Ruinas del Barcelona: eliminado de casi todo, paga malas inversiones

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FC Barcelona cayó este jueves por 3-2 contra Athletic Club y quedó fuera de la Copa del Rey. Ya antes se había despedidos de la Supercopa, de la Champions League y, con un Real Madrid a 17 puntos en LaLiga, también eso está fuera del radar.

En otras condiciones el técnico Xavi estaría al borde del despido… si no es que lo hubieran sacado ya, que al fin por menos se fueron Koeman, Setién y hasta Ernesto Valverde. Pero todo es comprensión y paciencia en un equipo que se dice en construcción, que está en la fase inicial de su ‘refundación’, la cual seguirá de la mano de un histórico como jugador, quien, vale decirlo, no logra hacer que su espectacular palmarés como jugador enderece los resultados, ahora que es el gran jefe.

Y entre otras razones nadie se plantea tampoco un timonazo porque no hay fondos para hacerlo, porque todo el que se vaya debe hacerlo gratis, pues las finanzas del club están en números rojos desde la pasada temporada, en la que ni siquiera fue posible retener a Lionel Messi.
 
¿Qué está pagando el Barcelona? Sus malos negocios. Desde la traumática salida de Neymar, en 2017, se sucedieron los malos fichajes, las inversiones ruinosas de Bartomeu y el despilfarro que se cobró la pandemia, todo lo cual fue la semilla de la grave crisis económica que se vive hoy.

Y en esos negocios hay un capítulo especial para las incorporaciones, exageradas y costosas, que se han ido sin dar resultado. El moño de esas malas prácticas se llama Ousmane Dembelé, quien acaba de declararle la guerra al club para salir gratis en junio. El escándalo de la amenaza que le hizo el club de no dejarlo jugar durante todo el semestre se cumplió justamente en este partido contra Athletic por Copa del Rey, en el que estalló el enfrentamiento.

Dice Xavi que no lo incluyó porque no lo ve comprometido, lo que encuadra en una decisión deportiva, pero los abogados del francés entienden que eso puede ser un acoso laboral y el tema podría terminar en demandas ante la FIFA, lo que haría daño a ambas partes: al club lo obligaría a pagarle la totalidad de su contrato hasta el final y hasta lo expone a una costosa multa, al jugador podría hasta cerrarle las puertas en otros equipos, que podrían considerarlo un jugador conflictivo y renunciar a su talento.

Por eso al final podrían pactar que el jugador sea cedido a un club que pague su salario, con lo cual los catalanes al menos aliviarían la masa salarial, ya que no hubo renovación y la inversión de 135 millones de euros quedará en nada. Fue una fortuna por un total de 34 goles en cuatro años y medio, todo un despilfarro. Sí, mediaron muchas lesiones que al final no son culpa de nadie, pero sigue doliendo en la chequera, de todos modos. 

Y en medio de ese show mediático, un detalle no pasa desapercibido: Dembelé es uno de varios negocios ruinosos, entre los que se destacan Coutinho y Griezmann. El primero costó 160 millones y el segundo 120 millones. El francés marcó 35 goles en 102 partidos y el brasileño se fue cedido al Aston Villa con 106 partidos, 26 goles y 13 asistencias. Si se suman los tres, son 415 millones de euros por 95 goles. Todo un desperdicio de dinero.  

Y eso por no mencionar el impacto en la masa salarial, pues Dembelé cobra 10 millones de euros por temporada más bonificaciones (habría sumado hasta 20 millones brutos); Griezmann tenía un acuerdo que incrementaba cada año su salario y a su salida iba en 18 millones de euros más bonos (habría facturado hasta 30 millones brutos); y Coutinho tendría ingresos totales al comienzo de su contrato por 22 millones de euros, pero acaba de salir a cambio de 8 millones por año, que paga en su totalidad Aston Villa.

Terminaron saliendo para ahorrar dinero después de haber costado una fortuna. Y todas esas herencias se están pagando apenas ahora, con lo cual, ver el efecto en los resultados deportivos casi es una consecuencia inevitable.

Fuente: Futbolred