Un joven aprovechó las hojas originarias de su país para crear un proyecto ambiental y ofrecerlo en los restaurantes. ¡Mira cómo intenta disminuir la contaminación provocada por el plástico!
El plástico es uno de los productos más peligrosos para el bienestar del planeta. Pues después de su uso puede tardar en descomponerse hasta 1000 años.
Debido a ello, durante todo ese tiempo emite una gran cantidad de efectos nocivos que afectan el entorno y la calidad del aire. Asimismo, también impactan de manera negativa en muchos ecosistemas naturales.
Sumado a ello, es una realidad que en muchas ocasiones terminan depositados en las fuentes hídricas. De esa manera, no solo interfieren en la calidad del agua, sino que ocasionan que los animales se ahoguen o queden atrapados.
Además, en muchas otras ocasiones también llegan a tapar los ductos por los que fluye el agua. Por lo tanto, generan inundaciones complejas y aglomeraciones de basura.
A pesar de ello, es una realidad que las industrias siguen utilizando en grandes proporciones este material. Pues consideran que es barato, maleable y resistente.
Sin embargo, varios emprendedores han tratado de crear alternativas para ofrecerles y cuidar el planeta. A continuación te compartimos todos los detalles de uno de esos casos.
Los recipientes para evitar el plástico
Unos de los negocios en los que más utilizan el plástico es en la comida rápida. Pues a través de él elaboran los recipientes en los que introducen los alimentos que le entregan al cliente.
En vista de ello, un joven guatemalteco aprovechó su diplomado como promotor agroambiental para crear un proyecto que luchara contra esa realidad. Fue así como decidió usar a las hojas de maxán para elaborar nuevos platos que pudieran usar los clientes.
Estas hojas son típicas de Guatemala y en muchas oportunidades terminan tiradas en los suelos. Por lo tanto, el joven decidió aprovecharlas para fomentar una causa positiva que beneficie a toda la sociedad.
De esa manera, se asoció con su madre para que ella lo ayude a limpiarlas y cortarlas según la forma del recipiente que se necesite. Después, él se encarga de agregar unos palillos para que el plato quede sólido y no tenga posibilidades de desarmarse.
Es así como ha conseguido elaborar recipientes cómodos para los hot dogs, las papas a la francesa y demás tipos de comida rápida. Además, ha salido a venderlos directamente en los restaurantes en los que nota que aún usan plástico.
De esa manera, ha identificado que existen vendedores y clientes que son conscientes del impacto ambiental. Por lo tanto, acceden a comprar su innovador producto y prometen no volver a usar plástico.
El deseo del joven
A través de esa técnica, el joven ha logrado que muchas empresas de comida rápida dejen de afectar al planeta. Pues ahora están usando recipientes que pueden retornar al ecosistema de manera natural y no generan gases tóxicos.
Además de ello, los restos de las hojas cortadas también se usan para abonar una gran cantidad de árboles. De ese modo, se han fortalecido los ecosistemas naturales.
A raíz de estos hechos, espera que su iniciativa siga creciendo y le permita generar proyectos mucho más grandes. Esto, debido a que su objetivo es que estos métodos innovadores le ayuden a generar trabajo y cuidar el medio ambiente.
Reflexión final
En la actualidad existen muchas alternativas para fabricar elementos amigables con el medio ambiente y desechar a aquellos que generan contaminación. Por lo tanto, es fundamental que la sociedad apoye y visibilice cada uno de estos proyectos.
Del mismo modo, es vital que el cambio empiece desde las casas. De esa manera, lo más recomendable es reducir notablemente el uso del plástico y reciclarlo el mayor número de veces posibles.
Fuente: Mejor Con Salud