Después de seis meses de aplicarse la segunda dosis de la vacuna contra COVID de Pfizer, la protección contra muerte y hospitalización se mantiene en niveles del 90%, incluso cuando existe una pérdida gradual de efectividad del medicamento en los meses posteriores, particularmente después del cuarto mes.
A esta conclusión llegó un grupo de científicos que analizó la protección inmunitaria ofrecida por el medicamento entre unas 900,000 personas vacunadas en el estado árabe de Qatar, país con “la cobertura de vacuna de ARNm más alta del mundo”. La protección inducida por la vacuna COVID de Pfizer contra la infección “aumenta rápidamente después de la primera dosis, alcanza su punto máximo en el primer mes después de la segunda dosis y luego disminuye gradualmente en los meses siguientes”, escribieron los autores del estudio.
La disminución de la protección parece acelerarse después del cuarto mes de aplicación de la segunda dosis, “para alcanzar un nivel bajo de aproximadamente el 20% en los meses siguientes”, se lee en la investigación publicada en el New England Journal of Medicine (NEJM).
A pesar de la pérdida de protección contra la infección, seis meses después de completar el esquema la vacuna de Pfizer continúa ofreciendo una protección sólida, de un 90%, contra la posibilidad de hospitalización o muerte a causa de la infección con el virus SARS-CoV-2.
Es decir que este fármaco ofrece su máxima protección contra la enfermedad un mes después de vacunarse por completo y luego disminuye gradualmente, pero lo que poco disminuye es la protección que ofrece contra los síntomas más graves de COVID que pueden terminar en una hospitalización o en un fallecimiento. Incluso las infecciones que ocurren entre personas ya vacunadas han demostrado ser “menos infecciosas que las infecciones primarias en personas no vacunadas”, señala el estudio.
“Estos hallazgos sugieren que una gran proporción de la población vacunada podría perder su protección contra la infección en los próximos meses, quizás aumentando el potencial de nuevas olas epidémicas”, concluyen los investigadores.
En el mismo sentido, otro estudio realizado en Israel entre 4,868 trabajadores de la salud vacunados con Pfizer mostró que sus anticuerpos disminuyeron seis meses después de recibir la segunda dosis. La caída se observó de manera más importante entre los hombres, las personas mayores de 65 años y quienes tienen sistemas inmunológicos débiles.
Vacunas tradicionales como las que se usan contra las paperas, la rubéola o el sarampión sólo muestran “una pequeña disminución cada año del 5 al 10% en los niveles de anticuerpos neutralizantes”, escribieron los autores también en el NEJM.
Quizá estas investigaciones respondan a la pregunta de en qué momento una persona que ya fue totalmente vacunada debería ponerse una tercera dosis.
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Fuente: El Diariony