El kratom se ha popularizado como un suplemento que ayuda a superar las adicciones. Sin embargo, sus efectos son motivo de controversia. ¿Por qué?
El kratom, de nombre científico Mitragyna speciosa, es un árbol perenne que pertenece a la misma familia del café. Crece en partes de África y en el sudeste de Asia, pero se comercializa como suplemento en muchos otros lugares del mundo.
En particular, se valora como complemento para calmar los síntomas de la abstinencia a las drogas, reducir los dolores y suprimir el apetito. Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) desaprobó su uso e hizo varias advertencias sobre su consumo. ¿Qué deberías saber al respecto?
¿Qué es el kratom y cuáles son sus efectos?
El kratom (Mitragyna speciosa) es una planta de la familia Rubiaceae, misma a la que pertenece el café. Suele cultivarse en países como Tailandia, Malasia, Indonesia y Papúa Nueva Guinea, y se distribuye en el mundo en forma de cápsulas, extractos y polvos.
Sus usos en la medicina tradicional datan del siglo XIX, pero se incrementó en las últimas décadas debido a la difusión de sus efectos terapéuticos contra los síntomas de la abstinencia a las drogas. En concreto, se popularizó como un complemento para alejar a las personas de drogas potencialmente peligrosas, como la heroína y los opiáceos.
Se estima que contiene más de 40 compuestos y 25 alcaloides, entre los que se destaca la mitraginina y la 7-hidroximitraginina. Estas últimas están asociadas a sus efectos eufóricos y estimulantes. Incluso, se cree que tienen potencial como analgésico y antiinflamatorio.
Tal y como lo explica una publicación divulgada en National Institute on Drug Abuse (NIDA), los efectos del kratom se asemejan a los de los opioides. Para ser más exactos, sus principales compuestos activos interactúan con los receptores opioides del cerebro y generan un efecto sedante y de placer. Asimismo, disminuyen el dolor.
Sin embargo, en la actualidad su uso es un tema de controversia.
Mientras que sus defensores se oponen a su ilegalización, entes como la FDA advierten que hay suficientes evidencias para considerarlo una sustancia adictiva y peligrosa. Y si bien en muchos países ya han prohibido su uso, aún es relativamente fácil adquirirlo en forma de suplemento a través de tiendas herbolarias y online. Pero, ¿cuáles son los riesgos de consumir esta planta y sus derivados?
Riesgos por el consumo de kratom
Durante muchos años, la ingesta de suplementos de kratom se sugirió como una «opción segura» para sustituir los opioides y otros medicamentos contra el dolor. De ahí su popularidad entre pacientes con adicción a las drogas.
No obstante, como lo apunta un artículo divulgado en Substance Abuse and Rehabilitation, las investigaciones sobre sus efectos han detectado problemas de seguridad que incluso superan los beneficios que se le atribuyen.
Entre 2011 y 2017, los centros de toxicología en los Estados Unidos recibieron alrededor de 18 000 informes sobre la ingesta de esta planta. De allí, varios reportes se asociaron a muertes y a otros efectos negativos, como un aumento de la presión arterial, convulsiones y síntomas de abstinencia.
Los efectos secundarios se incrementan con dosis más grandes de la planta. De acuerdo con la Clínica Mayo, algunas reacciones son las siguientes:
- Daño hepático.
- Pérdida de peso.
- Dolores musculares.
- Sequedad en la boca.
- Cambios en los hábitos de micción.
- Náuseas, vómitos y escalofríos.
- Alteraciones del sistema nervioso, que se manifiestan con mareos, somnolencia, alucinaciones, depresión y convulsiones.
- Muerte.
Sumado a lo anterior, también hay preocupación por los efectos negativos que provoca al interactuar con ciertos medicamentos. Un estudio reciente divulgado en Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics determinó que su ingesta simultánea con fármacos puede provocar incluso la muerte.
En particular, se han identificado interacciones farmacológicas peligrosas cuando se consume kratom con drogas que estimulan el sistema nervioso central, tales como las benzodiazepinas, los barbitúricos, el alcohol, los opioides, los antidepresivos y los ansiolíticos, entre otras.
Otras preocupaciones
- El consumo de kratom se relaciona con anormalidades en las funciones cerebrales, sobre todo cuando se toma de manera conjunta con ciertos medicamentos. De acuerdo con información compartida en Frontiers in Psychology, puede derivar en deterioro de la función de la memoria, coma y muerte.
- El uso de esta planta en estado de embarazo se relaciona con efectos negativos en el desarrollo infantil. Una investigación en la revista Nature señala que, en consecuencia, el bebé puede nacer con síntomas de abstinencia.
- Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron que los suplementos fabricados con kratom pueden estar contaminados con Salmonella. En 2018 se reportaron 199 personas enfermas por salmonelosis y consumo de kratom en 41 estados.
- En un reporte de caso compartido en Journal of Investigative Medicine High Impact Case Reports, el kratom se vinculó a un aumento de la prolactina y al hipogonadismo secundario. Esto, en consecuencia, conllevó trastornos como amenorrea, infertilidad y falta de libido en la mujer. También se asoció a problemas de impotencia y bajo deseo sexual en el hombre.
¿Qué hay que recordar sobre el kratom?
Aunque en la medicina tradicional el kratom fue empleado contra las adicciones, el dolor y la fatiga, en la actualidad hay varias advertencias sobre los riesgos que acarrea su consumo. Los estudios científicos apuntan a que sus efectos secundarios superan los posibles beneficios.
Por lo anterior, existe preocupación por su uso y distribución como suplemento. Si bien se ha prohibido su comercialización en muchos países, aún es posible adquirirlo con relativa facilidad. Además, hay quienes siguen argumentando que su consumo es seguro y que representa una opción para superar las adicciones.
Lo cierto es que este tema sigue siendo controversial. Por ahora, lo más recomendable es evitar su ingesta y optar por otras estrategias terapéuticas a la hora de combatir el síndrome de abstinencia y las dolencias. En una consulta médica se pueden evaluar alternativas más seguras para el tratamiento.
Fuente: Mejor Con Salud