Shenzhen, el termómetro de la recuperación logística

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El comercio internacional, lastrado en los dos últimos años en su desempeño como consecuencia de la pandemia de la covid-19, enfrenta una nueva amenaza de un viejo enemigo que le reta el consolidar el repunte de sus actividades.

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Desde hace unas semanas, China está experimentando unos crudos brotes de covid-19, impulsados por la variante ómicron, que, en el marco de su popular estrategia de ‘cero covid’, han obligado a Pekín a poner en cuarentena a sus ciudades más afectadas, entre esas Shenzhen, cuna tecnológica y portuaria, clave en el intercambio de bienes en el mundo.

El confinamiento a esta urbe puso en alerta a la comunidad internacional y a analistas de mercado sobre las posibles repercusiones en un momento crucial para la economía mundial.

Esta ciudad sureña de 17,5 millones de habitantes y que colinda con Hong Kong es el hogar de una de las concentraciones de tecnología más importantes de Asia, por algo le dicen el ‘Sillicon Valley de China’, con cientos de empresas que poseen bases ensambladoras allí, como por ejemplo Foxconn, aliado clave de proveeduría electrónica para Apple y Samsung.

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De hecho, hace un mes, de forma anecdótica, la propia Foxconn preveía “el fin”, de la crisis mundial de contenedores.

Otras empresas de renombre del sector como Huawei, ZTE, Oppo o Realme también hacen presencia allá.

En este importante polo tecnológico y comercial también están presentes compañías de la industria automotriz como Volkswagen o Toyota.

Además, entre las grandes empresas de la ciudad también está el gigante de videojuegos Tencent, la mayor empresa de este sector por delante de Sony y Microsoft.

En cuanto al comercio, su importancia radica en que dentro de su geografía se encuentra el cuarto puerto más importante del mundo y el tercero de China en cuanto a números de TEUs (capacidad de carga de un contenedor estándar de 20 pies o 6.096 metros) movilizados con 26,55 millones en 2020, según el listado del Consejo Mundial de Transporte (WCS, en inglés).

La empresa de logística mexicana Merinno aclara que el “puerto de Shenzhen” es la forma en la que se conoce a un conglomerado de más de 140 muelles que se extiende por diez distritos a lo largo de la costa. Uno de ellos, Yantian, moviliza el 10,5% de los contenedores utilizados para el comercio exterior del gigante asiático.

De acuerdo con el portal web del Gobierno local de Shenzhen, el puerto posee 211 rutas internacionales de containers y 26 puertos internacionales hermanos.

EL IMPACTO DE LOS CIERRES

Consciente de las consecuencias adversas que pueden generar estas medidas de cuarentena, el régimen chino comenzó a relajar las restricciones y a permitir que paulatinamente las empresas ubicadas en Shenzhen comiencen a retomar sus operaciones.

De hecho, contrario a lo que anteriormente se ha manejado hasta el momento, el presidente chino, Xi Jinping llamó a “minimizar el impacto de la epidemia en el desarrollo económico y social”.

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“China está en una batalla sin precedentes” en el frente económico, dijo Clifford Bennett, analista de ACY, con sede en Australia.

El Gobierno espera que el crecimiento de este año sea solo del 5,5%, su previsión más baja en tres décadas.

También debe señalarse que Shenzhen, por su dualidad económica, representa entre el 10% y el 12% del PIB chino.

El sector tecnológico de la urbe representó el 35% del PIB de la ciudad en 2020, de acuerdo con datos del gobierno local. Para ese mismo año se registraron 18 mil grandes empresas y 50 mil pymes de este sector.

Johannes Schlingmeier, cofundador y director ejecutivo de Container xChange, advirtió que estos confinamientos en China tendrán mayor impacto que la guerra en Europa del Este y se sentirá en el aumento del precio de los fletes. “Los bloqueos en China reducirán aún más la capacidad y provocarán un aumento en los precios de envío ya inflados. Las ondas de choque se sentirán en los EE. UU. y América, y en casi todas partes del mundo”, dijo Schlingmeier.

En anteriores brotes del virus el puerto suspendió la carga y descarga de contenedores, lo que provocó retrasos en toda la cadena. Por ello, el temor sobre el confinamiento actual rodea las preocupaciones de los expertos.

Para Danielle Nunes Pozzo, docente titular del programa de negocios internaciones de la Universidad de la Costa, sostiene que este tipo de eventos tiende a “impulsar a un más” el desarrollo de la reconversión de las cadenas de suministros.

“En un modelo regionalizado, la producción que eventualmente sufra impacto por un evento de contingencia, como este en Shenzhen, afecta la distribución en una proporción menor a los modelos globales, generando una reducción de resultados y la amenaza”.

ROBERTO CASAS LUGO / AFP

Fuente: Portafolio