
¿Qué no puede faltar a la hora de emprender?
Lo primero es que no se enamoren de la idea, todos los emprendedores cometemos ese error porque generalmente la solución es propia más no desde una mirada profunda del mercado.
Es decir, los emprendedores deben mirar qué soluciona esa idea y partir del problema, el cual debe pasar por un tamiz centrado en el usuario y ahí si se crear esos posibles productos o servicios que el usuario necesita para resolver esa problemática. De allí, escoger la mejor solución que entra en el modelo de negocio: crear, medir y aprender. Luego, colocarlo en el mercado, mirar qué aceptación tiene para, finalmente, convertirse en una empresa con alta proyección.
También mi mensaje para los emprendedores es que el emprendimiento no tiene límites, el límite lo ponemos nosotros mismos. Por ejemplo, desde Oasis estamos compitiendo contra empresas muy grandes como Enel y Terpel, pero nos la estamos jugando y la confianza de los clientes y aliados en nosotros es cada vez mayor.
Entonces, lo importante es trabajar en proyectos de alta proyección e impacto a nivel social y ambiental, trabajar con ganas y no perder la motivación del inicio. Y nunca olviden que, para crecer, ¡el propósito debe ser más grande que una transacción comercial!
Por último, ¿cómo está el panorama de los emprendedores en Colombia?
Los colombianos tienen todo el potencial del mundo, y cada vez estamos sacando más emprendimientos de alto impacto tanto a nivel local, como internacional, sobre todo en América Latina. Hoy en día, se están creando incubadoras muy importantes, y los capitales familiares están aprendiendo sobre capitales de riesgo.
El ecosistema se está poniendo cada vez mejor, aunque los que entramos en etapa temprana nos ha costado un poco más, pero este panorama en cinco años va a ser muy interesante y, eso sí, esperamos que el sistema financiero entre a apoyar cada vez más a los emprendedores.
PORTAFOLIO
Fuente: Portafolio