{"id":74165,"date":"2022-02-10T08:08:08","date_gmt":"2022-02-10T13:08:08","guid":{"rendered":"https:\/\/papayaso.co\/economia\/andres-mompotes-director-de-el-tiempo-gano-el-merito-periodistico\/"},"modified":"2022-02-10T08:08:17","modified_gmt":"2022-02-10T13:08:17","slug":"andres-mompotes-director-de-el-tiempo-gano-el-merito-periodistico","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/papayaso.co\/economia\/andres-mompotes-director-de-el-tiempo-gano-el-merito-periodistico\/","title":{"rendered":"Andr\u00e9s Mompotes, director de EL TIEMPO, gan\u00f3 el M\u00e9rito Period\u00edstico"},"content":{"rendered":"
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En la conmemoraci\u00f3n del D\u00eda del periodista, el C\u00edrculo de Periodistas de Bogot\u00e1<\/b> entreg\u00f3 diez galardones y tres de ellos fueron para EL TIEMPO Casa Editorial. <\/p> \n
En una ceremonia virtual, la entidad reconoci\u00f3 a Andr\u00e9s Mompotes, director de EL TIEMPO, con el Premio al M\u00e9rito Period\u00edstico Guillermo Cano 2022<\/b>. Igualmente, el galard\u00f3n en Fotograf\u00eda y en Publicaciones editoriales. <\/p> \n
(Lea: Los \u00d3scar ‘no hablan de Bruno’: por qu\u00e9 no tuvieron en cuenta al \u00e9xito). <\/p> \n
En el acta, el jurado, conformado por Juan Carlos P\u00e9rez, Gerardo Reyes, Diana Calder\u00f3n, Adriana Bernal, Mar\u00eda Victoria Pab\u00f3n, V\u00edctor Solano e Ignacio Greiffenstein, reconoci\u00f3 \u201cla pasi\u00f3n por el periodismo de Andr\u00e9s Mompotes, su sensibilidad, creatividad, destreza y responsabilidad para ejercer el oficio\u201d. <\/p> \n
Comunicador social y periodista de la Universidad del Valle y mag\u00edster en Ciencia Pol\u00edtica de la Universidad Javeriana, Andr\u00e9s Mompotes comenz\u00f3 su carrera en EL TIEMPO en la Escuela de Periodismo<\/b> \u201cy desde la base de la pir\u00e1mide, un febrero de hace 28 a\u00f1os. Hace un a\u00f1o, tambi\u00e9n en febrero, lo eligieron para asumir la direcci\u00f3n del peri\u00f3dico<\/i>\u201d, agrega el CPB. <\/p> \n
En fotograf\u00eda, el galard\u00f3n fue para ‘Procuradur\u00eda asumi\u00f3 investigaci\u00f3n contra polic\u00edas en Cali’, de Santiago Saldarriaga<\/b> Quintero, dos fotograf\u00edas<\/b> publicadas en EL TIEMPO durante el paro nacional. <\/p> \n
\u201cEstas fotograf\u00edas tienen la virtud de desajustar una versi\u00f3n oficial, son denuncias sin palabras que dejan sin sustento el argumento de que las autoridades no usaron armas letales ni permitieron que se hiciera. La complicidad por acci\u00f3n y por omisi\u00f3n en dos im\u00e1genes indiscutibles. Gracias a su cuidadosa composici\u00f3n y su sentido de oportunidad, se convierten en un documento clave que permite entender, en buena medida, la situaci\u00f3n vivida en nuestro pa\u00eds\u201d<\/i>, dijo el jurado. <\/p> \n
Saldarriaga, nacido en Medell\u00edn, est\u00e1 vinculado a esta casa editorial desde el 2010 y dice de esta serie: \u201cEl 28 de mayo del 2021 hice este trabajo, que es una muestra del fotoperiodismo veraz que realizamos a diario para plasmar la realidad tal y como es, en el momento preciso, pese a lo dif\u00edcil de nuestra profesi\u00f3n. Para m\u00ed, el 28 M fue un d\u00eda marcado por la violencia, un d\u00eda para no repetir, un d\u00eda para la memoria y para nunca olvidar\u201d.<\/i> <\/p> \n
(Lea: Bancam\u00eda fue premiada en Espa\u00f1a por sus negocios inclusivos). <\/p> \n
Finalmente, en Publicaciones Editoriales el premio fue para ‘Lucho Berm\u00fadez: el genio prende la vela’, del periodista y escritor Gustavo Tatis<\/b> Guerra, de Intermedio, que hace parte de EL TIEMPO Casa Editorial. <\/p> \n
Para el jurado, \u201ces una gran narraci\u00f3n llena de una admirable capacidad para ubicar al lector en los tiempos sociopol\u00edticos y econ\u00f3micos del pa\u00eds, pero sin dejar de mirar lo que ocurr\u00eda en el mundo. Es capaz de conectar la Primera Guerra Mundial con las gentes de El Carmen de Bol\u00edvar\u201d.<\/i>. <\/p> \n
TODOS LOS GANADORES<\/b> <\/p> \n
De un total de 316 trabajos postulados, el jurado premi\u00f3, adem\u00e1s: <\/p> \n
Prensa: ‘Ituango lucha por evitar nuevas heridas’, de Juan Felipe Zuleta, publicado en El Colombiano.
