Cuando tenían 80 años de edad, una pareja decidió seguir recorriendo el mundo como mochileros. ¡Descubre la historia!
Aparte del amor, a las parejas las unen los gustos en común. Esto debido a que sienten que pueden formar un gran equipo para poder cumplir cada uno de los sueños que tienen en mente.
Además, desde el primer momento entienden que es posible tener una gran conexión. Pues, juntos pueden vivir realizando los planes que más los llenan de bienestar y felicidad.
Así sucedió con una pareja holandesa que se conoció desde la juventud y coincidieron en tener un gusto apasionado por viajar. De esa manera, decidieron juntar sus vidas para dedicarse a conocer todos los lugares que les llamaran la atención.
El inicio de la travesía
La pareja se conoció en el año 1958 y comenzó a viajar por el mundo en un bote prestado. De esa manera, pudieron hacer realidad el anhelo de navegar por Europa.
Fue así como debido al entendimiento que demostraron tener en esas primeras travesías, tomaron la decisión de tener hijos y casarse. Sin embargo, a pesar de la llegada de los pequeños, en ningún momento dejaron de tener la intención de viajar.
A causa de ello, compraron su propio bote para seguir recorriendo el mundo juntos. Además, aprovecharon las vacaciones escolares de los hijos para poder vivir las aventuras juntos a ellos.
De esa manera, hasta la década de los 90 trabajaron para poder viajar y volver a regresar con los ahorros que juntaban. Sin embargo, en el año 1995 tomaron una decisión totalmente radical.
Lo vendieron todo
A pesar de que en ese tiempo ya eran una pareja de la tercera edad, nunca perdieron las ganas de seguir recorriendo el mundo. Tanto así que vendieron su vivienda, sus pertenencias y se dedicaron a viajar por el mundo siendo mochileros.
Así, con 80 años de edad, llegaron a conocer la Antártida e Irak. Siendo estos dos algunos de los países que más les llamaban la atención y aún no habían podido conocer.
Es así como han permanecido juntos durante más de 60 años cumpliendo el sueño de toda su vida. De esa manera, se han dado el lujo de viajar a 194 países.
Además, le han heredado su sueño a todos sus hijos. Pues, año tras año les han despertado el gusto por viajar por todo el mundo e involucrarse en nuevas experiencias que les permitan aprender.
A raíz de ese hecho, lo único que esperan es seguir llenando el pasaporte hasta el final de sus días.
Si hay dedicación, los sueños se cumplen
Esta historia es la fiel demostración de que si las personas tienen sus prioridades claras, pueden tener el estilo de vida que siempre han soñado. Además, evidencia que las parejas están para apoyarse y lograr cumplir todo lo que se proponen desde un principio.
Por otro lado, también es una muestra de que las pasiones no tienen fecha de caducidad. Pues, aún en la tercera edad se pueden seguir realizando las actividades que más le causan felicidad a una persona.
Fuente: Mejor Con Salud