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Habrá sentimientos encontrados con mezcla de alivio, alegría y algo de añoranza por el regreso a los puestos de trabajo que estuvieron cerrados casi dos años debido a la pandemia del coronavirus.
Ahora vamos por el camino de la normalidad, luego de las dificultades para las empresas de mantenerse a flote, con una fuerza laboral dispersa en cada sala o habitación; aunque las cosas parecían funcionar bastante bien, laborando desde el sofá, en sudadera o en pijama.
Hombres y mujeres se acoplaron al proceso de cocinar, ordenar la casa y atender a los hijos al tiempo con las responsabilidades de la oficina, todo con tal de mantener el empleo, por el pánico de caer entre los millones de desocupados que dejó la pandemia, debido a la reducción de horarios y al cierre de las empresas.
Para los trabajadores el retorno no será tan fácil. Algunos prefieren seguir como en la pandemia y muchos cambiaron de puesto o de carrera aprovechando la coyuntura.
Por eso, en los estados de Nueva York y Nueva Jersey, que tienen su economía tan interconectada, comienzan a desarrollar estrategias para el retorno a la oficina y volver por la ruta de la recuperación económica. Por ejemplo, el plan “Return and Earn” del gobernador de New Jersey, Phil Murphy, utiliza fondos federales y subsidiará un bono de $500 dólares para cada trabajador contratado por empresas de hasta 100 empleados. Y si les pagan desde los $15 dólares la hora, los patrones recibirían más $10,000 en subsidios para capacitar y pagar la mitad de los salarios por los primeros seis meses. ¡Nada mal para una economía que aspira a la recuperación con las pequeñas y medianas empresas!
Además, según economistas de The Economic Policy Institute, el temor a contraer el virus, y el debate sobre si las escuelas pueden continuar con las clases presenciales ahora que se habla de brotes en los planteles, hacen que tengan segunda opinión sobre el retorno al escritorio.
Antes de la pandemia la relación laboral se limitaba a que las empresas contrataban a los empleados para hacer el trabajo, con interrelación personal diaria, y ahora parecen ser más cómodas las reuniones a través de video llamadas con las computadoras. Por eso son pocos los que quieren cambiar el sofá por la silla de la oficina. El reto entonces es que volvamos a reencontrarnos y a la cultura laboral que se perdió por la pandemia.
Sofía Villa preparo esta columna a título personal. Trabaja como Producer Writer en Univision NY y sus opiniones no representan a Univision Communications Inc.
Fuente: El Diariony