Marcela siempre quiso ayudar al medio ambiente. Desde pequeña acompañaba a su padre en el trabajo con temas ecológicos, y aunque continuamente se enfocó en el cuidado de la naturaleza, no pensó que todo su esfuerzo la pudiera llevar tan lejos.
“Yo decidí estudiar ingeniería ambiental, porque ya desde mi casa traía una gran influencia en cuanto a los temas ambientales. Mi papá trabajaba asesorando y trabajando en temas ambientales con municipios, entonces eso fue para mí una influencia directa y no dudé apenas tuve que tomar la decisión de qué quería estudiar, y he tenido la oportunidad de trabajar desde diferentes escenarios en temas relacionados con el medio ambiente”, contó Neylla Marcela Ávila.
Cuando conoció y decidió unirse a quien hoy es su esposo, Juan Guillermo Ríos, comenzó a trabajar en la empresa familiar de él, Incalza, compañía con más de 20 años de trayectoria que se encarga de proveer al sector del calzado con diferentes materias primas.
“Del calzado no sabía absolutamente nada, lo único que sabía era ir a comprar, no más”, dice entre risas Marcela.
Pero sostiene que también había tenido siempre la idea de emprender: “Siempre había querido emprender, solo que no encontraba la forma y ahora que se dio la oportunidad de trabajar desde el calzado, uniendo toda esta experiencia y esta visión de sostenibilidad, surgió esta idea. Ahora con este emprendimiento he ido desarrollando todos los conocimientos, muy propios del gremio, y alineándolos con una visión de sostenibilidad”, relató a EL NUEVO SIGLO.
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Lo cierto es que al ver que sobraba mucho desperdicio de los materiales con los que se producen los distintos productos de cuero, decidieron reutilizarlos en el sector de la construcción.
“Lo que hacemos es que creamos un modelo de economía circular, en donde se gestionan los residuos. Lo primero que hacemos es ir a todas esas fábricas donde en estos momentos se hacen botas de seguridad o que tienen similitud en los materiales que usan para fabricar zapatos o productos”, explica Juan Guillermo.
El proceso cuenta, además, con módulos de capacitación para los trabajadores del calzado. “Nosotros vamos, capacitamos al personal y hacemos una recolección y segmentación. Estamos desde los principios de la economía circular, desde la cuna a la tumba”, explica.
Y continúa: “Vamos al principal generador, hacemos la capacitación al personal para que haya una buena segmentación de los materiales y de ahí, en los camiones propios, de Proincalza, recogemos ese excedente de la industria, lo llevamos a la fábrica y ahí comenzamos toda la transformación”, explica.
Construcción medioambiental
Juan Guillermo muestra los productos finalizados e indica que “luego de hacer la transformación, convertimos esto en nueva materia prima para el sector de la construcción y, adicional, a partir de esta nueva materia prima, creamos paneles y bloques para la construcción”.
“Hemos identificado que estos paneles y estos bloques pueden ser usados para construir paredes y pueden servir para los amortiguantes, paneles para insonorización y para aislante térmico, porque el material que usamos, dentro de sus propiedades, sirve para estos fines”, afirma Juan Guillermo.
Además, cuenta que todo el material se utiliza para generar estas nuevas materias primas; “entonces estamos dándole un ciclo completo al material, que va de un material virgen y lo estamos elevando a uno nuevo que sirve para elaborar muchos paneles, también los bloques y para otras materias primas que se usan en el sector de la construcción sostenible”.
Premios y oportunidades
Con esta innovadora idea, Gescol ha conseguido varios reconocimientos dentro del país. “Fuimos los ganadores de premios como Innovadores de Santander en el 2019, también somos integrantes de la red Moda Capital. Esto nos permite, por ejemplo, emitir los certificados medioambientales para nuestros clientes. Le estamos diciendo a los clientes: ‘Miren, ustedes están aprovechando, están dejando de botar tantos kilos’ y ellos lo pueden poner como indicadores ambientales”, sostiene Marcela.
Tal ha sido su trascendencia que fueron escogidos para participar de una aceleradora de emprendimientos en Alemania.
Entre miles de participantes, Gescol es una de las 35 compañías más innovadoras en la economía circular y de cuidado del medio ambiente en el mundo.
“El premio que ahorita acabamos de ganar es un programa que se llama Circular Valley, que lo está promocionando el Gobierno alemán. Allí en Alemania quieren construir, con similitud al Silicon Valley en California, el Silicon Valley para la innovación en todo lo que tiene que ver con tecnología circular. Ellos tienen una meta muy ambiciosa y es convertirse en el valle de emprendimientos de economía circular. Entonces al ver ellos nuestro modelo de negocio, en el que atacamos varios frentes, no solo en cuanto a desperdicios sino que estamos también generando ingresos, les llamó la atención”.
Así que Marcela y Juan Guillermo estarán representando a Colombia en Alemania como una de las startup más importantes a nivel mundial en la economía circular.
El rol femenino
Marcela es la CEO de Gescol y también es la primera mujer de toda Latinoamérica en ganar este importante reconocimiento del Circular Valley.
“Es un mensaje muy importante y valioso para el emprendimiento y el rol que desarrollamos las mujeres en las organizaciones”, explica. “A las mujeres que quieran emprender, y a todos nuestros compañeros emprendedores, es bueno decirles que todos estamos llamados a participar en la economía circular; sí es difícil, porque no vamos a decir que esto es fácil, pero si desean emprender y tienen ese interés, así como yo lo tenía desde hace muchos años, y no había encontrado la forma de hacerlo, lo que yo les puedo decir es que se arriesguen a emprender cuanto antes y en la manera como puedan hacerlo: con los recursos que tengan en este momento, porque de todas formas el tiempo va a pasar y es mejor empezar antes”, expresa.
Para finalizar, anima a que el empoderamiento femenino vaya de la mano con el emprendimiento. “Mi mensaje para las mujeres es que hay una relación directa entre la equidad de género y la sostenibilidad; eso no lo digo yo, lo dice la ONU. Y las mujeres tenemos un rol muy importante, no en vano también las figuras visibles en temas de emprendimiento sostenible son mujeres que cumplen una labor fundamental”, puntualiza Marcela.
Fuente: El Nuevo Siglo