<\/span> Una nevada abundante cay\u00f3 sobre Ankara y por la noche el term\u00f3metro lleg\u00f3 a -10\u00baC. Sin embargo, D\u00f6nd\u00fc Isler, de 61 a\u00f1os, apag\u00f3 los radiadores de sus dos habitaciones para evitar el encarecimiento de sus facturas.<\/span><\/span> <\/p> \n Con una inflaci\u00f3n oficial de 48,7% interanual a enero,<\/strong> el costo de vida no para de subir y los precios del gas y la electricidad se volvieron impagables para la clase media.<\/span><\/span> <\/p> \n “Solo la sala y la cocina tienen calefacci\u00f3n, al estricto m\u00ednimo. Tratamos de calentarnos con las frazadas”, <\/strong>cont\u00f3 D\u00f6nd\u00fc, una ama de casa que vive con su marido, un exguardia de seguridad que recibe una pensi\u00f3n de 2.400 libras turcas por mes (US$175)<\/strong>, \u00fanica fuente de ingreso del hogar.<\/span><\/span> <\/p> \n De todas las dificultades que enfrentan, la m\u00e1s dif\u00edcil para ellos es el aumento de las tarifas el\u00e9ctricas, que el 1 de enero subieron entre 52% y 127%<\/strong>, seg\u00fan el nivel de consumo.<\/span><\/span> <\/p> \n Entre el gas y la electricidad, muchos turcos han visto sus facturas duplicar o triplicar de un d\u00eda para el otro.<\/span><\/span> <\/p> \n El costo de la energ\u00eda se convirti\u00f3 en tema recurrente de conversaci\u00f3n, especialmente entre comerciantes que tienen tarifas m\u00e1s elevadas.<\/strong><\/span><\/span> <\/p> \n Algunos bares agregan ahora un cobro de 4 libras (30 centavos de d\u00f3lar) a los clientes que consumen en terrazas con calefacci\u00f3n.<\/span><\/span> <\/p> \n Desayuno, un lujo\u00a0<\/strong><\/span> <\/p> \n A diez meses de la pr\u00f3xima elecci\u00f3n presidencial, en la que el presidente Recep Tayyip Erdogan espera lograr un tercer mandato seguido, la inflaci\u00f3n es un asunto pol\u00edtico.<\/span><\/span> <\/p> \n La oposici\u00f3n y ciertos economistas acusan a la Oficina Nacional de Estad\u00edstica (T\u00dcIK) -cuyo director fue destituido por Erdogan- de subestimar su magnitud, que seg\u00fan algunos economistas independientes turcos, alcanz\u00f3 m\u00e1s de 110% en enero.<\/strong><\/span><\/span> <\/p> \n Pour Hacer Foggo,\u00a0fundadora de la ONG Red de la Gran Pobreza, esta disparada r\u00e9cord de precios desde 2002 empobrece a todos los segmentos de la sociedad.<\/span><\/span> <\/p> \n “Numerosas familias han reducido dr\u00e1sticamente sus gastos de alimentaci\u00f3n. Los huevos, el queso o las aceitunas de un desayuno tradicional se volvieron bienes de lujo”<\/strong>, explic\u00f3.<\/span><\/span> <\/p> \n Otrora relativamente resistentes a las crisis, las clases medias se encuentran bajo presi\u00f3n.<\/span><\/span> <\/p> \n “Sus alquileres se han duplicado o triplicado, tienen que buscar casas m\u00e1s peque\u00f1as o en sitios m\u00e1s alejados”, explic\u00f3 Foggo.<\/span><\/span> <\/p> \n Sin solidaridad\u00a0<\/strong><\/span> <\/p> \n Las consecuencias son especialmente dram\u00e1ticas para los m\u00e1s necesitados, que ya no pueden contar con la solidaridad de amigos o familiares.<\/span><\/span> <\/p> \n “Se calcula que 160 mil ni\u00f1os y j\u00f3venes abandonaron la escuela en 2021. Yo conozco personalmente a varios entre las familias a las que nuestra organizaci\u00f3n ayuda”<\/strong>, dijo Foggo.<\/span><\/span> <\/p> \n “Algunos se sienten obligados a contribuir con los ingresos familiares y dejan la escuela para trabajar. Otros dejan de ir a la escuela por no poder pagar el transporte y otros gastos”, agreg\u00f3.<\/span><\/span> <\/p> \n Con el aumento de precios de productos b\u00e1sicos, como leche infantil (+56% seg\u00fan cifras oficiales),<\/strong> “muchas madres les dan sopas deshidratadas a su beb\u00e9” en lugar de la leche adaptada.<\/span><\/span> <\/p> \n Ali G\u00f6lpinar, muhtar (responsable de barrio) desde hace 13 a\u00f1os en un distrito modesto de Ankara, est\u00e1 en primera l\u00ednea para observar los efectos de la crisis entre sus habitantes.<\/span><\/span> <\/p> \n “Yo organizo desde hace a\u00f1os las cajas de solidaridad para los m\u00e1s necesitados del barrio, pero est\u00e1 malo desde hace meses, ahora nadie tiene recursos para contribuir<\/strong>“, lament\u00f3.<\/span><\/span> <\/p> \n Incluso su asociaci\u00f3n, que ofrece a las mujeres talleres gratuitos de costura, cocina o confecci\u00f3n de joyas, se ha visto afectada.<\/span><\/span> <\/p> \n “Nuestra factura el\u00e9ctrica pas\u00f3 de 93 libras (7 d\u00f3lares) en diciembre a 348 libras (23,5 d\u00f3lares) en enero por el mismo consumo”, se alarm\u00f3 el muhtar.<\/span><\/span> <\/p> \n Dijo que las empresas el\u00e9ctricas cortaron el servicio de numerosos pobladores de su barrio por no poder pagar sus cuentas.<\/span><\/span> <\/p> \n La ira crece y comienza a generar movilizaciones: de Mugla (oeste) a Dogubeyazit (este), el aumento en el cobro de electricidad provoc\u00f3 varias manifestaciones en el pa\u00eds y al menos dos est\u00e1n previstas para el fin de semana en Estambul.<\/span><\/span> <\/p> \n “Enfrentamos una nueva forma de precariedad”, <\/strong>consider\u00f3 \u00d6nder Algedik, experto en energ\u00eda, sobre el aumento de tarifas.<\/span><\/span> <\/p> \n Para Algedik, quien dice que las empresas privadas subieron los precios m\u00e1s all\u00e1 de los costos reales, las protestas podr\u00edan extenderse.<\/span><\/span> <\/p> \n El presidente siente el peligro: su portavoz, Ibrahim Kalin, prometi\u00f3 el lunes que habr\u00e1 medidas. “No vamos a dejar que la inflaci\u00f3n aplaste a nuestra poblaci\u00f3n”, declar\u00f3.<\/span><\/span> <\/p> \n<\/div>\n
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