AUNQUE la alta tensión entre Rusia y Occidente sigue alta por el ‘riesgo real’ de una invasión a Ucrania, los esfuerzos diplomáticos y las anunciadas graves consecuencias que tendría permiten avizorar más un escenario de negociación sobre la seguridad europea que una guerra.
A finales del año pasado, el Kremlin ordenó un movimiento de tropas y artillería pesada a sus fronteras con Ucrania, concentrando 100 mil hombres en nuevas bases militares. Fue desde allí donde organizó con su también vecina y aliada Bielorrusia unos ejercicios militares que precisamente ayer sostuvo están por concluir.
Esa inusual decisión tomó por sorpresa a Ucrania y disparó las alarmas de los gobiernos occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, recordando los golpes geopolíticos rusos de la última década: la anexión de Crimea (2014) y la ‘guerra relámpago’ con Georgia (2008) para reconocer a los territorios separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, donde conserva desde entonces una fuerte presencia militar.
Es así como desde hace semanas, la Otan, Estados Unidos y los europeos acusan a Rusia de querer invadir Ucrania, lo que Moscú niega reiteradamente, calificando estos despliegues “de rutina” y “dentro del territorio de la Federación”. A hoy, tras guerra de palabras, una cumbre virtual entre Joe Biden y Vladimir Putin, cruce de escritos sobre las demandas del Kremlin, amenazas de represalias, y una gigantesca ofensiva diplomática europea liderada por el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz, es más probable que se llegue a un acuerdo que desencadenar una guerra que a nadie conviene. Veamos por qué:
1. Acuerdo si se escucha a Rusia. Desde que inició la escalada en las tensiones, se ha evidenciado la voluntad de las partes por la vía pacífica. Como nunca antes en la historia reciente se ha realizado tan envolvente y amplia ofensiva diplomática. Si bien se mantienen los desacuerdos y las ‘inamovibles ‘líneas rojas’ tanto de Rusia como de los europeos y la OTAN, este lunes el canciller Sergei Lavrov sostuvo que ve posible un acuerdo si “las propuestas de Rusia en materia de seguridad son escuchadas” y, por ello, instó a seguir negociando. “Me parece que nuestras capacidades no están agotadas de ningún modo. Por supuesto, no deberíamos continuar de manera indefinida, pero en esta etapa propongo que las conversaciones continúen y aumenten”, sostuvo el funcionario en una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin.
2. Propuestas de seguridad regional. Como se sabe la mayor inquietud del Kremlin es la posible ampliación de la Alianza militar trasatlántica (Otan) hacia el este de Europa y la posible adhesión de Ucrania a la misma, lo que de suyo considera que tendría la amenaza militar en su línea limítrofe. Fue por ello que tras el despliegue militar de comienzos de año y que ha sido reforzado, según dijo el Pentágono elevando el número de efectivos a 130 mil en la mencionada frontera, el presidente Putin suscribió dos protocolos de ‘entendimiento’, uno para Estados Unidos y otro para la Otan exigiendo “garantías jurídicas”, argumentando su “derecho a proteger su seguridad”. Tras cruces de escritos, en los que se mantienen las ‘líneas rojas’, el mandatario galo, Emmanuel Macron, en ejercicio de su presidencia del Consejo Europeo viajó a Moscú y entregó a su homólogo ruso dos propuestas: una que ante la crisis ucraniana establece retomar la negociación mediante el Cuarteto de Normandía (tras una primera reunión se volverán a reunir en marzo) y los parámetros generales para negociar, en un futuro cercano, una nueva arquitectura de seguridad regional, que deberá ser tripartita, es decir con la Otan. En tal sentido, el canciller ruso ha reiterado que ve posible un acuerdo y están a la espera de “contrapropuestas serias”.
