No es Óscar García Junyet (Sabadell, Barcelona, 48 años) uno de esos técnicos que levante la voz ni pida protagonismo a pesar de haber superado ya la docena de años ejerciendo la materia, intentando siempre ser fiel a unos principios futbolísticos que asimiló como jugador en la cantera del Barça. Allí precisamente, en el juvenil A azulgrana, comenzó su experiencia como entrenador y desde entonces no ha tenido inconveniente en pasear su pizarra allá por donde le han requerido. Su banquillo tiene ruedas de largo recorrido.
Del Maccabi de Tel Aviv (2012), al que hizo campeón de Liga después de una década sin conseguirlo, al histórico Stade de Reims, su club actual, el mismo que disputó al Real Madrid dos finales de la Copa de Europa (1956 y 1959). Por el camino, el Brighton y el Watford de la Segunda división inglesa; el Salzburgo austriaco donde ganó dos Ligas y dos Copas; el Saint Etienne francés; el Olympiacos griego y el Celta de Vigo, su primera aventura en la Liga. En esta carrera, una circunstancia no muy común. Presentó la dimisión allá donde no se sentía a gusto o no le dejaban trabajar a su manera.
Desde Reims, dolido por la última derrota de su equipo y, sobre todo, por la plaga de lesionados de media-larga duración que asola a su plantilla, Óscar no tiene inconveniente en aportar un poco más de luz sobre cómo juega el PSG, al que ha tenido como rival directo ya en dos ocasiones en la presente temporada, perdiendo en ambas oportunidades. La primera en casa (0-2) a finales de agosto, precisamente el día que debutó Leo Messi, y hace tres partidos, a mediados de enero, 4-0 en el Parque de los Príncipes.
“Es evidente que el París está pensando mucho en esta eliminatoria. Aquí, en Francia, me parece desde la distancia que para saldar sus compromisos está haciendo la ley del mínimo esfuerzo. No descubro nada nuevo si digo que su jugador más en forma es Mbappé, lo demuestra todos los partidos. Con sus goles y con sus actuaciones. Cada vez que coge el balón en carrera es un espectáculo. Messi todavía no se encuentra a su nivel. Creo que su problema es que sus compañeros no se han acostumbrado a él. En el Barcelona todo el mundo sabía lo que iba a hacer, dónde iba a desmarcarse. Aquí todavía no se han adaptado, pero creo que, poco a poco, comienza a ser el Messi que todos conocemos. Está jugando por dentro, retrasado, viniendo a recibir”.
“Mbappé está siendo el mejor todos los partidos. En carrera es un espectáculo”.
Tácticamente el PSG presenta pocos secretos. Óscar está convencido de que ante el Real Madrid jugará con 1-4-3-3. “Tanto en la liga como en la Champions casi siempre mantiene el dibujo con distintos matices según los jugadores que salgan. Un día probó con defensa de tres porque estaba Sergio Ramos y lo puso al lado de Kimpenbe y Marquinhos, pero lo normal atrás es la línea de cuatro. En ataque alterna las posiciones de Di María, Messi y Mbappé, pero la estructura es la misma. Messi juega de 10 o se tira a la derecha, es una de sus variantes más común. Di María prefiere arrancar desde la derecha y Mbappé desde la izquierda, a pierna cambiada”.
A la hora de destacar sus virtudes y defectos, el catalán tira de prudencia. “En el primer partido que jugamos contra ellos, durante toda la primera parte, los tuvimos muy controlados y tuvimos más ocasiones que ellos, pero tiraron una vez a puerta y marcaron un gol. Tienen un nivel de efectividad muy grande. Es lo que más destacaría de ellos. Ganan muchos partidos en los últimos minutos”.
Como buen amante del juego de posición, no considera que el rival blanco domine la elaboración del juego. “Depende un poco de los centrocampistas que jueguen. Últimamente ha jugado mucho Danilo, que no es fuerte en la construcción, pero llega bien arriba y ha marcado goles. Todo pasa por Verratti y sale jugando desde atrás con los centrales. Contra nosotros jugaron Paredes, Danilo y Verratti, pero creo que ante el Madrid va a jugar seguro Gueye, que ya ha vuelto de la Copa de África. Suele jugar siempre en la derecha porque defensivamente es muy fuerte y tapa bien los espacios que puedan dejar Di María o Messi por esa banda y las propias subidas de Mendy o realizar las coberturas a Hakimi. Paredes debe jugar en el centro y Verratti tirado a la izquierda. Le libera para buscar con él más las transiciones de ataque”.
“Los compañeros todavía no se han adaptado a Messi, a sus movimiento”
A la hora de concretar virtudes, surge un nombre propio bien conocido de la afición madridista. “Hace mucho daño Hakimi por la derecha. Es un puñal. Llega siempre. Nuno Mendes ha mejorado bastante por la otra banda. Al principio nadie lo conocía, pero ahora está comenzando a tener protagonismo en ataque. Es rápido y potente, bastante completo. Puede que defensivamente todavía no esté totalmente acoplado, pero soluciona muchas carencias defensivas con su velocidad. Particularmente destaco a Marquinhos, el central derecho. “Es muy serio. Todos los partidos los afronta igual. No le importa el rival. Quitando a los jugadores que todos conocemos, es quien más me ha impresionado. Es el encargado de dar la salida al balón, pero destaco sobre todo su faceta defensiva. Lo que no tengo muy claro es quién jugará en la portería. Supongo que lo hará Donnaruma, pero se están cambiando. Los dos son muy buenos”.
“Hakimi es un puñal por la derecha y Marquinhos, muy fuerte defensivamente”
Con cuidado para no pisar ningún charco que salpique, Óscar ha radiografiado al PSG desde la óptica del rival que lo ha sufrido y con el convencimiento de que la mejor versión de los parisinos está por ver.
Fuente: AS
