Site icon El Papayaso

Familia mexicana tráfico sexual sentencia Brooklyn Estados Unidos

  • Sentencian a familia mexicana que dirigía red de tráfico sexual
  • Sometieron a decenas de mujeres y niñas a un abuso de años en Estados Unidos
  • Las engañaban de la peor manera para prostituirlas

Sentencian a miembro de familia mexicana que dirigía red de tráfico sexual y que sometió a decenas de mujeres y niñas a un abuso de años en Estados Unidos, las ‘cazaban’ en México con la promesa de darles un mejor futuro e incluso las enamoraban con engaños, de acuerdo a información publicada por el portal de noticias de New York Post.

Delia, una de las víctimas, comentó frente al jurado sobre todo lo que tuvo que pasar previo a su llegada a México, cómo fue engañada y a todo lo que fue sometida ya en suelo estadounidense. Su relato fue por demás aterrador y ahora solo quiere justicia. Al día, la joven, hoy de 25 años de edad, tenía de 30 a 40 relaciones sexuales por día.

¿CÓMO LE HACÍAN PARA CONSEGUIR A SUS VÍCTIMAS?

Foto Twitter

ilia fueron condenados en marzo de 2020, sin embargo, debido a las restricciones por la cuarentena que desencadenó la pandemia, la audiencia de sentencia se llevó apenas en la corte federal de Brooklyn, donde se les aplicó el castigo por obligar a mujeres a tener relaciones sexuales con decenas de hombres a cambio de dinero.

Francisco Meléndez-Pérez, de 27 años, y cinco de sus consanguíneos se unieron para idear una red de tráfico sexual y convencían a mujeres y niñas de una mejor vida en Estados Unidos, y fue precisamente Delia quien contó cómo era una niña de 13 años pobre y hambrienta cuando conoció al traficante en un parque en Tecamachalco, México, en abril de 2010.

¿CÓMO ENGAÑARON A UNA DE LAS VÍCTIMAS?

Prostitución Estados Unidos
Foto Archivo

Pero lo que realmente conmovió a todos, fue el relato de la joven, quien explicó como sucedieron los hechos, y de cómo la llevaron de México a Estados Unidos: “(Melendez-Pérez) me ofreció comida y yo pensé: amor. Sabía lo fácil que sería aprovecharse de mi hambre”.

Luego fue más específica: “Pensé que era guapo y agradable, y estaba emocionado de que quisiera ser mi novio. Era tan joven, hambrienta de comida y de afecto”, dijo Delia, que ahora tiene 25 años, a la corte para que dictaran la sentencia. Archivado como: Familia mexicana tráfico sexual

LE ‘BAJÓ LA LUNA Y LAS ESTRELLAS’

Foto Archivo

Delia no lo sabía pero Meléndez-Pérez era miembro de una familia de traficantes sexuales de Tenancingo, poblado que es considerado la capital del tráfico sexual de México, donde todos, desde sus padres hasta sus tías, creían que obligar a las mujeres jóvenes a prostituirse era parte de un negocio familiar.

Meléndez-Pérez explotó la pobreza y la esperanza de una vida mejor de Delia, así como muchos más lo hacen. Él fraguó un plan para convencerla de ir a los Estados Unidos con él y le prometió que los dos trabajarían por años para luego regresar a México a casarse y tener hijos. Archivado como: Familia mexicana tráfico sexual

¿QUÉ LE PROMETIERON A DELIA?

FOTO Shutterstock

Ante la corte, Delia, con lágrimas en los ojos, narró lo que le sucedió: “Me prometió un hermoso futuro, pero todo fue una mentira. Me obligó a prostituirme y amenazó con matar a mi familia si me negaba. Todo lo que quería era que yo les hiciera ganar dinero. Yo era una niña que sufría porque los hombres pagaban dinero para violarme, pero (a Meléndez-Pérez) no le importaba”.

Poco después de que Delia llegara a Nueva York, la adolescente atendía de 30 a 40 clientes por día, de seis a siete días a la semana. Ella describió en detalle gráfico el impacto que los encuentros forzados tuvieron en sus genitales y dijo que le dolía mucho el sexo anal y vaginal constante, sangraba y tenía dificultad para caminar. Archivado como: Familia mexicana tráfico sexual

¿CUÁNTO GANÓ PARA LOS TRAFICANTES?

FOTO Shutterstock

Cansada de tanto abuso, Delia por fin se decidió a huir, sin embargo, Meléndez-Pérez amenazó con regresar a México y obligar a su hermana de 12 añosa prostituirse. Después en una ocasión le asestó tantos golpes en la cara que requirió de un reemplazo completo de la mandíbula.

Lo más impresionante es que por casi cuatro años Delia se quedó con Meléndez-Pérez y ganó más de un millón de dólares para él y sus familiares, de los cuales no se quedó con ningún centavo. Tras años de abuso, por fin pudo escapar, pero el trauma y la tortura física no la dejan sanar. Archivado como: Familia mexicana tráfico sexual

Familia mexicana tráfico sexual: LE CAUSARON LOS DAÑOS MÁS DOLOROSOS QUE SE LE PUEDEN HACER A UNA PERSONA

Foto Archivo

Pero nada más pudo establecer lo que realmente sufrió como sus palabras: “El daño que me causó Francisco Meléndez Pérez cuando me traficó nunca se ha ido. Me duelen constantemente la espalda y las piernas e incluso caminar es doloroso. Mi mandíbula estaba tan lastimada que lloraba cuando intentaba masticar y durante años solo podía comer alimentos blandos, como un bebé”, explicó Delia.

“Necesité múltiples cirugías para corregirlo, incluido el reemplazo total de la mandíbula, pero nunca sanará por completo. Todavía no puedo mover completamente el lado derecho de mi cara. Necesito más fisioterapia y cirugía para estas lesiones, pero la atención médica me ha dejado endeudado y no puedo pagar las facturas”.

Familia mexicana tráfico sexual: ¿QUÉ LE PIDIÓ LA VÍCTIMA A LA JUEZA PARA EL CULPABLE?

Foto Archivo

Y para dejar en claro cómo se siente y lo que quiere ella le solicitó casi llorando a la jueza Allyne Ross que imponga la “sentencia más dura posible. Espero que te vayas al infierno porque ahí es donde me pusiste “, dijo sobre su traficante.

“Francisco dijo que me amaba, pero en cambio me torturó durante tres años y medio. En lugar de cuidarme y respetarme, abusó de mi cuerpo y mente, causándome daños que nunca sanarán por completo”, manifestó con llanto en los ojos.

Familia mexicana tráfico sexual: ¿QUÉ LE PIDIÓ EL ACUSADO A LA JUEZA?

FOTO Shutterstock

Pero el acusado sorprendió a todos cuando dijo que él también era víctima de la familia en la que nació. “He madurado y me he dado cuenta de lo ignorante que era”, dijo Meléndez-Pérez, vestido con un uniforme de prisión color caqui, a través de un traductor al español.

“Donde yo nací era una cosa normal, esto es lo que hacían en mi pueblo… me duele mucho ver que mi juventud y mi libertad se me escapan entre los dedos porque no me di cuenta que lo que estaba pasando estaba mal”, y le pidió al juez que le diera “otra oportunidad” y le dijo: “Todos cometemos errores”.

Continua artículo relacionado

Fuente: Mundo Hispanico