Radio:<\/b> ‘Los \u00faltimos d\u00edas de Gabriel Garc\u00eda M\u00e1rquez contados por su hijo Rodrigo Garc\u00eda’, entrevista de Norberto Vallejo para Caracol Radio. <\/p> \n
Televisi\u00f3n: Los pasos perdidos: la ruta de los haitianos por Colombia, de Stephanie Valencia, Jorge Pati\u00f1o y Arturo Almanza, en RTVC Noticias. <\/p> \n
Medios digitales: ‘La comunidad de paz resiste’, de Karen Quintero y David Efr\u00e9n Ortega, de El Espectador. <\/p> \n
P\u00f3dcast: ‘Carrera espacial latinoamericana’, de F\u00e9lix Ria\u00f1o, emitido por Caracol P\u00f3dcast. <\/p> \n
Periodismo Universitario:<\/b> ‘Ciudadela de Paz: la historia detr\u00e1s de la ilegalidad’, de Soph\u00eda Cort\u00e9s, Gabriela Arraut y Rodrigo Falquez, publicado en el peri\u00f3dico El Punto, de la Universidad del Norte. <\/p> \n
Caricatura: Falsos positivos, de Ra\u00fal Fernando Zuleta (Zuleta), publicada en El Espectador <\/p> \n
\u00bfC\u00d3MO ENCARAR UNA AVALANCHA?<\/b> <\/p> \n
Este relato en primera persona, de Andr\u00e9s Mompotes, director de EL TIEMPO,<\/b> fue parte de su discurso como invitado a la ceremonia de grados de la Universidad del Valle y resume, de alguna manera, su visi\u00f3n del periodismo <\/b>y una carrera que reconoci\u00f3 ayer el C\u00edrculo de Periodistas de Bogot\u00e1. <\/p> \n
“Un d\u00eda de febrero de 1994, volv\u00ed a Cali convertido en corresponsal de EL TIEMPO. Era mi primer gran reto profesional. Siete meses antes hab\u00eda puesto en pausa mi \u00faltimo semestre de comunicaci\u00f3n social de la Universidad del Valle para viajar a Bogot\u00e1 y vincularme a la primera escuela de periodismo del diario. <\/p> \n
Me hab\u00eda ido con un morral lleno de deseos de escribir para contar realidades y hab\u00eda regresado con la certeza de que no hay nada m\u00e1s dif\u00edcil que pretender abarcar la realidad solo con las palabras. <\/p> \n
Eso lo constat\u00e9 a las pocas horas de haber aterrizado en Cali, ahora con carn\u00e9 de periodista. Mi primera asignaci\u00f3n, al d\u00eda siguiente, fue ir a registrar la herida dolorosa que el r\u00edo Fraile hab\u00eda abierto, con una espesa y ruidosa avalancha, en un costado del municipio de Florida. <\/p> \n
Muchas cosas se quedan para siempre de momentos como ese. El dolor de los sobrevivientes por sus muertos y la desesperanza de quienes escarbaban en el barro en busca de alg\u00fan vestigio de lo que fueron viviendas habitadas por ilusiones. <\/p> \n
Y un dato anecd\u00f3tico que, contado ahora, puede sonar tan curioso como siniestro. Mientras camin\u00e1bamos con dificultad sobre esa sopa oscura de fango un grito advirti\u00f3 a lo lejos: \u00a1Avalancha, avalancha! <\/p> \n
Al principio, ese grito no movi\u00f3 ni un cent\u00edmetro a quienes est\u00e1bamos parados sobre las ruinas frescas de la tragedia. Pero a esa primera advertencia, de una voz masculina, se sumaron otras, de voces m\u00e1s j\u00f3venes y distintas. <\/p> \n
All\u00ed fue cuando sali\u00f3 corriendo el primero. Hacia cualquier lado para alejarse del miedo. A \u00e9l lo siguieron otros. En pocos segundos, los que hu\u00edamos en manada ni siquiera mir\u00e1bamos hacia atr\u00e1s para no ver las fauces del r\u00edo enfurecido. Cuando nos sentimos a salvo, la verdad nos humill\u00f3: todo era mentira. <\/p> \n
(Lea:\u00a0Banco de Bogot\u00e1 recibe dos reconocimientos internacionales). <\/p> \n
Nunca hubo una nueva avalancha. Ni indicios de ella. A estas alturas no importa siquiera cu\u00e1l fue el origen de esa alerta sin fundamento. Lo que importa es que al volver a ese recuerdo he podido reconocer la verdadera estampida que estuvo a punto de devorarnos esa ma\u00f1ana: la del alud de fango que nace de una mentira esparcida en cadena. <\/p> \n
\u00bfY por qu\u00e9 regresar a ese momento se hace tan relevante en este ejercicio de la memoria? Porque se enlaza con uno de los desaf\u00edos que encaramos sin remedio, la obligaci\u00f3n de aplicar esas m\u00e1ximas del conocimiento acad\u00e9mico y el m\u00e9todo cient\u00edfico que se sustentan en la observaci\u00f3n, el an\u00e1lisis, la confrontaci\u00f3n y la verificaci\u00f3n de los hechos para darle sentido a la verdad. <\/p> \n
