Por 7 años trabajadora tuvo que dar mitad del sueldo a un congresista

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En esta semana la Corte Suprema de Justicia condenó, en primera instancia, al exrepresentante a la Cámara Luis Enrique Salas Moisés a 10 años y 11 meses de prisión, después de que este les exigía a dos miembros de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) parte de su salario mensual con la promesa de mantenerlos vinculados.

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En consecuencia, el alto tribunal lo condenó por delito de concusión continuado en concurso homogéneo, además fue inhabilitado por 103 meses y 13 días, y tendrá que pagar una multa de 200 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

La Sala Especial de Primera Instancia determinó que los hechos ocurrieron en diferentes periodos en la Cámara de Representantes: entre 2002-2006, 2006-2010 y entre el 3 de noviembre de 2010 hasta el 2011, cuando perdió su investidura.

El entonces congresista indujo a dos de sus colaboradores, que además eran integrantes de la Iglesia Cristiana ‘En tu Presencia’ de la cual él era pastor, a que le entregaran parte de su salario mensual“, dijo la Corte.

El alto tribunal consideró que el excongresista abusó de sus funciones como representante a la Cámara. Según la sentencia, “desbordando indebidamente los límites de su función, Salas Moisés, prevalido de su investidura y jerarquía, a cambio de nombrar a la primera, promover al segundo y, mantenerlos vinculados a la unidad de trabajo, les exigió la entrega de parte del dinero que devengaran producto de la relación laboral”.

Una de las víctimas confesó que debía entregar la mitad de su sueldo a Moisés en efectivo y algunas veces a través de consignaciones bancarias. 

a primera consignación fue realizada por su esposo el 4 de diciembre de 2006, a nombre de la iglesia ‘En tu Presencia’ por $ 770.000, “correspondiente a un porcentaje de su prima de navidad, valor que no hacía parte de la exigencia inicial de su jefe pero que en esa oportunidad ante las presiones ejercidas por él se volvió una imposición”, señala la condena.

Asimismo, se tienen pruebas de otro depósito el 20 de enero de 2009 por un monto de 800.000 pesos que consignó en medio de sus vacaciones en Santa Marta. La testigo manifestó que esos montos de dinero quedaron registrados en la contabilidad de la congregación religiosa y que, en todo caso, “no provenían del diezmo que voluntariamente entregaba a la iglesia como parte de sus creencias”, enfatizó la Corte.

Junto a ello, un testimonio reveló que el excongresista promovió de cargo con un aumento salarial de 400.000 a cambio de “reintegrarle” mensualmente esa suma para que pudiera conservar su trabajo en la UTL durante el tiempo que le quedaba para pensionarse

La Sala también determinó que el excongresista actuó con dolo y se aprovechó de la “posición de líder que ocupa en la iglesia cristiana, así como de las necesidades de los mencionados excolaboradores y miembros de la congregación religiosa a las que no era ajeno, para usarlos a su favor y obtener de estos un provecho para sí, con pleno conocimiento de que su actuar se adecuaba al tipo penal imputado (…)”.

Igualmente, la perito sostuvo que, con sus comportamientos, el excongresista “afectó los principios de probidad, moralidad y transparencia que le eran exigibles, traicionó la confianza de sus electores, lesionó los bienes jurídicos de la autonomía personal y del patrimonio económico, y causó daños y perjuicios en cuantía de $ 5’484.833”.

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Además de la pena de prisión y la multa, el alto tribunal condenó al excongresista a pagar a la trabajadora víctima 302 millones de pesos por los daños causados, y una reparación de 68 millones de pesos al otro colaborador afectado.

PORTAFOLIO
Con información de EL TIEMPO*

Fuente: Portafolio