Bitcoin cae a US$40.000 a medida que avanzan las tensiones geopolíticas en Ucrania

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El bitcoin llegó a US$40.000, un nivel psicológico clave, a medida que EE.UU. planea conversaciones con Rusia sobre su inteligencia militar, que sugiere una invasión inminente de Ucrania.

La criptomoneda más grande del mundo está en camino de registrar su primera semana de pérdidas desde enero, lo que detiene la recuperación del token de su caída dramática de fin de año. La moneda ha bajado un 5% en los últimos siete días después de la caída del viernes de hasta 1,4%. Ethereum cambió poco el viernes, mientras que otros tokens populares, incluidos Solana y Cardano, estaban en números rojos, según CoinGecko.

“Los comerciantes están eliminando algunos riesgos de la mesa ya que la situación de Ucrania aún no se ha resuelto y ahora se están moviendo hacia clases de activos de refugio seguro, como el oro y la plata”, dijo Nathan Batchelor, analista líder de Bitcoin para Simetri Research. “Sin embargo, la caída de Bitcoin no ha sido tan dramática como cabría esperar, y estoy impresionado de que Bitcoin aún tenga un valor de US$40 000 con toda la incertidumbre geopolítica”.

Las tensiones en Europa han provocado una rotación hacia los llamados activos de aversión al riesgo, como el oro, que ha ganado en las últimas tres semanas. Aunque se lo conoce como “oro digital”, la sensibilidad del ibtcoin al sentimiento más amplio del mercado ha influido en su atractivo de cobertura, a menudo promocionado por los defensores. En cambio, últimamente ha seguido en gran medida los movimientos de los principales índices bursátiles, mostrando fuertes correlaciones con el S&P 500 y el Nasdaq 100.

“Todos estamos tratando de averiguar cuál es la identidad de las criptomonedas en este momento”, dijo Callie Cox, analista de inversiones de EE.UU. en eToro. “¿Es una reserva de valor? ¿Es una cobertura de inflación? ¿Es este activo altamente correlacionado con las acciones? En este momento, las criptomonedas realmente están cayendo en ese cubo de acciones”.

Fuente: La Republica