La asistencia y la atención de la pandemia del covid, en que el país ha logrado vacunar a la mayor parte de la población, ha permitido que se acelere la reactivación de la economía y con ello mejore la situación de las empresas y se incremente la generación de empleo.
Estos son los principales argumentos que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), tuvo en cuenta para elevar sus previsiones de crecimiento del Producto Interno Bruto para este año de 4,5% a 5,5% y de 3,1% para el 2023.
En el informe sobre el estado de la economía colombiana, presentado en Paris por Mathias Cormann, secretario general de la Ocde, junto al presidente Iván Duque, el directivo dijo que “la economía colombiana se ha recuperado de manera notable, y se prevé que sea una de las economías que más crezca en América Latina”.
Sostuvo Cormann que “las autoridades colombianas adoptaron unas políticas sólidas y bien definidas como respuesta a la pandemia que han allanado el camino a nuevas reformas estructurales para conseguir un crecimiento sostenible y garantizar que ningún colombiano se quede atrás”.
El Estudio presenta recomendaciones específicas para abordar la pobreza y la informalidad en el mercado laboral. Aboga por desvincular el acceso a la protección social de la condición de formalidad o informalidad de los trabajadores, estableciendo una pensión básica universal, junto con la prestación de un ingreso mínimo garantizado que reforzaría y ampliaría las transferencias monetarias existentes a los hogares de bajos ingresos.
Reformas
Señala el documento que “la carga financiera de la protección social debería trasladarse gradualmente de las cotizaciones de los trabajadores a la fiscalidad general, reduciendo así los costos laborales no salariales. Estas reformas podrían impulsar la creación de empleo formal y aumentar en gran medida el acceso a la protección social, lo que podría reducir de forma significativa la pobreza y las disparidades existentes en Colombia en materia de ingresos. A largo plazo, una reforma de este tipo exigiría aumentar la recaudación tributaria en torno al 1% del PIB”.
Para mejorar la sostenibilidad de las finanzas públicas, que al igual que en otros países de la Ocde se han visto presionadas por las políticas adoptadas en respuesta a la pandemia, el Estudio sugiere que Colombia siga adelante con sus actuales planes para mejorar los resultados fiscales e invertir la trayectoria de la deuda pública. De cara a futuras reformas fiscales sería fundamental aumentar la baja recaudación fiscal y optimizar el sistema tributario.
Asimismo, el análisis recomienda al país “la mejora de la competencia, la reforma regulatoria y el aumento de la participación en el comercio internacional impulsarían la productividad y el crecimiento”.
En su diagnóstico, la Ocde señala que el consumo privado es el principal motor de la recuperación, a medida que va mejorando el empleo, aunque más lentamente que la actividad económica.
Indica que la política fiscal proporcionará un apoyo continuo a los hogares vulnerables durante 2022, mientras que la reducción del gasto en otras áreas contribuirá a un ajuste fiscal gradual que previsiblemente se intensificará en 2023.
“Una reciente reforma fiscal ha sentado las bases de este ajuste, pero la estabilización de la deuda pública exigirá esfuerzos adicionales. Hacer frente a problemas de larga data, tales como los bajos ingresos fiscales, la escasa progresividad de los impuestos y una cobertura de las prestaciones sociales insuficiente podría garantizar una recuperación más inclusiva”, asegura el organismo.
Sostiene la entidad que ante el aumento de la inflación, la política monetaria ha empezado a retirar oportunamente parte del estímulo anterior. Tras superar un pico de infecciones por Covid-19 en julio pasado, la recuperación se ha acelerado.
Desde entonces, el número de casos ha descendido drásticamente y se han relajado muchas medidas de distanciamiento.
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Tendencias
Sostiene que tras haber registrado un retroceso temporal durante los meses de agitación social generalizada de abril y mayo de 2021, la confianza de los consumidores se ha recuperado visiblemente en el segundo semestre, mientras que la inversión sigue respaldada por proyectos de infraestructuras.
