Te contamos sobre los beneficios de usar la harina de maní en tu cocina. Así que mira qué tan saludable sería incluirla a tu dieta.
El cacahuete es la semilla comestible de la planta leguminosa Arachis hypogaea, cuyos frutos, de tipo legumbre, contienen semillas apreciadas en la gastronomía. Su valor nutricional proteico es alto y cuando se transforma en harina de maní incrementa mucho más.
Esta harina puede ser una buena opción para sustituir a otras de menor aporte proteico. Así, permite enriquecer ciertas preparaciones y hasta sustituir el gluten de la dieta. Otra ventaja es que contiene una grasa de buena calidad, comparable a la del aceite de oliva.
Sigue leyendo y te deleitarás al conocer las aplicaciones de la harina de maní y cómo contribuye a enriquecer la dieta con proteínas y otros nutrientes de alto valor.
¿Qué es el maní?
El maní es el sexto cultivo más rico en grasa y más económico del mundo. Es útil para el consumo humano, como fuente de proteínas, grasas, minerales y vitaminas.
Desde la perspectiva botánica no es un fruto seco, como las nueces o avellanas, sino una legumbre que pertenece al género Arachis y es originaria de América del Sur. A nivel gastronómico, es usado como un fruto seco, por sus características de textura, sabor y contenido graso.
El maní es muy apreciado como snack frito, tostado con o sin sal, horneado, como pasta de maní, leche de cacahuete, barras saladas y dulces, mantequilla, salsa de maní y sustituto del queso.
También se consume como ingrediente de otros productos y se emplea crudo para la producción comercial de aceite. La pasta de maní desgrasada se utiliza para elaborar harina y evitar la rancidez de la grasa durante el almacenamiento, así como la pérdida de sus características sensoriales.
¿Cómo se obtiene la harina de maní?
En general, la harina de maní tradicional se obtiene a partir de la harina de maní entera. Después de extraerle la grasa, se vuelve a moler.
La harina se utiliza en la formulación de pastas, en variedades de snacks y bebidas. Sus características emulsionantes la hacen predilecta en la elaboración de curri, galletas y sopa.
También se usa como harina compuesta, al formar una mezcla con otras harinas distintas al trigo o cuando se necesita complementar la de trigo con fuentes ricas en proteínas. Otros expertos la han usado para fortificar panes, aumentando el valor proteico y mejorando la aceptabilidad sensorial de los productos.
Propiedades nutricionales de la harina de maíz
Cuando se elimina la grasa del maní se reducen de manera considerable las calorías. Esta reducción en grasa puede ser hasta de un 30 %.
Por ejemplo, mientras la mantequilla de maní tiene entre 45 a 50 % de grasa, la harina oscila entre 10 y 15 %. Esto también es favorable, porque las proteínas se concentran más.
A pesar de que se reduce la cantidad de grasa, la calidad sigue siendo buena. En ella predomina el ácido graso oleico, un monoinsaturado característico del aceite de oliva.
Algunos trabajos científicos muestran la composición nutricional de la harina de maní, expresada por cada 100 gramos de producto:
- Humedad: 4,2 %.
- Proteínas: 46 gramos.
- Grasa: 11,5 gramos.
- Sodio: 0,22 miligramos,
- Magnesio: 2,59 miligramos.
- Manganeso: 13 miligramos.
- Potasio: 6,81 miligramos.
- Carbohidratos: 22,5 gramos.
- Fibra: 16 gramos.
- Ácido oleico: 45,2 % de la grasa total.
- Ácido linoleico: 42,1 % de la grasa total.
Destaca el alto valor de proteínas y de fibra, lo que permite enriquecer productos y otras harinas refinadas. De esta forma, se puede mejorar el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento.
Los minerales que se encuentran en mayor proporción son el sodio, el magnesio, el manganeso y el potasio. El manganeso de 100 gramos de harina de maní logra cubrir casi el 100 % del requerimiento diario.
Además, un 45 % de toda la grasa es ácido graso oleico y un 42 % es ácido graso esencial linoleico. Este último es un omega 6, que por su efecto proinflamatorio se debe equilibrar con la ingesta de omega 3.
