El presidente de Guinea Bisáu, Umaro Sissoco Embalo, aseguró que controlaba la situación después de una tentativa de golpe de Estado que dejó “heridos graves y muertos”.
“Los atacantes hubieran podido hablarme antes de estos acontecimientos sangrientos que han dejado varios heridos graves y muertos”, dijo Embalo a periodistas.
El mandatario no identificó a los autores del golpe fallido, pero lo atribuyó a “las decisiones adoptadas (por su gobierno) contra el narcotráfico y la corrupción”.
“La situación está bajo el control del gobierno”, señaló por otro lado en su cuenta en Twitter.
“El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, sigue con gran inquietud la situación en Guinea Bisáu, marcada por un intento de golpe de Estado”, dijo un comunicado de la UA fechado en Nairobi.
“La CEDEAO condena este intento de golpe y considera a los militares responsables de la integridad física del presidente” y “los miembros de su gobierno”, señaló la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó también mediante un comunicado al “cese inmediato” de los combates y al “pleno respeto a las instituciones democráticas del país”.
El martes por la tarde retumbaron disparos en la zona del palacio de gobierno, donde presuntamente se desarrollaba una reunión extraordinaria de gabinete en presencia de Embalo y del primer ministro, Nuno Gomes Nabiam.
El edificio fue rodeado por hombres armados y tanto en los alrededores del palacio como en las afueras de la ciudad, no lejos del aeropuerto principal, militares mantenían a los civiles a distancia.
Muchos habitantes abandonaron el barrio, los mercados quedaron vacíos y los bancos cerraron sus puertas al tiempo que vehículos militares recorrían las calles de la capital.
Esta sería la quinta intentona de golpe en menos de dos años en este convulsionado país lusófono de África occidental.
Una francesa, de 36 años, residente en Bisáu, dijo por teléfono a la AFP que tuvo que desplazarse a buscar a sus hijos a su escuela, cercana al palacio luego de que le avisaran sorpresivamente que iba a cerrar, en tanto su marido, quien trabaja en un banco, recibió la consigna de regresar a su casa.
Cuando pasó frente a la sede del gobierno vio entrar a soldados armados. “Hicieron salir al personal femenino. Cundía un gran pánico”, relató Kadeejah Diop. “Por ahora estamos enclaustrados y no tenemos ninguna información”, añadió tras regresar con sus hijos a su hogar.
Guinea Bisáu, una excolonia portuguesa independiente desde 1974, es un pequeño país con una población de alrededor de dos millones de habitantes, fronterizo con Senegal y Guinea.
Una corrupción endémica engangrena la vida política de la nación, que también es considerada como importante centro del tráfico de cocaína desde América Latina hacia Europa.
Como en muchos otros países africanos, las fuerzas armadas tienen un papel socio-político destacado.
Desde comienzos de 2020, Embalo, exgeneral del ejército, de 49 años, ocupa la jefatura del Estado, tras unas elecciones cuyo resultado todavía es impugnado por el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), la formación política dominante desde la independencia.
Fuente: El Nuevo Siglo