Los franceses confiaron este domingo un nuevo mandato de cinco años al mandatario centrista Emmanuel Macron en el balotaje frente a Marine Le Pen, que pese a perder logró el mejor resultado de la extrema derecha en una elección presidencial en el país.
Según las primeras estimaciones, el candidato de La República en Marcha (LREM) obtuvo entre 57,6% y 58,2% de votos, una victoria más estrecha que en 2017 cuando derrotó a su rival de la Agrupación Nacional (RN) con un 66,1% de votos contra 33,9%.
Macron enfrentaba a Le Pen con quien ya habían vivido un primer cara a cara en las presidenciales de 2017. En ese entonces, Macron logró un 66 por ciento de los votos y Le Pen se tuvo que conformar con menos del 34 por ciento, pero el escenario político, económico y social de entonces no es el mismo que el de ahora, ni dentro ni fuera de las fronteras galas.
Macron y Le Pen pasan a segunda vuelta presidencial en Francia
Macron hizo valer su condición de favorito en la primera vuelta del 10 de abril y logró más del 27 por ciento de los sufragios, más de cuatro puntos por encima de su rival directa. Este primer ensayo sirvió para demostrar que la líder de Agrupación Nacional tiene unos electores fieles, como ha venido demostrando en las últimas grandes citas electorales.
Dos candidatos con dos perfiles – Emmanuel Macron
Macron no quiere ser presidente de un solo mandato como sus predecesores inmediatos, Nicolas Sarkozy y François Hollande, y para ello ha tratado de presentarse como un gobernante solvente, una garantía de estabilidad que, al margen de sus inclinaciones liberales y de centro-derecha, pueda contentar a un amplio abanico del electorado.
Ya no es la novedad de hace cinco años, pero el fundador de La República en Marcha (LREM) ha tratado de hacer de esta experiencia principalmente su principal baza de victoria. Frente a quienes le acusan de elitista, ha reforzado una imagen de cercanía, con conversaciones improvisadas con ciudadanos en actos de campaña y fotografías oficiales desenfadadas.
Perfil de Le Pen
Le Pen, por su parte, se define como «patriota» frente a los políticos tradicionales que, en su opinión, han fallado al país durante décadas. Incluye a Macron dentro de esta élite mientras trata de presentar una imagen más amable que en la que en su día se asoció a su padre, fundador del Frente Nacional e impulsor de la ultraderecha política moderna en Francia.
Uno de los principales retos de Macron, evidenciado en el debate televisado del miércoles, ha consistido en dejar en evidencia las costuras del discurso de Le Pen y recalcar su ideología ultraderechista sin demonizarla ni parecer arrogante, adjetivo que le han atribuido una y otra vez sus rivales políticos.
Analistas y medios coinciden en que el mandatario salió vencedor del debate, en el que Le Pen sin embargo no se vio igual de acorralada que en 2017 –ella misma ha reconocido que el debate de entonces es el mayor error de su carrera política–. Macron triunfó, pero ni mucho menos dejo KO a su contrincante.
Colprensa
Fuente: RTVC Noticias