Polvoriento, sucio, opaco, abandonado, hecho con las uñas, pero al fin y al cabo, divertido. Así es el pueblo al que llega Stanton Carlisle, el personaje interpretado por Bradley Cooper que intenta dejar un oscuro pasado atrás mientras aprende rápidamente a vivir de mentir y abusar de la fe de otros, en un circo de los años cuarenta. En ese primer escenario se desarrolla ‘El callejón de las almas perdidas’, la nueva película de Guillermo del Toro que está nominada en cuatro categorías de los Óscar del 2022: ‘Mejor película’, ‘Mejor fotografía’, ‘Mejor diseño de vestuario’ y ‘Mejor diseño de producción’.
Con una duración de dos horas y media, hay quienes dicen que la película dura demasiado para lo que cuenta. Y aunque esa apreciación es cierta, ya que en algunos momentos la velocidad de la trama adormece, al mismo tiempo considero que, aunque se alargue la historia, sobra muy poco en el desarrollo de cada una de las partes que la componen; porque precisamente es gracias al detenimiento en cada una de las fases que tiene la carrera de estafador de Carlisle, que se puede comprender su psicología y el inevitable curso de su destino. (Eso sí, a comparación del tiempo que se toma Del Toro en mostrar la vida de Stan en el circo, el desenlace ocurre con una rapidez tal que, en lo personal, sentí disonante. Como quien acelera el paso porque se quedó sin tiempo).
El poderoso y dosificado ‘cast’ de ‘El callejón de las almas pérdidas’
Si eres de los que decide ver una película dependiendo de su reparto, ‘El callejón de las almas perdidas’ tiene grandes nombres y buenas actuaciones, pero en dosis pequeñas pues el foco se centra en Bradley Cooper y Cate Blanchett.
En primer lugar está Cooper, quien hace un buen trabajo como protagonista, al haber sido capaz de mostrarnos la evolución de su personaje (o involución, más bien) a lo largo de la cinta: al principio, un cínico aprendiz que trata de olvidar un crimen, mientras se esfuerza por entender los códigos detrás de los shows de adivinación; después un exitoso ‘showman’ que ha logrado establecerse como un supuesto vidente fidedigno junto a su pareja (que es al mismo tiempo su ayudante); y al final, un estafador que ha cedido ante los únicos pecados de los que debía cuidarse: hacer espectáculos espiritistas falsos y sentirse poderoso después de creerse sus propias mentiras.
Además de Cooper, la película cuenta con Rooney Mara (‘La chica del dragón tatuado’), quien interpreta a Molly Cahill: la inocente, sumisa y obediente mujer de la que se enamora Stan antes de volverse toda una celebridad y que sacrifica su recorrido y protagonismo discreto en el circo, por seguir el camino de su pareja. Mara sorprende en este personaje por la introversión y ternura que le imprime al mismo, sin quitarle una tímida determinación que se siente en escenas en donde la mujer le cuestiona a Stan sus métodos y los negocios que hace, y que se potencia cuando decide actuar en el último espectáculo de espiritismo junto a su pareja.
La antítesis de Molly es la doctora Lilith Ritter, interpretada por la magistral y elegante Cate Blanchett (‘Don’t Look Up’), quien encarna a una psicoanalista que coquetea y, al mismo tiempo, compite intelectualmente con Stan en el terreno de la lectura de la psique humana (y también en el campo de la estafa, sin duda). Lilith en algunos momentos hace equipo con el ahora supuesto médium, al contarle información personal de sus pacientes más pudientes, para poder hacer predicciones más precisas y asegurar contratos más grandes.
Otros grandes nombres que aparecen en la película y sirven como desinteresados maestros de la oscura carrera de Stan son Toni Collete (Zeena), Williem Dafoe, Richard Jenkins, Ron Pearlman y David Russell, quien interpreta a Pete Krumbein: el talentoso, bondadoso y alcohólico guía de Stan.
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Con una fotografía lúgubre y casi sepia, que puede influir un poco en el adormecimiento, y una musicalización que logra envolver a los espectadores en un aura de misterio, ‘El callejón de las almas perdidas’ es un film que termina por castigar el conocimiento explotado a diestra y siniestra, cuando hay falta de talento y sensibilidad: una idea que queda bien demostrada en los sucesos infortunados que tienen lugar cuando, quienes creen en el supuesto médium, deciden tomar al pie de la letra sus palabras inventadas.
Esta película, que se encuentra actualmente en salas de cine, es la adaptación de la novela más importante del escritor estadounidense William Lindsay Gresham. Su obra se estrenó en 1946 y un año más tarde terminó en la pantalla grande con una primera versión a cargo del director Edmund Goulding.
Puntaje: 4.1/5
Imágenes: Searchlight Pictures
Fuente: Enter