Argumenta como factor de crecimiento que el empleo ha empezado a reflejar recientemente una mejora de la actividad y ya se ha recuperado el 95% de los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia.
Considera la Ocde que los salarios en el comercio y la industria manufacturera ya superan los niveles prepandémicos. Los precios de las materias primas y la demanda externa han sido favorables, lo que ha impulsado las exportaciones, incluso más allá de los recursos naturales. En esta coyuntura, la inflación general de los precios al consumidor ha aumentado y supera la banda de tolerancia en torno a la meta de inflación del 3%. En cambio, la inflación subyacente de los precios al consumo está por debajo de la meta y las expectativas de inflación siguen bien ancladas. De allí que el crecimiento de los salarios en los sectores manufacturero y minorista ha superado la inflación.
Política monetaria
Asimismo, señala el informe, que la política monetaria ha respondido al aumento de la inflación y ha empezado a retirar parte del considerable estímulo inyectado desde el estallido de la pandemia. Se prevé que esta normalización gradual hacia una política monetaria neutral continúe y que el tipo de interés oficial aumente hasta el 4% en 2023, aunque esta proyección está condicionada a supuestos sujetos a un elevado grado de incertidumbre.
Asimismo, a medida que la recuperación se fortalezca en 2022, la política fiscal tendrá que pasar de un apoyo sin precedentes a un ajuste gradual. De conformidad con una reciente reforma fiscal aprobada en septiembre de 2021, las ayudas extraordinarias a los ingresos de los hogares vulnerables se mantendrán durante 2022, mientras que otras áreas de gasto están siendo objeto de un importante ajuste, como la inversión pública y los gastos administrativos.
Resalta el organismo que se ha suspendido un plan que preveía reducir los elevados impuestos sobre la renta de las sociedades. La mejora de los resultados fiscales apuntalará la confianza, pues la deuda pública bruta ha aumentado en 2021 hasta el 62% del PIB, cuando en 2019 se encontraba en el 50%.
Los motores del crecimiento
La Ocde prevé que el fuerte ritmo actual de la recuperación se relaje en 2022 y 2023. El consumo y la inversión del sector privado serán los principales motores del crecimiento, alentados por el apoyo fiscal a corto plazo y apuntalados por la mejora sostenida de la confianza. La demanda externa, inclusive los precios del petróleo, seguirá siendo favorable, mientras que las condiciones de financiamiento son cada vez menos favorables.
Según las previsiones, el mercado laboral se recuperará a un ritmo considerablemente más lento, y los niveles de empleo anteriores a la pandemia no se alcanzarán hasta mediados de 2023. En base de los supuestos actuales, la inflación se situará por encima de la meta del 3% en 2021 y 2022, antes de reconducirse de nuevo hacia la citada meta en 2023.
Aparte de que puedan surgir nuevas variantes del virus, el cumplimiento de los planes fiscales está expuesto a otros riesgos potenciales, ya que una parte significativa del ajuste fiscal planeado deberá ser acometida por el próximo gobierno. Acontecimientos inesperados en los mercados internacionales de capitales, posiblemente relacionados con el cambio de las condiciones financieras en las economías avanzadas, podrían afectar a las inversiones de cartera que entran en el país, que han sido volátiles en el pasado reciente.
Sostiene la entidad que la pandemia ha agravado los problemas que ya existían en materia de pobreza, desigualdad e informalidad en el mercado laboral, al tiempo que ha interrumpido la educación de muchos niños durante un periodo de hasta 18 meses. Corregir estas secuelas exige un gasto adicional en protección social, sanidad y educación que sólo puede financiarse con ingresos públicos adicionales.
Esto ofrece la oportunidad de acometer una reforma de más calado del sistema impositivo y de sus amplias exenciones y tarifas especiales, que en su mayoría favorecen a los más acomodados. También puede aprovecharse para reforzar la sostenibilidad fiscal y garantizar el cumplimiento de la regla fiscal modificada, que ahora contiene un ancla de la deuda.
Fuente: El Nuevo Siglo