Ese reto, que es capaz de hacer ver como una parodia inofensiva aquel rumor de la avalancha mentirosa, es el de combatir el poder destructor de las noticias falsas y realidades artificiales, que se esparcen por las redes sociales y ecosistemas digitales con una velocidad de contagio superior a la de cualquier pandemia. <\/p> \n
No podemos olvidar que el periodismo tiene que ser un ant\u00eddoto contra ese virus. La pelea no es f\u00e1cil. La velocidad con la que se propaga una noticia falsa a trav\u00e9s de las redes sociales es superior, por mucho, al ritmo paquid\u00e9rmico de una noticia confirmada y confiable. <\/p> \n
(Lea: Los ganadores de los primeros premios burs\u00e1tiles de la plataforma Trii). <\/p> \n
Estudios que usan modelos estad\u00edsticos sostienen esa tesis al medir el origen de las interacciones, es decir al cuantificar el crecimiento exponencial que adquiere una noticia mentirosa en las conversaciones sociales y al identificar la carga de emotividad que es capaz de provocar. <\/p> \n
Eso es lo que buscan los algoritmos, con su olfato entrenado, para hacer que una informaci\u00f3n sea m\u00e1s visible que otra. Ese v\u00e9rtigo es el que provoca el contagio social.
El otro ingrediente que favorece esta cascada de destrucci\u00f3n de la verdad es que muchas personas no solo se sienten atra\u00eddas por las noticias falsas debido a sus t\u00e9cnicas fant\u00e1sticas, de hecho al primer contacto con esas informaciones no tienen c\u00f3mo saber si son ciertas o no, se sienten seducidos por ellas por otra raz\u00f3n, porque son las que m\u00e1s reivindican sus miedos, preferencias e ideolog\u00edas, las cuales comparten con sus entornos de conversaci\u00f3n m\u00e1s cercanos. Es decir, porque son las que replican c\u00f3modamente su visi\u00f3n del mundo. <\/p> \n
Y el mundo es una amalgama de colores que es imposible explicar y comprender usando \u00fanicamente tonos de blanco y negro. (\u2026) Hoy vengo aqu\u00ed con el orgullo y la responsabilidad de ser el director general de un peri\u00f3dico de m\u00e1s de 110 a\u00f1os de historia, que no solo se ha consolidado como el diario m\u00e1s influyente del pa\u00eds, sino que adem\u00e1s es el medio colombiano con la mayor audiencia en internet. <\/p> \n
Y hago referencia a esta caracter\u00edstica digital de EL TIEMPO no para hacer la enumeraci\u00f3n de un dato, sino para hacer notar la importancia de aprovechar el enorme potencial de la web y de las redes sociales en beneficio de la democracia y la masificaci\u00f3n del conocimiento, pero sin dejar de advertir los riesgos y las perversiones que se derivan de la inadecuada instrumentalizaci\u00f3n de sus promesas en una era en la que estamos expuestos a toneladas de informaci\u00f3n, como nunca antes. <\/p> \n
La tarea es encarar esa avalancha de lodo. No se puede huir de ella como lo hicimos despavoridos quienes hace ya casi 28 a\u00f1os pretend\u00edamos salvarnos de un falso alud de barro y piedras en las riberas del r\u00edo Fraile. <\/p> \n
Hay que enfrentar ese \u201clodo t\u00f3xico\u201d, como lo llam\u00f3 hace poco Mar\u00eda Ressa al recibir el premio Nobel de Paz, tras fustigar a los gigantes globales de internet por infectar a la gente con miedo y odio. <\/p> \n
Transformar esa realidad implica, por lo tanto, que cada individuo se asuma como sujeto manipulable para empezar a combatir esa premisa con un criterio que confronta y busca fuentes ciertas antes de dejarse llevar por el instinto de sus emociones y juicios previos. <\/p> \n
Enfrentados al dios implacable de la velocidad digital, a la inexorable avalancha de la inteligencia artificial, a la cosmolog\u00eda omnipresente del algoritmo, no queda m\u00e1s remedio que volver con urgencia a la certeza de lo humano. <\/p> \n
No para rebelarse en tribus que solo se aferran a la nostalgia del pasado, sino para llenar de sentido a este mundo de la automatizaci\u00f3n imparable, para dotarlo de alma y cuerpo, de solidaridad y empat\u00eda, de esa aut\u00e9ntica noci\u00f3n de la realidad que se alimenta de los hechos. <\/p> \n
Es decir, para iluminar con la \u00e9tica y la verdad los lugares inciertos hacia donde vamos”. <\/p> \n
PORTAFOLIO
(Informaci\u00f3n tomada de EL TIEMPO) <\/p> \n<\/div>\n