En Colombia tan solo ocho millones de personas cotizan para pensión y apenas dos millones de compatriotas están pensionados en la actualidad, cifras que preocupan y, sobre todo, hacen replantearse si el actual sistema de pensión nacional funciona.
La polémica, surgida de la propuesta por un candidato presidencial, tiene tanto de largo, como de ancho.
Gustavo Petro afirmó que “la reforma consiste en que, en lugar de tener fondos privados de pensiones, con cotizaciones para ahorro individual, se manda esa plata a un fondo público. Con eso se pagan las actuales pensiones y, por ende, se libera al Estado de $18 billones”, sostuvo.
Ante esas declaraciones, algunos sectores salieron en defensa de las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP). Lo cierto es que estas empresas hacen parte del sistema financiero y funcionan como un negocio que debe dar rentabilidad.
Este sistema privado, conocido como de Ahorro Individual, permite que cualquier persona ahorre, en una cuenta a su nombre, el dinero con el que podría llegar a pensionarse, sin depender de otro factor.
Por otro lado, está Colpensiones, el cual se rige por un sistema de solidaridad. En él, los aportantes del día de hoy ayudan con las pensiones de las personas que están pensionadas en la actualidad. Su dinero se va guardando, para que cuando llegue el turno de disfrutar de su pensión, sean los aportantes del futuro los que tengan ese principio de solidaridad.
Este último, es el sistema que funciona en la mayoría de países del mundo, incluidos los países desarrollados, que en general han desechado el sistema mixto, es decir, donde funcionan los dos regímenes, como es el caso de Colombia.
Cambios entre regímenes
Para Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, “lo primero es aclarar que para las personas los traslados de régimen pensional son potestad de los afiliados al sistema. El sistema garantiza que cada cinco años de permanencia en cada uno de los regímenes los afiliados puedan decidir libremente con un acompañamiento que se denomina doble asesoría, el traslado entre regímenes; hay una restricción faltando 10 años para cumplir las edades pensionales en las que los afiliados no se pueden trasladar”, explica.
Es decir, que no se podría trasladar así como así el dinero de un régimen hacia el otro, sin previa autorización del ahorrador.
Sin embargo, señala que este modelo aún tiene fallas. “Para mi gusto esa restricción debe ser más relajada, en una reforma legal y profesional. Lo segundo es que destinar los recursos del sistema pensional para actividades propias del Estado, de su gestión social o de cualquier tipo, fue lo que se hizo históricamente en el país desde el año 67, que empezó el sistema pensional en Colombia, hasta el año 92-93, y por eso es que tenemos el déficit fiscal y la bomba pensional entre comillas”, afirma.
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Doble asesoría
Muchos casos se han presentado, de personas que con sus ahorros en las AFP solicitaron, a través de medios judiciales, su traslado a Colpensiones. Para evitar ese problema, se creó la doble asesoría.
“Hasta el año 2016 el país no tuvo la doble asesoría, entonces esas personas que se trasladaron sin el periodo de gracia y se dieron cuenta de tomar una decisión equivocada y están en los espacios de 47 años las mujeres y de 52 años los hombres, tienen que demandar para poder lograr el traslado, pero es absolutamente desproporcionado e injusto con esas personas que no tuvieron el acompañamiento de la asesoría, trasladar la responsabilidad de buscar un abogado, presentar una demanda y que llegue a buen puerto, pues esa es realmente la problemática del sistema”, afirma Jaramillo.
Pero eso ha cambiado, “la gente ahora sí con doble asesoría, como ya está incorporada desde 2016, pueda tomar la mejor decisión posible, si se traslada o se queda, pero hay un dato rápido y es que para 2021 más de 82 mil personas pasaron de un fondo privado a Colpensiones, mientras que 1.586 pasaron del régimen de prima media a un fondo privado”, sostiene el académico.
Añade: “Todo esto ya está en vigencia, la asesoría, pero hasta el año 2016 todo ese grupo poblacional no tuvo ese acompañamiento, y podía equivocarse y la única forma de corregirlo es tramitar esto a través de un proceso ante un juez laboral”.
Poca cobertura
Se calcula que cinco millones y medio de personas están en los fondos privados de pensión y 12 millones y medio estaban en Colpensiones, el régimen de prima media, pero “con prestación definida para un total de ocho millones, de 23 millones de ocupados; luego tenemos una ausencia de cobertura de aproximadamente 75% de la población ocupada, sin el acompañamiento de la protección contra riesgos de invalidez vejez y muerte”, sostiene Jaramillo.
Además, el investigador explica que los porcentajes de cotización, aunque similares, tienen destinos distintos, de acuerdo al uso que les da el régimen. Mientras que Colpensiones no habla de rentabilidades, las AFP sí. En el cuadro que acompaña este texto se pueden ver cuáles fueron las más recientes.
Funcionamiento
Luis Carlos Reyes, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, tiene un punto de vista relevante sobre este tema, en el que el sistema está diseñado para que las personas de menores ingresos hagan sus aportes a las AFP, de manera que otros cotizantes terminen financiando esta pensión, mas no los rendimientos obtenidos, ya que serían muy pequeños frente al ahorro.
“Los cotizantes de los fondos privados de pensiones entregan 9,3% de su aporte al Fondo de Garantía de Pensión Mínima. Así subsidian el principal incentivo de los trabajadores de bajos ingresos para preferir las AFP: pensiones de salario mínimo con 1.150 semanas de cotización, porque es verdad que para un trabajador de salario mínimo los fondos de pensiones privados son una mejor alternativa: se pensiona en 1.150 semanas, en vez de 1.300 con Colpensiones. El sistema está diseñado de manera tal que se incentiva a los trabajadores de salarios bajos a cotizar en las AFP (y pagarles comisiones a las AFP) para que luego sean los otros cotizantes de las AFP, no los rendimientos que estas ofrecen, los que financien su pensión de salario mínimo”, sostiene.
Fuente: El Nuevo Siglo