Aunque la lavadora es automática y fácil de usar, detalles como no separar la ropa, no medir el detergente o ignorar la temperatura del agua son errores que pueden arruinar nuestras prendas favoritas.
Entre las tareas cotidianas del hogar, lavar la ropa es una de las comunes y frecuentes. Como la máquina trabaja de forma automática, es común pensar que no se necesita ninguna medida previa. Sin embargo, de esta manera es probable no darse cuenta de ciertos errores al poner la lavadora.
Como todo electrodoméstico, este aparato necesita cuidado y mantenimiento, además de una serie de estrategias que pueden sacar su máximo rendimiento. Limpiarla con frecuencia, no dejar humedecer las prendas o separarlas por color son algunos métodos para evitar complicaciones.
Conoce los errores comunes al poner la lavadora
Aunque se trata de una tarea sencilla, suelen repetirse una serie de errores comunes al poner la lavadora. Por este motivo, la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda algunas medidas para lograr el funcionamiento más eficiente del aparato.
De esta manera, se pueden evitar las manchas y los olores producidos por la humedad, además de realizar una higienización eficiente de las prendas.
1. Cuidado con la carga
Uno de los errores que puedes estar cometiendo al poner la lavadora es llenarla hasta el tope. Algo que suele ocurrir con el fin de ahorrar tiempo y lavar todo junto. Sin embargo, sobrecargar el aparato puede derivar en un lavado menos efectivo.
La cantidad de ropa no debe estar apretada dentro del tambor, sino que tiene que quedar un margen de movimiento. Una estrategia recomendada es ingresar una mano antes de iniciar. La misma debe moverse de forma cómoda dentro del tambor.
Además, cada aparato posee una determinada capacidad de carga medida en kilogramos. Algunos soportan hasta 7 y otros hasta 9 o 10 kilos. En cuanto a la ropa, las prendas más pesadas suelen ser las sábanas, las toallas de baño y los jeans.
2. Dejar la ropa humedecer es otro de los errores al poner la lavadora
Es cierto que la lavadora hace todo el trabajo. Solo hay que configurarla, agregar los productos de limpieza y presionar el botón de inicio. Sin embargo, la comodidad del aparato puede llevar a una relajación demasiado extendida cuando existe una tarea más en el proceso.
Si las prendas adoptaron cierto olor a humedad tras el lavado, es muy probable que hayan estado mucho tiempo sin retirarse del tambor. Para evitar este inconveniente y no tener que volver a higienizarla, retirar, secar y colgar la ropa apenas finaliza el programa es lo ideal.
3. No ajustar los programas
Las lavadoras automáticas poseen varios programas de limpieza, según el tipo de centrifugado y la temperatura. En general, cuando la ropa no está tan sucia, alcanza con programas cortos. Mientras que para prendas con mayor suciedad, como las de entrenamiento, es recomendable utilizar ciclos de lavado más extensos.
4. Trabajar las manchas con anterioridad evita errores al poner la lavadora
La lavadora es un producto que facilita la tarea cotidiana. Pero no es un dispositivo mágico.
Existen manchas profundas, como las derivadas del lodo o de la salsa de tomate, que requieren acciones previas al lavado. Es probable que se necesite aplicar un quitamanchas específico durante 10 minutos antes de ingresarlas al tambor.
Otros productos para tratar manchas, sobre todo las derivadas de la sangre o el lodo, son el bicarbonato de sodio y el vinagre blanco. Ambos de uso común en el hogar.
Por otro lado, revisar la temperatura que la etiqueta de la prenda recomienda es clave. Con frecuencia, las manchas complejas precisan un nivel de calor un poco más alto del habitual.
5. No medir el centrifugado
Otro de los errores frecuentes al poner la lavadora es no prestar atención a las revoluciones del centrifugado. Configurarlas demasiado alto no es recomendable para cualquier tela. En general, las de algodón y poliéster son las que precisan revoluciones más altas, mientras que para las demás, el centrifugado medio es suficiente.
6. No separar la ropa al poner la lavadora
También por falta de tiempo o por inexperiencia, se suele lavar toda la ropa junta. Existen diferentes criterios de clasificación, según el color de la tela, la textura o la temperatura de lavado:
- Por color: en general, la ropa blanca se higieniza separada del resto.
- Por tejido: las de algodón, poliéster, fibras orgánicas y látex se lavan con agua fría o tibia. Por otro lado, las prendas de lana es conveniente que sean lavadas en seco, al igual que la seda.
- Por temperatura: algunas prendas precisan lavados de agua fría, mientras que otras requieren temperatura media, es decir, de unos 30 grados centígrados. Por otro lado, están las que se recomiendan lavar con agua a más de 60 grados centígrados.
Con respecto a la temperatura, lo más común es hacerlo con agua fría en lavados generales. Sin embargo, es probable que genere olores o que el detergente no alcance a trabajar lo suficiente.
7. No medir el jabón líquido o en polvo
Los productos para el lavado de ropa son sencillos de usar, pero no deben pasarse de la justa medida. Un exceso del mismo puede provocar manchas en la tela.
Es importante guiarse por las indicaciones del fabricante. Siempre aplicar el detergente y el suavizante con precaución, sin llevar a los ojos o la boca.
En cuanto al suavizante, no es beneficioso para todos los tipos de tejido. Por ejemplo, los de algodón se lavan mejor solo con jabón líquido. Mientras que para otros, un poco de vinagre blanco es suficiente.
8. Perder la ropa interior
En la diversidad de prendas que se meten en la lavadora se pueden encontrar desde grandes sábanas de dos plazas hasta pequeños calcetines o ropa interior. Extraviar alguno de ellos se encuentra entre los errores más comunes al poner la lavadora.
Para evitarlo, coloca los mismos dentro de una bolsa de malla que sea apta para la higienización automática. De esta manera, se puede ahorrar ese tiempo de búsqueda para completar el par.
9. Uso de lavandina o lejía
La aplicación de lejía no es recomendable para cualquier prenda ni en cualquier momento. Se trata de un químico con un efecto muy potente sobre la tela.
En casos de blanqueamiento, desinfección o quita de manchas complejas puede resultar útil, aunque debe aplicarse con precaución y con la prenda apartada.
10. No limpiar la lavadora
Una higienización frecuente del aparato permite que funcione con su máxima capacidad. Es importante limpiar la mugre que se acumula en las gomas del tambor, así como en los depósitos de suavizante y jabón.
Si no se higieniza, es probable que la lavadora tenga problemas mecánicos en aspectos como el desagüe o la distribución del detergente. Además, se recomienda dejar la tapa abierta cuando no se utiliza para evitar la acumulación de humedad.
La importancia del secado para evitar errores al poner la lavadora
Es muy importante hacer hincapié en evitar que la ropa quede húmeda dentro de la lavadora. Hay personas que, por desconocimiento o por simple descuido, dejan las prendas mojadas durante varias horas.
De todas formas, si llega a suceder, existen algunas formas de solucionarlo. Dejarlas en un balde con agua tibia y verter 2 tazas de vinagre blanco es una opción. Transcurridas 2 horas, volver a iniciar un ciclo de lavado.
Por otro lado, es posible higienizar la parte interna de la lavadora de la siguiente forma. Hay que iniciar un programa de lavado extenso con agua caliente y un poco de amoníaco líquido. Esto funciona para quitar el olor de la parte interna.
Fuente: Mejor Con Salud