Por otro lado, en cuanto al valor vitamínico, la niacina es la más destacada, seguida de las vitaminas del complejo B. La vitamina E disminuye un poco cuando se le retira la grasa al maní entero.
La proteína de la harina de maní
El maní tiene más proteína que cualquier otro fruto seco, a niveles comparables a una porción de frijoles. En la harina, la proporción proteica incrementa cuando se extrae el aceite de la torta de maní, pudiendo llegar hasta un 50 %.
De acuerdo a la puntuación de aminoácidos corregida por digestibilidad de proteínas (PDCAAS), la del maní es equivalente a la de la carne y a los huevos. Contiene los 20 aminoácidos, pero en proporciones variables. El valor del PDCAAS es 0,7 de 1, mientras que para el trigo integral es 0,46.
El perfil de aminoácidos de la harina demuestra que puede ser un ingrediente para la fortificación. Además, la digestibilidad de su proteína es comparable a la de la proteína animal. Los aminoácidos limitantes son lisina, metionina y treonina.
El aminoácido estrella de la proteína del maní
El maní se considera la mayor fuente del aminoácido arginina. Este es un aminoácido semiesencial, ya que el cuerpo fabrica su propio suministro, pero hay momentos en los que hay que complementarlo.
La arginina tiene varias funciones, como fortalecer el sistema inmunitario, regular las hormonas y el azúcar en la sangre y hasta promover la fertilidad masculina. También ayuda a desintoxicar el hígado y neutralizar los efectos de las sustancias tóxicas en el cuerpo.
Por otra parte, es precursor del óxido nítrico, que ayuda a que las arterias se relajen, mejore el flujo sanguíneo y el tiempo de curación de los tejidos dañados.
Beneficios de la harina de maní
Los beneficios que puede aportar la harina de maní son los mismos que los del maní entero, solo que los valores energéticos y de vitamina E resultan algo menores.
Fuente de antioxidantes
El maní y su harina contienen una buena cantidad de antioxidantes, entre los que destacan el resveratrol y los flavonoides. El primero es tan buen antioxidante como el proveniente de la uva morada. Por tanto, la harina de maní cumple funciones protectoras contra las enfermedades cardíacas, las neurodegenerativas y la inflamación sistémica.
Los flavonoides son un tipo de polifenoles, como el ácido cumárico, que también protegen contra enfermedades cardíacas y es preventivo contra las transformaciones malignas de las células. Estos compuestos también se encuentran en el vino, la manzana y el té verde.
Puede mejorar el riesgo de enfermedades coronarias
La grasa que queda en la harina de maní es de predominancia monoinsaturada, la cual reduce el colesterol total y el LDL, así como mantiene el HDL o colesterol bueno.
Los beneficios de la grasa del maní son comparables a los del aceite de oliva. Los estudios muestran relación entre estas grasas monoinsaturadas y la reducción en el riesgo de enfermedades coronarias.
Podría prevenir las enfermedades neurodegenerativas
La harina de maní tiene un alto contenido de niacina y mantiene aceptables valores de vitamina E, que protegen contra el alzhéimer y el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Ayuda para controlar el peso
Se ha observado que el maní en cualquiera de sus presentaciones no conduce a un aumento de peso. Además, las dietas que lo incorporan son más aceptables.
¿Como aprovechar mejor la proteína de la harina de maní?
La alta concentración de proteínas que contiene la harina de maní se puede aprovechar adicionando 3 cucharaditas o 15 gramos a distintas preparaciones durante el día. Esta cantidad aporta 7 gramos de proteínas de aceptable digestibilidad y buen perfil de aminoácidos.
Se recomienda consultar al nutricionista sobre los requerimientos de proteínas al día.
Puedes añadir la harina directamente a un yogur o un batido de vegetales, disolver en un vaso de avena con leche o de leche de almendras, mezclar a otras harinas de cereales para repostería o incorporar a salsas, cremas y barras energéticas caseras.
Fuente: Mejor Con Salud