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3. Ucrania, lejos de la Otan. Paralelamente, y también este lunes, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, aseguró, previo a su visita a Moscú, que actualmente no existen “planes” de admitir a Ucrania en alianzas occidentales como la Otan. “Por eso es un tanto peculiar observar que el Gobierno ruso está haciendo de algo que prácticamente no está en la agenda el tema de grandes problemas políticos”, dijo el gobernante alemán, tras reunirse con su par ucraniano Volodomir Zelenksi y anunciar que ofreció a Ucrania otros 150 millones de euros de ayuda económica, con lo que la misma se eleva a 2.000 millones de euros. “Este es, después de todo, el reto al que nos enfrentamos ahora. El hecho de que algo que no es un asunto ahora se está convirtiendo en un asunto. Las actividades militares de Rusia en la frontera ucraniana no son comprensibles. Les pedimos que aprovechen las propuestas de diálogo existentes””, sostuvo. El mandatario ucraniano, por su parte, dijo que su país considera que estaría “más seguro” si hace parte de la Alianza trasatlántica pero que ello ahora es un deseo, que una posible adhesión no depende solo de Kiev y que necesitan garantías para protegerse en la arquitectura de seguridad europea.
4. Gasoducto, ‘un arma’. Un importante mecanismo de presión de Estados Unidos y algunos países europeos sobre Rusia es el gasoducto Nord Stream 2, construido a un millonario costo por Moscú y que duplicará con creces el suministro de gas natural ruso a la economía alemana, sorteando Ucrania. Éste, que no ha entrado en operación a la espera de pruebas y marco regulatorio, sería el objetivo de las primeras sanciones si el Kremlin invade Rusia. El mandatario ucraniano dijo que Nord Stream 2 es “un arma geopolítica”, de vital interés tanto para para el Kremlin como para Berlin. Y, en ese marco, tras la elevada inversión no es probable que el presidente Putin pierda la venta de gas y varios países europeos se priven de ese combustible.
5. Desacuerdos para sanciones. En medio de la escalada de tensión y la ofensiva diplomática, la Comisión Europea trabaja para cerrar un paquete de sanciones “robusto y completo” como respuesta a la tan alertada invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, hay división entre Estados miembros por el impacto que tendrían las sanciones económicas masivas en Europa. “Aumenta el miedo sobre las consecuencias que tendrían en las propias economías”, sostuvieron fuentes de la Comisión quienes agregaron que tampoco hay consenso total entre los Veintisiete sobre qué acción rusa desencadenaría la adopción de las sanciones. El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, dijo que el trabajo para definir las eventuales sanciones abarca “un amplio rango de áreas” porque “las amenazas de Rusia sobre la soberanía e integridad de Ucrania lo son también contra el orden de seguridad en Europa” y la UE debe mostrar firmeza y unidad en las eventuales consecuencias, que es precisamente sobre lo que todavía no hay consenso.
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6. Diálogo Ucrania-Bielorrusia. Naciones vecinas pero situadas políticamente en los opuestos (la primera proeuropea y la segunda aliada incondicional de Moscú) iniciaron un diálogo para desescalar la tensión en sus fronteras. El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov tras sostener una conversación telefónica con su homólogo, Viktor Khrenin, indicó que “yo lo percibo como una señal positiva y como un primer paso hacia una cooperación fructífera”. Este último, por su parte, aseguró que “no hay amenazas para Ucrania de parte de Bielorrusia”. Y la distensión fue más allá al acordar que ambos países enviarían a sus agregados militares respectivos a observar cualquier ejercicio militar de la otra parte, como un gesto de buena voluntad.
7. Mover embajadas, un error. Tras el envío de tropas de Estados Unidos y algunos países europeos a los vecinos de Ucrania, y pedir a sus ciudadanos la salida de Kiev ante la que consideró una “inminente invasión” rusa, lo que generó este lunes nerviosismo bursátil, varios de dichos gobiernos decidieron trasladar sus embajadas a Leópolis, en el oeste del país, lo que fue calificado como “un grave error” por el presidente Zelenski. Fue por ello que en conversación con su homólogo estadounidense, Joe Biden, le instó a visitar su país en “los próximos días”, por considerar que ello “sería una señal de gran peso y contribuiría a estabilizar la situación”.
8. Jornada de unidad. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, decretó una “jornada de unidad” para este miércoles, que según los medios sería la posible fecha de un ataque ruso. “Nos han dicho que el 16 de febrero será el día del ataque. Lo convertiremos en una jornada de unidad”, dijo el jefe de Estado en un discurso a la nación, en el que pidió a los ucranianos que ese día cuelguen la bandera nacional y muestren los colores azul y amarillo del país. Zelensky acusó a Rusia de “intentar sembrar el pánico entre los ucranianos y los inversores”.
Fuente: El Nuevo Siglo