2021: el año de desquite para la economía

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Si 2020 fue el año con los peores indicadores de las últimas décadas en el país, 2021 podría ser fácilmente el ejercicio en que la economía muestre su rebote más positivo y favorable.

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Con el avance del plan nacional de vacunación contra el virus de covid-19, la reapertura de las ciudades y sus economías locales y la reactivación de los sectores, la economía nacional ha venido marcando su senda de reactivación poco a poco y retomando sus perspectivas de crecimiento.

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De hecho, las expectativas para este año cada vez tienen mejor cara. En general el mercado se mantiene entre el 7% y el 8%, pero ad portas de entrar al último trimestre del año, los analistas del mercado tienen la lupa puesta en los principales indicadores y han venido elevando sus apuestas, al punto que algunos de los pronósticos ya se ubican por encima del 9%, como es el caso de JP Morgan, que revisó en la última semana su proyección con un alza de 1,5 porcentuales, de 7,5% a 9%, y de XP Investments, que fue más allá y en los últimos días pasó de 7,5% a 9,7% para el cierre del año.

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Otros pronósticos se mantienen más prudentes todavía, sin dejar de lado la posibilidad de una revisión al alza, a la espera de nuevas señales que reflejen la reactivación que se viene dando.

Algunos analistas locales como Corficolombiana, por ejemplo, ha optado por un 8,4%, Asobancaria y Scotiabank Colpatria por 8,2%, mientras que el Banco de la República y el Departamento Nacional de Planeación (DNP) se ubican en 7,5%, al igual que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Y estas proyecciones no son de extrañar, pues si se mira el producto interno bruto (PIB), sus crecimientos de 1,1% y 17,6% en el primer y segundo trimestre devolvieron las cifras a terreno positivo, mientras que el Indicador de Seguimiento a la Actividad Económica (ISE) , un índice sintético mensual que se concentra en la evolución de la actividad económica del país en el corto plazo, también ha dado pistas sobre cómo podría seguir recuperándose el país, pues en su último reporte, para julio, superó por primera vez las cifras prepandemia, ya que se ubicó 102,95 sobre una base 100 que se mide en comparación con la situación de febrero de 2020.

En este mes, por otro lado, la producción industrial nacional registró una variación anual de 20,1% y las ventas del comercio minorista se incrementaron en 26,9% frente al mismo mes de 2020, según informó el Departamento Nacional de Estadística (Dane).

El empleo, el lunar en la reactivación

Si bien los indicadores industriales, comerciales y de actividad económica están en una buena racha, la gran preocupación es el rezago que aún mantienen las cifras de empleo.

De acuerdo con el Dane, aún hay por lo menos 1,2 millones de empleos que no se han logrado recuperar en comparación con las cifras de ocupación que tenía el mercado labora previo a la crisis sanitaria, a pesar de que en julio, último mes del que se tiene reporte, la tasa de desempleo se redujo a 14,3 %, es decir, 5,9 puntos porcentuales por debajo del dato del mismo mes de 2020.

Y, en particular, las grandes ciudades fueron responsables de la recuperación del 60% del empleo, con una alta participación de puestos laborales en los sectores de servicios, comercio, restaurantes, alojamiento y entretenimiento, los más golpeados por la pandemia debido a las restricciones.

Para este año, la estimación de la tasa de desempleo de entidades como Fedesarrollo está en 14% y, de hecho, la recuperación del empleo resulta también un elemento clave en la reducción de las cifras de pobreza, otro de los problemas que ha dejado la pandemia, pues la medición monetaria de este indicador llegó a 42,5% de la población en 2020, y el de pobreza extrema ascendió a 15,1%, lo que quiere decir que hubo un incremento de 5,5 puntos el año pasado.

La reducción de la pobreza va a depender no tanto del crecimiento, sino del empleo. Va a ser imposible retornar a los niveles de prepandemia, cuando este rubro estaba en 10%. Seguro que en 2022 podremos ver más resultados”, indicó Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.

Fuente: Portafolio

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