Ya no hay excusas ni dudas para que Hidroituango no encienda su primera unidad de generación el próximo 26 de julio. Esa fue la principal conclusión de un Puesto de Mando Unificado (PMU) liderado ayer en la obra por el Ministerio de Minas y Energía y la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, que despejó el futuro del proyecto y confirmó que generar energía es la acción “más efectiva y urgente” para mitigar los riesgos que persisten aguas abajo.
Con ese aval, quedó ratificado el cronograma para que la primera unidad entre en servicio en cinco meses, seguida por la segunda unidad turbina antes de que termine noviembre, y la tercera y cuarta unidad de generación en enero y septiembre de 2023.
El 26 de julio entrará en funcionamiento la primera turbina de Hidroituango
El PMU se citó en el proyecto para revisar en terreno las conclusiones del estudio de la firma Pöyry sobre el estado actual de la futura central. Tanto la Anla como Pöyry coinciden en el riesgo que representa para las comunidades aguas abajo la operación permanente del vertedero.
¿Qué fue lo que dijo el citado informe al respecto? Mientras el diseño inicial de la megaobra contemplaba el vertedero, conductos para aguas turbinadas y una importante capacidad de descarga como alternativas para bajar el nivel del embalse, el panorama después de la emergencia de 2018 es bien diferente.
Por eso la consultora asegura que el riesgo más grande que corre Hidroituango desde 2019 se concentra en que el río Cauca pasa de manera constante y única por el vertedero, y no hay otra opción de evacuación hasta que se pongan en operación progresiva las ocho unidades.
Por eso ayer se ratificó que a pesar la disposición preventiva vigente impuesta por la Anla, el proyecto debe encender sus turbinas porque es una acción concreta para reducir los peligros asociados a la obra. En otras palabras, al tratarse de una medida de gestión del riesgo, la resolución vigente (la 820 de 2018) no impide que el proyecto genere energía eléctrica, “lo cual es la medida más efectiva y urgente para mitigar los riesgos, sobre todo pensando en las comunidades aguas abajo, ya que así se empieza a liberar gradualmente la presión sobre el vertedero y el cuenco”.
La autoridad ambiental ratificó en el PMU que no existe ninguna restricción para que el proyecto genere energía eléctrica, medida que de acuerdo con el informe de Pöyry, resulta ser la más efectiva y urgente para mitigar los peligros en las comunidades aguas abajo de la presa.
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Más claro aún: los riesgos del proyecto se empiezan a mitigar gradualmente a medida que entren las primeras unidades de generación.
En este PMU se solicitó a EPM realizar mesas técnicas para la discusión de aspectos ambientales, dentro de las cuales se identifica el análisis de riesgo sísmico de la presa, el desarrollo de una descarga de medio fondo, entre otros como la regla de operación.
EPM también confirmó en la reunión que las obras para el ensamblaje e instalación de las primeras cuatro turbinas se terminarán este año.
El proyecto hoy presenta un avance general del 87,03%.
El avance de la presa es del 99%, de 98% en el vertedero, 95% en el sistema de desviación del río, 86% en el túnel de acceso y casa de máquinas, 83% en caverna de casa de máquinas, y 66% en las obras de descarga intermedia.
Justo la semana pasada, la empresa informó que llegaron los 12 transformadores de potencia que faltaban. Los primeros 13 habían arribado a mediados del año pasado. Los aparatos llegaron desde Huangpu, China, al puerto de Barranquilla. Desde allí serán transportados por tierra hasta el proyecto. El cálculo apunta a que lleguen en marzo.
Colprensa – El Colombiano
Fuente: RTVC Noticias