La mejor manera de abordar la flebitis en el embarazo es previniendo su aparición. Esto se consigue realizando actividad física y evitando la inmovilidad.
La flebitis en el embarazo es un problema común. En muchos casos, hay alteraciones en las venas en mujeres que tienen entre 20 y 25 años, sin que estén encinta. Pero como no siempre hay síntomas visibles, a veces se detecta durante la gesta.
El punto es que esta condición puede provocar consecuencias importantes. La flebitis en el embarazo debe tratarse a tiempo para evitar complicaciones, como trombosis o hasta un embolismo pulmonar.
¿Qué es la flebitis?
La flebitis es la inflamación de las venas. O de manera más precisa, de las paredes de una vena.
A veces, esto se encuentra asociado a la formación de un coágulo en la misma zona. En esos casos, se habla de tromboflebitis.
Lo más habitual es que este problema se presente en las piernas, ya que la circulación se realiza desde los pies hacia el corazón. También es un factor desencadenante la inmovilidad por tiempo prolongado.
Los principales factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad son la la gestación, la edad avanzada, el consumo de anticonceptivos y el sobrepeso. El mayor riesgo es que se forme un trombo y esto dé lugar a una embolia pulmonar.
La flebitis en el embarazo
La flebitis en el embarazo es común, debido a que la propia gestación induce una mayor coagulabilidad en la sangre. Así mismo, el cuerpo de la gestante produce más plaquetas. Esto lleva a que haya mayor riesgo de coágulos sanguíneos.
De otro lado, la ampliación del útero es un factor que comprime el retorno venoso y dificulta la circulación normal. El riesgo de flebitis en el embarazo es mayor en aquellas madres que deben guardar reposo.
El trastorno puede ser de 2 tipos:
- Superficial: si tiene lugar apenas por debajo de la piel. Rara vez es peligrosa.
- Profunda: si ocurre en venas más profundas y de mayor diámetro. Esto se considera una emergencia médica por el peligro que entraña. También se le conoce como trombosis venosa profunda.
Síntomas
Los síntomas de la flebitis en el embarazo varían, dependiendo de si la condición es superficial o profunda. En el caso de la flebitis superficial, los principales signos son los siguientes:
- Aumento del volumen de la vena, detectable mediante palpación.
- Enrojecimiento de la piel (eritema).
- Dolor y calor en la zona.
- Fiebre.
Si la flebitis en el embarazo es profunda, los síntomas son los siguientes:
- Piel pálida o cianótica (azulosa) en la zona afectada.
- Hinchazón en la pierna (edema).
- Taquicardia.
- Dolor sordo.
- Fiebre.
Muchas veces, la flebitis en el embarazo no genera síntomas. Así mismo, la intensidad de los mismos no permiten prever siempre el desenlace de la situación.
Tratamiento de la flebitis en el embarazo
El objetivo central del tratamiento para la flebitis en el embarazo es disolver el coágulo que se ha formado y evitar la formación de otros nuevos. Lo usual es que se inyecte heparina de bajo peso molecular (HPBM). Otros medicamentos, como la warfarina, deben evitarse en la mujer gestante.
Si la flebitis es superficial, suele indicarse una inyección diaria de HPBM durante 6 semanas. Si es profunda, el tratamiento se extiende hasta 12 semanas o más.
Están contraindicados los antiinflamatorios no esteroideos, como la aspirina. Generan riesgo de hemorragia o de malformaciones en el feto.
Es indicado realizar varias ecografías Doppler de control. Casi siempre se llevan a cabo cada 15 días para vigilar la evolución. Además, el médico prescribe medias de compresión de tipo 3.
Si después de aplicar estas medidas se presentan nuevos coágulos, habrá que recurrir a una cirugía. La misma consiste en la colocación de un filtro en la vena cava inferior, más allá de los vasos renales. La medida previene que los coágulos lleguen a los órganos vitales.
Consejos y recomendaciones a seguir
Hay algunas medidas sencillas que ayudan a prevenir la flebitis en el embarazo. La primera de ellas es mantenerse activa durante la gestación.
Basta con dar un paseo diario de 20 minutos o practicar natación.
Otras medidas adecuadas son las siguientes:
- No usar zapatos planos ni de tacón alto. Lo recomendable es que los zapatos tengan un tacón de 4 centímetros, para favorecer la circulación en la pantorrilla.
- Dormir sobre el lado izquierdo. Esto ayuda a descomprimir la vena cava inferior, lo que incide en todas las venas de la pelvis y de las piernas.
- Usar medias de compresión durante los viajes largos. También ponerse de pie cada 2 horas para activar la circulación.
La flebitis en el embarazo no se debe dar por superada al dar a luz. De hecho, la mayoría de los trombos se desarrollan durante el posparto y el riesgo es más elevado a las 6 semanas.
La cesárea aumenta el peligro.
Si una gestante siente un dolor similar a un calambre en una pierna y este no desaparece, en especial si hay enrojecimiento, inflamación o calor, lo indicado es acudir al médico de inmediato. La flebitis en el embarazo es una condición seria.
Fuente: Mejor Con Salud