Se dice que seremos felices en la medida en que seamos una persona exitosa. Pero, ¿qué significa exactamente esto? Hoy reflexionamos en torno a esta idea.
Toda nuestra sociedad actual está construida sobre la base de alcanzar un éxito. Para ser un ciudadano reconocido en ella, tienes que ser alguien exitoso. Para ser feliz, próspero y afortunado, también. Todos hablan del éxito, también sobre cómo se debe alcanzar. El problema radica en que muchos lo buscan desesperadamente sin antes detenerse a pensar qué es o cómo se puede definir.
Por supuesto, esto no es un problema menor. Sucede lo mismo con otras ideas como la felicidad. Si no sabes previamente qué es, es muy probable que nunca la puedas alcanzar. Como es probable que tengas dudas al respecto, hoy te enseñamos una serie de reflexiones en torno a él. Te prometemos que tu opinión sobre lo que es ser una persona exitosa cambiará por completo al final de esta entrada.
¿Se puede definir qué es el éxito?
Por supuesto que sí. Éxito es una palabra que deriva del latín exitus cuyo significado es ‘término’, ‘fin’ o ‘salida’. Se adaptó a mediados del siglo XVI y XVII y tiene su parangón en distintos idiomas. En síntesis, podemos decir que el éxito es la consecución de algo, su salida o su resultado final.
Pero esta definición está incompleta, o al menos lo es si asociamos el aspecto positivo con el cual consideramos algo como exitoso. En efecto, este término se usa como sinónimo de triunfo, de victoria y de gloria. Algo es exitoso en la medida en que se interpreta a través de estas coordenadas. Lo contrario es derrota, fracaso y decepción.
De esta manera, el éxito se entiende como el resultado triunfal o victorioso de algo. Es aquí donde debemos hacer varias apreciaciones: qué se considera como triunfal o victorioso y en qué contextos podemos utilizar este término. Veámoslo con mayor detalle en los próximos apartados.
¿El éxito es subjetivo?
Lo primero que tenemos que entender es que, a todas luces, el éxito es algo subjetivo. Es decir, no depende de coordenadas objetivas que podemos analizar desde el exterior. Algo será exitoso en la medida en que lo consideremos como tal, y lo hacemos con base en expectativas.
Surge en este punto un término capital que nos permitirá entender mejor todo esto. Etimológicamente, expectativa es una expresión derivada del latín que alude a la esperanza de que ocurra algo. Cuando dices que tienes expectativas hacia algo, entonces te refieres a que tienes una esperanza positiva de que determinada acción o suceso se lleve a cabo.
Es por esta razón que algo será exitoso en la medida de tus expectativas. Por supuesto, estas cuentan con diferentes grados y se hacen sobre la base de proyectos y metas. Dado que los grados pueden variar y que no todas las metas y los proyectos son iguales, podemos decir que el éxito siempre será subjetivo.
Imagina que tienes un negocio y tus expectativas para el día son hacer 100 ventas. Un día será exitoso cuando alcances 100 o más de ellas, y hacer menos implicaría un fracaso. Otra persona, con un negocio idéntico en cuanto a gastos y ganancias, eleva sus expectativas a 200 ventas. ¿Es más exitoso el segundo vendedor que el primero? No, ya que ambos satisfacen sus expectativas, sus proyectos y metas.
En conclusión, el éxito siempre será subjetivo, ya que consiste en la consecución positiva de un proyecto o unas metas que se han establecido a través de unas expectativas. No consiste en resultados más y más abultados, sino en alcanzar las expectativas que se tenían en un principio. Aunque las expectativas sean muy bajas, seguirá siendo éxito pues implica el alcance de estas.
¿Cuántos tipos existen?
Ya hemos establecido qué es y por qué se dice con frecuencia que es subjetivo, ahora debemos ahondar en los distintos tipos que existen. A menudo se piensa que el éxito es algo que se asocia al entorno empresarial. Entonces, se habla de una empresa exitosa, un negocio exitoso o un crecimiento exitoso.
Sin embargo, hemos aprendido que toda consecución positiva de unas metas que han alcanzado ciertas expectativas se puede considerar como exitosa. Por tanto, no se reduce al contexto empresarial. Es por esto que se puede hablar de los siguientes:
- Éxito personal: el éxito personal es la asimilación de procesos exitosos en todos los aspectos de la vida. Es el más general de todos, ya que engloba expectativas más totalizantes. Se caracteriza entonces por una actitud hacia la vida misma, una que se hace a través de proyectos y metas.
- Éxito profesional: consiste en el cumplimiento de las expectativas que se han establecido para el contexto laboral. Puede aplicarse de manera aislada a otros aspectos de tu vida, y lo hay de muchos tipos. Puedes considerarlo a partir de la bonanza económica, de la satisfacción o del alcance de logros que te habías impuesto.
- Éxito amoroso: el amor es una de las experiencias más importantes en la vida de un ser humano, de manera que el éxito también se manifiesta acá. Varía de acuerdo con cada persona. Para algunos, lo determinarán objetivos como un matrimonio, una relación a largo plazo, la construcción de una familia o la suma de muchas experiencias amorosas.
- Éxito en el plano de la salud: se manifiesta cuando has alcanzado ciertas metas relacionadas con tu bienestar físico o emocional. Por ejemplo, bajar de peso con ayuda de dietas, superar una enfermedad o conseguir determinados objetivos en el gimnasio.
Los anteriores ejemplos son solo una muestra de cómo el éxito puede estar presente en tu vida. Hay otros contextos en los que se manifiesta, como en el estudio, las relaciones de amistad o las relaciones familiares. Casi todos los aspectos de la vida que puedes interpretar a través de expectativas y metas las puedes valorar por medio del criterio del éxito.
Los investigadores han encontrado que las personas tienen diferentes formas de valorar algo como exitoso, de manera que esto confirma aquello que hemos expuesto. Tus resultados, tus metas y tus expectativas determinan qué consideras como tal, no los criterios con los que los demás juzgan un determinado logro. Lo que es éxito para los demás, puede que para ti no lo sea, y viceversa.
Fuente: Mejor Con Salud