Un día después del anuncio de la expulsión de 12 diplomáticos de la misión rusa ante la ONU, Estados Unidos pidió a esa organización la salida de un “agente de inteligencia ruso“que allí trabaja, al tiempo que planteó la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la misma.
Este doble anuncio envolvíó a la sede de la ONU en Manhattan en un fuerte perfume de Guerra Fría, pese a que el lugar suele ser descrito por diplomáticos como un “nido de espías”.
“El 28 de febrero, Estados Unidos también inició el proceso para solicitar la salida de un agente de inteligencia ruso que trabaja en Naciones Unidas que ha abusado de su privilegio de residencia en Estados Unidos”, anunció una portavoz de la misión diplomática estadounidense ante la ONU.
La misión estadounidense rehusó hacer comentarios, recordando que la política tradicional del país en este tipo de casos es no revelar el nombre de la persona afectada, pero aseguró, que al igual que con los 12 diplomáticos rusos la acción se ha ido preparando “desde hace meses”, en un aparente intento de separarla con la respuesta estadounidense a la invasión rusa de Ucrania.
Durante su punto de prensa diario, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, confirmó la demanda estadounidense y precisó que el contrato del empleado afectado expiraba en los próximos días.
“Lo que hace esta decisión un poco difícil de entender es que el miembro del personal iba a terminar su misión el 14 de marzo”, dijo sin ofrecer detalles sobre la función de la persona afectada o si trabaja cerca del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en el piso 38 del edificio de vidrio que alberga sus oficinas.
El lunes, Estados Unidos anunció la expulsión antes del 7 de marzo de 112 miembros de la misión diplomática rusa ante la ONU, acusados de “espionaje”. Y aunque Washington no relacionó esta decisión con la invasión rusa de Ucrania, explicó en un comunicado que los 12 delegados rusos “abusaron” de sus estatus diplomáticos en el país anfitrión realizando “actividades de espionaje contrarias” a la “seguridad nacional”.
En cambio su pedido de expulsar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, hecha por el secretario de Estado, Antony Blinken, si tiene que ver con la invasión a Ucrania, pues acusó al Kremlin de violar en el Derecho Internacional con esa ofensiva. Y, fue más allá, al plantear la posibilidad de expulsar a los rusos de este organismo internacional, al que poco antes se había dirigido precisamente su homólogo Sergei Lavrov.
“Cabría preguntarse si un Estado miembro de la ONU que intenta tomar otro Estado miembro de la ONU mientras se cometen horribles abusos de los Derechos Humanos y se provoca un masivo sufrimiento sobre civiles merece seguir en este Consejo, sostuvo Blinken en su discurso, en el segundo día de la Asamblea Extraordinaria y que concluye este miércoles con una resolución que, sin embargo, no será vinculante.
Blinken dejó claro en su discurso que el presidente ruso, Vladimir Putin, es el responsable único del conflicto en Ucrania. Así, instó a “dejar de usar un lenguaje que implico que todas las partes tienen la misma responsabilidad”, al tiempo que ha criticado a quienes consideran “politizar” el debate denunciar las violaciones que se están cometiendo, según la cadena CNN.
Por su parte el canciller alemán, Olaf Scholz, advirtió que habrá nuevas sanciones contra Rusia por la invasión a Ucrania y llamó a poner fin inmediatamente al “baño de sangre”.
“Hemos llegado a una situación muy dramática, Ucrania está literalmente luchando por su supervivencia”, agregó.
“Hemos percibido hoy (martes) movimientos muy importantes de las fuerzas militares rusas, no debemos hacernos demasiadas ilusiones”, recordó el canciller socialdemócrata.
“Será un periodo muy dramático. Hemos tenido que lamentar hasta ahora imágenes que nos entristecen, con numerosos muertos y heridos y edificios e infraestructuras destruidos. Solo se trata del principio de lo que probablemente pasará en los próximos días”, advirtió.
Finalmente y como era de esperarse, las voces discordantes provinieron de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Todas coincidieron en denunciar el “doble rasero” de la comunidad internacional por intentar en la ONU una resolución de condena de la invasión rusa de Ucrania.
Los tres países, aliados de Rusia en la región, enarbolaron la ampliación de la OTAN hacia los antiguos países satélites de la difunta Unión Soviética en Europa del Este para explicar la invasión rusa de Ucrania./
Fuente: El Nuevo Siglo