Las reflexiones sobre el mundo natural se remontan a los orígenes del pensamiento y han sido una de las ramas de la filosofía que más contribuyó con el desarrollo del mundo moderno. Veámoslo en detalle.
La filosofía de la naturaleza, también llamada filosofía natural, refiere a la reflexión filosófica sobre el mundo natural y físico en el que estamos inmersos. De esta forma, sus objetos de estudio son los entes inanimados (planetas, estrellas, fenómenos naturales, componentes físico-químicos de la materia, etc.) y los seres vivientes.
Su origen se remonta a los albores de la historia del pensamiento, cuando el hombre primitivo se esforzaba por comprender la naturaleza. En aquella época, el ser humano se asombraba ante la grandiosidad y la armonía del universo; se maravillaba ante la repetición constante de los ciclos naturales; y le temía a la incontrolable potencia de los fenómenos naturales.
A partir de allí y a lo largo de la historia, ha surgido una variedad de teorías y explicaciones sobre el mundo físico, que han contribuido a su comprensión y dominio por parte del humano. A continuación detallamos en qué consiste esta rama de la filosofía y cómo ha contribuido a la evolución de la sociedad moderna.
Origen de la filosofía natural
Como dijimos, el origen de la filosofía natural se remonta a las primeras reflexiones y explicaciones sobre el mundo físico, cuyos primeros registros datan de la antigüedad. Tenemos las teorías explicativas de Tales de Mileto -el primer filosofo de la naturaleza- y otros pensadores de renombre como Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Platón y Aristóteles.
La filosofía natural se caracterizaba por establecer el origen y la constitución de los seres naturales. En este sentido, se daba una interpretación dialéctica espontánea e ingenua de la naturaleza, en la que todo lo que conforma el mundo físico estaba concatenado y vivo.
En esta época se entendía la naturaleza como una substancia permanente y primordial que se mantiene a través de los cambios incesantes de los seres naturales. Asimismo, se solía explicar el origen del mundo partiendo de objetos concretos (como el agua), a los que llamarón arjé (principio).
Evolución
Posteriormente, en la época medieval, la filosofía de la naturaleza estribaba en la adaptación de ciertos principios cosmológicos aristotélicos a la imagen geocéntrica del mundo. Por ejemplo, la naturaleza era concebida como un organismo universal, autosuficiente, un sistema unificado de fuerzas omnipresentes animado por un alma cósmica en la que la distinción entre lo vivo (espíritu) y lo no vivo (materia) pierde su significado.
De esta forma, se asume que todo está vivo, por ende, las cosas dentro del organismo no suceden porque algún ser no natural intervenga en él.
Luego, durante la edad moderna, los filósofos de la época empiezan una lucha contra la visión escolástica de la naturaleza y defienden una visión más científica. Se desarrollaron diversas y profundas explicaciones de corte racionalista, empirista, materialista y dialéctico.
En este sentido, los filósofos naturales modernos no son ni científicos ni humanistas, sino que están en el medio, mezclando un poco de todo. Es decir, durante este período podemos notar ideas que privilegian la especulación, pero también encontramos pensamientos que defienden la experimentación.
Por último, en la contemporaneidad, la filosofía de la naturaleza no ha sido reemplazada ni por las ciencias naturales ni por la teología natural. Continúa desarrollando su especificidad en varios sectores que se distancian tanto del cientificismo como de las doctrinas de lo sobrenatural.
Uno de estos espacios es el Círculo de Filosofía de la Naturaleza, fundado en el año 2008 por Miguel Espinoza, de la Universidad de Estrasburgo. Entre los problemas tratados están la continuidad de la ciencia a la metafísica, la relación entre las matemáticas y el mundo sensible, los diferentes aspectos de la causalidad en la ciencia y su relación con el determinismo y la libertad.
Principales exponentes
Enlistar todos los filósofos que se han enfocado en comprender la naturaleza es una tarea ardua. Por ello, solo nos limitaremos a presentar a algunos de los autores que propiciaron el surgimiento de la filosofía natural:
- Tales de Mileto (624 a. C. – 546 a. C.): fue el primero en afirmar que la tierra era circular y planteó que el agua es el principio de la vida universal. Asimismo, fue quien dividió el año en estaciones y en 365 días.
- Anaximandro (610 a. C. – 546 a. C): defendió que el universo y la naturaleza están conformadas por el apeirón o pequeñas partículas de materia indeterminada que son infinitas. Asimismo, fue el primero en postular que la vida se genera en el agua y que los organismos se regeneran y evolucionan al adaptarse a sus medios ambientes.
- Anaxímenes (nacimiento entre 615 a. C. y 590 a. C. – 525 a. C): fue el primero en introducir en la cosmología la idea de periodicidad, que alude al incesante movimiento del cosmos. Además, habló de la dilatación y condensación de la materia por el calor y frío del aire.
- Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.): reunió todo lo dicho anteriormente, dando respuestas a los grandes interrogantes que suscitaban los presocráticos, en especial lo referente al problema del movimiento. Asimismo, tiene abundantes escritos sobre las plantas, los astros y los animales.
Impacto de la filosofía de la naturaleza en la evolución de la sociedad
El surgimiento y el desarrollo de la filosofía natural, sin dudas ha sido uno de los aspectos fundamentales para la comprensión del mundo en el que estamos. Gracias a ella, el ser humano ha adquirido un relativo dominio y conocimiento objetivo sobre lo físico.
Esto le ha permitido prevenir y curar enfermedades, disminuir el impacto de los desastres naturales, producir más alimentos para la población y desarrollar mecanismos y tecnologías para aumentar la calidad de vida.
Asimismo, la filosofía de la naturaleza nos ha ayudado a entendernos como especie y ha proporcionado teorías sobre el origen de todo el universo. Estas respuestas, aunque no sean definitivas, dan sentido y propósito a la existencia.
Fuente: Mejor Con Salud