Sin importar el tipo de calefacción que uses, la falta de mantenimiento aumenta la probabilidad de accidentes. Esto es lo que debes hacer para evitarlos.
Los sistemas de calefacción se ponen a toda marcha en el hogar durante las estaciones gélidas, pero ¿te has puesto a pensar qué riesgos tienen? La verdad es que la mayoría se salta esta interrogante; después de todo, lo que prima es entrar en calor.
Ahora bien, ¿has pensado alguna vez en los riesgo de que ocurra un accidente?Con la calefacción de la estufa, por ejemplo, el riesgo es padecer una quemadura, mientras que con otros tipos de calefacción puede ser una intoxicación química. ¿Te interesa saber más al respecto?
3 sistemas de calefacción y sus riesgos potenciales en el hogar
Las calefacciones cumplen una función muy importante en las casas. Sin embargo,como todo, necesitan de mantenimiento, en la mayoría de los casos anual. Además, deberás cumplir con algunas medidas de seguridad por cada tipo de calefacción.
1. Cocinas o estufas a gas
Este es uno de los sistemas de calefacción más usados en la mayoría de los hogares. Bien sea a gas o eléctricas, las estufas mal manipuladas pueden ser riesgosas. Algunos de los peligros vinculados a ellas incluyen los siguientes:
- Intoxicación o incendio por rotura de la manguera, dejar las válvulas de la estufa mal cerradas o, incluso, una mala postura del regulador del gas. Y para quienes usan cilindros de gas, además de las expuestas, otras de las razones de peligro puede ser una mala postura o fuga del mismo.
- Electrocución. Puede que se deba a una falla en el cableado de la estufa, en la toma de corriente. Algo menos probable es una falla de fábrica en el electrodoméstico o una fuga de agua, poco perceptible, en la pared cercana a la cocina.
Algunos síntomas que debes asociar a la fuga de gas
El gas butano es inodoro; por ello, se le agrega un compuesto llamado metil mercaptano para dotarlo de un olor desagradable e inconfundible. Pero hay ocasiones, remotas, donde este hidrocarburo no cuenta con este característico aroma y, por ende, no es posible detectar una fuga. Sin embargo, hay unos síntomas que se le pueden vincular.
- Dolor de cabeza: es el síntoma más común que se presenta ante la exposición densa de un agente tóxico.
- Irritación de nariz y mucosas nasales, así como dificultad para respirar.
- ¿Tiene niños en casa? Préstale atención cuando te digan: «mamá me siento mal, tengo ganas de vomitar». Los niños son más sensibles a los contaminantes.
¿Qué hacer ante una fuga de gas o un peligro eléctrico?
La mejor medida para evitar que los riesgos potenciales de los sistemas de calefacción se materialicen es la prevención.
- El uso de una mezcla de agua con jabón es muy útil para detectar fugas en las mangueras o en las válvulas de gas. El método consiste en colocar un poco del líquido en las zonas de potencial pérdida del hidrocarburo. Observa si se forman burbujas, esto será el indicativo de que hay una fuga.
- Garantiza un mantenimiento frecuente a tu estufa para garantizar su buen funcionamiento. Para ello, contrata el servicio de un profesional.
- Proporciona un buen flujo de aire en tu casa ante las fuentes de calefacción a gas, parafina o leña.
- En cuanto a las estufas eléctricas, no cubras su pantalla de irradiación con ningún objeto, los periódicos o telas son propensos a generar incendios.
- No conectes la estufa a una extensión eléctrica, ya que estas son propensas a generar cortocircuitos si su uso es prolongado.
2. Calefacción central a gas o con caldera a petróleo
Las calefacciones en los hogares deben contar con una certificación, por lo que su instalación y mantenimiento debe ser realizado por un profesional certificado. El organismo certificador dependerá de cada país. Los riesgos más comunes de las calefacciones centrales son:
- Suministro de energía (gas o petróleo). La temperatura recomendada para la calefacción es de entre 21 y 23 grados. En cuanto a la humedad, no debe superar el 50 % de la misma. Ten presente que superar estos valores marcará una gran diferencia entre la temperatura del interior y la del exterior, lo que será contraproducente para las personas.
- Acumulación de gases nocivos. Cuando se trata de quema de combustible como gas, leña, kerosén y parafina, por ejemplo, se debe proveer una buena ventilación. De lo contrario, los gases expedidos por los mencionados combustibles se acumularán y estos, en cantidades concentradas, son tóxicos y, en ocasiones, letales.
- Infecciones, tos o constipaciones a raíz de la humedad que la calefacción produce en el ambiente. Se recomienda ventilar por media hora el lugar e intentar que ingresen los rayos solares, ya que combaten la formación de los ácaros.
3. Chimeneas a leña, pellets o eléctricas
Las chimeneas son elementos de decoración muy hermosos que estilizan sus entornos y van muy bien con cualquier tendencia. No obstante, si no se les presta el debido cuidado, pueden llegar a ser el detonante de daños fatales.
- Los riesgo de intoxicación son mínimos, no así el peligro de quemadura por contacto e incendios. Este último riesgo es muy elevado en especial si se tienen niños curiosos en la casa.
- En cuanto a las chimeneas eléctricas, los cortocircuitos y la falta de mantenimiento en la zona donde se han instalado es lo que prima.
¿Qué hacer para reducir los riesgos potenciales de las chimeneas?
No confiarse del todo, en un hogar siempre se debe estar atento ante cualquier señal que indique algo está funcionando mal. Est regla incluye a las chimeneas, cualquiera que sea su tipo.
- Tanto el ducto como la cámara de combustión, en el caso de las chimeneas a leña, deben ser limpiadas con continuidad, para mantenerlas despejadas y en forma.
- La chimenea debe contar con la protección adecuada para mascotas y niños; de este modo, se minimizan los riesgos de contactos accidentales.
- Se deben realizar revisiones periódicas para asegurarse de que el ducto este en óptimo estado y la chimenea en funcionamiento no está perjudicando los elementos estructurales de la casa.
- Tanto en las chimeneas eléctricas como en las de combustión, se deben mantener alejados los juguetes u otros objetos que pudieran causar un incendio por entrar en contacto con la hoguera.
- Las chimeneas eléctricas también deben ser sometidas a revisiones periódicas; la falta de estas puede generar un cortocircuito.
- Contrata por lo menos una vez al año los servicios de un profesional, a fin de que realice un control de los riesgos de estos elementos.
Los sistemas de calefacción podrían ser peligrosos
La calefacción es bastante útil en invierno; ¿quién se imagina pasar esa estación sin su ayuda? Probablemente, nadie. Sin embargo, los sistemas de calefacción podrían generar una serie de riesgos si no se toman medidas de precaución como revisar que no haya ninguna fuga de gas o problema eléctrico.
Considera que, a pesar de aparentar estar funcionando bien, si no lo revisas con atención, podrías estar poniendo en riesgo tu vida. ¿Ya has contratado los servicios de mantenimiento de un profesional este año?
Fuente: Mejor Con Salud