Tener fuerza de voluntad en el deporte es una gran virtud a la hora de luchar por los resultados. Descubre cómo lograrlo.
Una de las preguntas que más se plantea cualquier persona que empieza a ejercitarse es cómo tener fuerza de voluntad para ir al gimnasio. Y esto se debe a que la constancia y la disciplina son las mejores virtudes que puede tener un deportista.
Tener fuerza de voluntad es igual a tener motivación. Esto quiere decir que aunque parezca que el deportista constante lo es porque es su personalidad, lo cierto es que se puede trabajar para aumentar esta característica. Afortunadamente todas las personas están en disposición de tener una férrea fuerza de voluntad a prueba de cualquier desafío.
Conseguirlo requiere esfuerzo y paciencia, pero el resultado desde luego merecerá la pena. Con todo esto, a continuación daremos unos consejos para responder a la pregunta cómo tener fuerza de voluntad para ir al gimnasio.
Elige referentes para inspirarte
La inspiración es una poderosa fuente de fuerza de voluntad. Tener referentes como un espejo en el que mirarse es una maravillosa idea para aumentar la fuerza de voluntad.
En este sentido cabe hacerse una pregunta. ¿Es mejor fijarse en deportistas de élite, personas increíbles pero muy diferentes o es mejor tener como referente a una persona similar a uno mismo?
La pregunta no se puede responder en términos absolutos, depende un poco de lo que vaya buscando el deportista. Los deportistas de élite transmiten mucha inspiración, pero es difícil encontrar un punto de identificación, y al final la persona se acabará cansando.
Por otro lado, las personas mas accesibles y cercanas también pueden transmitir fuerza de voluntad, aunque no tengan unos logros tan vistosos. Al final lo que importa es que el referente tenga unos valores positivos y que irradie una imagen de compromiso y constancia.
Introduce variación en los entrenamientos
Es posible que un deportista pierda la fuerza de voluntad porque los entrenamientos se vuelven aburridos o monótonos. Hacer siempre lo mismo cansa, pero afortunadamente esto se puede corregir introduciendo un poco de variación a la rutina.
A este respecto, el entrenamiento sin variación es mucho más peligroso de lo que pueda parecer a simple vista. Entrenar siempre los mismos grupos musculares sin descanso lleva a una situación de sobreentrenamiento.
El sobreentrenamiento, o síndrome de fatiga crónica, es una respuesta poco adaptativa al estrés del entrenamiento consecuencia de entrenar con grandes volúmenes y saltándose descansos. Es un síndrome físico pero también afecta al plano psicológico.
Uno de los primeros síntomas del sobreentrenamiento en la mente es la variación del estado del ánimo. De acuerdo con estudio publicado en la revista de psicología aplicada al deporte y al ejercicio físico, cuando un deportista da síntomas de sobreentrenamiento su estado de ánimo se vuelve triste, irritable y cansado.
Descompón las grandes metas en pequeños pasos
A la hora de iniciarse en el entrenamiento cualquier persona tiene unas expectativas sobre lo que espera conseguir. Esto es un aspecto positivo, ya que las expectativas nutren la fuerza de voluntad. Sin embargo, cuando las expectativas son demasiado desmesuradas se corre el riesgo contrario.
Una forma de conseguir el equilibrio entre expectativas aburridas y demasiado ambiciosas es descomponer las grandes metas que se quieren conseguir a largo plazo en pequeños pasos asumibles. Las metas a corto plazo son un pilar fundamental de la motivación, especialmente cuando se empieza en el entrenamiento.
Siguiendo con esta idea y según un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Tamaulipas, es necesario al inicio de la actividad física que la persona se plantee metas a corto y mediano plazo. De esta manera, cuando las obtenga seguirá esforzándose y manteniendo el hábito.
Entrena la fuerza de voluntad como si fuese un músculo más
Entrenar las facetas psicológicas requiere más esfuerzo y constancia que las físicas, no obstante esto tiene una razón. Los progresos psicológicos quizás no son tan visibles o espectaculares como los físicos, pero son igual de importantes.
Trabajar la fuerza de voluntad es un camino difícil que pondrá a prueba la resistencia mental. Empezar a entrenar no es cosa fácil pero a medida que se adquiere el hábito, resulta más fácil. Lo verdaderamente difícil es que el esfuerzo se tiene que realizar todos los días.
Con todo esto, hemos dados unas pautas básicas sobre cómo tener fuerza de voluntad para ir al gimnasio. Aún así cabe recordar que el entrenamiento debe ser una actividad que genere placer, y no una obligación imperdonable. La autodisciplina no sirve de nada si no hay amabilidad y comprensión hacia uno mismo.
Fuente: Mejor Con Salud