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Aprende cómo vendar y curar heridas

Sigue leyendo para saber cómo vendar correctamente una herida y ayudar a que se recupere cuanto antes.

Aprende cómo vendar y curar heridas

Última actualización: 09 febrero, 2022

Vendar y curar heridas puede ser un proceso complejo, dependiendo de dónde se haya producido la herida. Por eso es tan importante saber hacerlo bien para acelerar y favorecer el proceso de recuperación tisular tras una lesión.

A continuación, vamos a ver la mejor forma de vendar y curar heridas. También aprenderemos la forma correcta de aplicar un vendaje con todos sus pasos, y así podrás aplicarlo sobre las diferentes partes del cuerpo que necesites.

Vendar y curar heridas

Si hemos sufrido una herida, es importante vendarla para protegerla de los agentes externos y ayudar a su óptima cicatrización.

Vendarla no significa coger una trapo, enrollarlo y hacer un nudo que ponga mucha presión sobre la herida. Hay que saber realizar el procedimiento de la manera correcta. También hay vendajes preventivos, que pueden ser de gran utilidad. Pero aquí vamos a hablar de los que se aplican sobre heridas.

Vendar una herida

Para vendar una herida de forma correcta, primero debemos limpiar y secarla adecuadamente. Es importante que esté libre de humedad, porque al aplicar la venda ya no se aireará y no se eliminará cualquier resto de agua que puede generar inconvenientes e infecciones a largo plazo.

Una vez que la herida esté limpia y seca, conviene taparla con una gasa humedecida en suero. No tiene que estar mojada. Simplemente con que esté húmeda es más que suficiente. El objetivo no es ayudar a su curación, si no evitar que la gasa se pegue sobre la piel. Así será más fácil quitarla cuando tengamos que hacerlo.

A continuación, tenemos que elegir el tamaño de venda que mejor se ajuste a la zona que queremos vendar. Existen todo tipo de anchuras de vendajes que se adaptan anatómicamente para que el vendaje sea cómodo para el portador.

Tras aplicar la gasa y elegir la venda correcta, debemos aplicar la venda con la presión justa. Debe estar fuerte y cerrar bien todos los ángulos a través de los cuales le podría llegar suciedad desde fuera a la herida.

Sin embargo, tampoco debe dificultar la circulación. Así, tras colocarla con la fuerza que consideremos necesaria, debemos comprobar las zonas adyacentes a la venda varias veces. Ver si está roja, si molesta al tocarla o si, por el contrario, podemos fácilmente meter el dedo por debajo de la venda. En todos estos casos debemos quitarla y comenzar de nuevo hasta que esto no ocurra.

Ten en cuenta que la venda se debe poder adaptar al movimiento del músculo. Y los músculos, cuando se contraen, ganan diámetro, por lo que también debe ser ciertamente flexible hasta cierto punto para no bloquear el libre movimiento.

Otras consideraciones importantes

Para ayudar a que se recupere la herida, además de aplicar la venda, podemos tomar otras medidas.

La más importante será elevar la zona herida. La elevación, junto con la compresión que produce la venda, son dos componentes esenciales de la recuperación, ya que ayudan a evitar el exceso de circulación y estimulan el retorno venoso. Es decir, con una herida reciente, queremos evitar que se envíe demasiada sangre sobre la zona, ya que no se utilizará correctamente y generará un éstasis circulatorio.

Por otro lado, obviamente debemos tratar de utilizar poco la musculatura del miembro afectado. Como hemos dicho, al contraerse, los músculos se expanden. Y esto puede contribuir a que la herida no cierre del todo. Otro punto a tener en cuenta es que debemos vendar la herida con la musculatura en una posición funcional. Es decir, si queremos vendar la rodilla, no lo haremos ni con la pierna extendida del todo, ni totalmente flexionada. Buscaremos una postura intermedia, para que la venda ceda un poco en ambos sentidos, en vez de totalmente en uno de los dos.

Finalmente, también podemos aplicar frío los primeros dos días y calor posteriormente. Una vez pasada la fase inflamatoria inicial, ya podemos ayudar a aumentar la circulación mediante temperaturas elevadas a través de agentes físicos. De esta forma, la sangre se llevará los residuos que hayan quedado en la zona de la herida, contribuyendo así a su recuperación.

Un proceso delicado

Debemos vendar una herida correctamente. De lo contrario, la recuperación se alargará en el tiempo y puede incluso generar infecciones o complicaciones secundarias.

Por lo tanto, sigue los simples pasos mencionados arriba y no deberías tener mayores complicaciones. Dependiendo de lo grande o pequeña que sea la herida, obviamente tardará más o menos en curarse. Pero todas se curan. Y si lo hacemos correctamente, podremos limitar el tiempo que tarde de manera significativa. Así podremos volver a practicar nuestros deportes favoritos en el menor tiempo posible.

Ten en cuenta que esto es para vendar heridas. Puedes descubrir un mundo sobre dicha temática a partir de estudios sobre otros tipos de vendaje que te pueden resultar interesantes para implementar ante cualquier herida.

Fuente: Mejor Con Salud