Site icon El Papayaso

Consejos y pasos para limpiar una chimenea

Encender la chimenea en los días de frío regala un clima acogedor. Es necesario el mantenimiento adecuado de estos fogones para prevenir afectaciones de salud y accidentes domésticos.

Consejos y pasos para limpiar una chimenea

Última actualización: 28 febrero, 2022

Limpiar una chimenea es fundamental para mantenerla en buen estado, cuidar la salud de los usuarios y disfrutar de un ambiente casero cálido en los meses fríos. Por lo menos una vez al año estos fogones necesitan atención para rendir al 100 %.

Otro motivo para asear las chimeneas es la eliminación de olores desagradables provocados por el amontonamiento de residuos. Asimismo, mejorar la corriente de aire, ya que el viento cuela ramas, hojas secas, nidos y demás desechos que taponan la salida del calor.

Además, el Chimney Safety Institute of America (CSIA) advierte que la mayoría de los incendios originados en estos conductos se deben a la suciedad y acumulación de creosota y hollín. Ambos son subproductos de la combustión de madera que aumentan el peligro de siniestros.

Métodos para limpiar una chimenea

Hay chimeneas de leña, a gas, eléctricas y de bioetanol. En este caso sabrás cómo es el mantenimiento de las tradicionales.

Simplificas el proceso limpiando todos los días los residuos con remedios naturales, como agua con vinagre, bicarbonato con detergente, cáscaras de papa y sal sobre los troncos. Pero los fogones también requieren higiene profunda y existen 2 modos:

  • Uno es el aseo mecánico que implica el uso de un cepillo de deshollinar, es decir, una herramienta manual o eléctrica y flexible que despega el hollín.
  • El otro es el saneamiento químico basado en fórmulas a las que reaccionan los restos sólidos.
Las chimeneas acumulan residuos que se deben quitar a diario, pero también hay que programar limpiezas profundas periódicas.

¿Qué materiales necesitas?

Según el tipo de limpieza que elijas, ocupas los siguientes implementos:

  • Guantes.
  • Linterna.
  • Máscara protectora.
  • Lentes de seguridad.
  • Aspirador de cenizas.
  • Papel, plástico y cartón de protección.
  • Cepillo deshollinador: de mango largo, de conductos de humo o de fideos.


Pasos para limpiar una chimenea

Verifica que tienes todas las herramientas a mano y cubre los alrededores de la estancia para no ensuciar. No olvides el equipo de seguridad, ya que trabajarás con sustancias propicias para una intoxicación.

Limpieza mecánica

  1. Ponte los implementos de protección (mascarilla, guantes y careta).
  2. Cubre el frente de la chimenea y deja una abertura en medio. Utiliza plástico, cartón o papel.
  3. Enciende la linterna y revisa el interior del ducto para identificar las zonas con más suciedad.
  4. Introduce el cepillo a medida que frotas y desenrollas el mango para alcanzar todos los puntos. Verás que caen los residuos.
  5.  Retira el cepillo y los cobertores, una vez despegados los despojos del tubo.
  6. Cerciórate de que el tiro abra y cierre sin dificultad y no quede basura; si es así, aspírala. Succiona también lo que cayó en los alrededores de la estancia.
  7. No olvides asear la base y la embocadura de la chimenea.

Limpieza química

  1. Enciende el fuego y espera 30 minutos hasta que el tubo caliente bien. Esta es una higienización de mantenimiento durante el uso.
  2. Atiza las llamas con leños deshollinadores. Si quieres, puedes incorporarlos sin sacarlos del envoltorio. Regula la cantidad de producto según el uso de la chimenea. Si la enciendes de modo ocasional, basta una bolsa semanal. Si la prendes varios días seguidos, demanda 3 empaques semanales.
  3. Al enfriar las cenizas, retíralas. Con estos pasos tu chimenea estará en óptimas condiciones hasta el próximo aseo.


Consejos de mantenimiento para las chimeneas

Para las limpiezas ordinarias con la escoba, aspiradora, paños y un recogedor de polvo te ayudas. Pero si está en tus posibilidades comprar un kit de mantenimiento, te garantizas herramientas especializadas.

Pregunta por los detergentes limpiachimeneas o prepara en casa compuestos naturales que faciliten el aseo cotidiano. En general, se estiman unas 70 quemadas de madera seca antes de higienizar. Igualmente, sabrás que hay que poner manos a la obra si mides con el atizador y arroja más de 3 milímetros de residuos.

Una recomendación para que la faena no sea engorrosa es no encender con papel ni combustibles ajenos a este fin. Procura la leña poco resinosa, dura y que esté bien seca. No azuces con madera pintada ni pedazos de muebles rotos.

La Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos asevera que la leña, aparte de ser un biocombustible renovable y barato, reduce el riesgo de incendios y supone beneficios para el medio ambiente frente a otros métodos de calefacción.

La leña es un biocombustible útil para las chimeneas y para los hornos.

¿Cuándo es momento de solicitar atención profesional para limpiar una chimenea?

Aunque cumplas con el mantenimiento preventivo de la chimenea, es imprescindible que un profesional la inspeccione al año, así descarta el deterioro, las fallas de ventilación y proporciona una higienización meticulosa. Es momento de buscar a un experto si el tubo solo desprende humo que mancha el techo, hay olores desagradables impregnados en los muebles y cortinas o la salida está taponada.

Como parte del aseo diario puedes rociar café molido para arrancar la suciedad en los ladrillos, humedecer con limpiador multiusos las paredes del quemador o fregar con una esponja la suciedad. No olvides programar una inspección con técnicos del área a pesar de esto, ya que es una medida preventiva contra incendios.

Fuente: Mejor Con Salud