Tener un yate puede ser uno de los mayores indicadores de estatus y máximo lujo de los multimillonarios del mundo. Y algunos de estos personajes, en búsqueda del confort y las más altas velocidades, han llevado sus inversiones a otro nivel, adquiriendo verdaderos museos a la opulencia sobre el agua, que surcan los mares del planeta.
Lujosos gimnasios, piscinas, helipuertos, discotecas, estudios, entre otras instalaciones, componen estos mega yates, aptos exclusivamente para los más ricos del mundo.
“A la hora de comprar un yate las personas buscan comodidad, buena distribución de espacios y un precio óptimo”, explicó Juan Sebastián García, CEO de Prime Experiences, empresa de renta de yates.
Para García, algunas recomendaciones antes de adquirir un yate son asegurarse de revisar muy bien la condición de la maquinaria, la cantidad de horas de los motores, el año del yate y cuántos dueños tuvo la embarcación antes de llegar a sus manos.
De acuerdo a un listado del portal SuperYacht Fan, son los árabes los que más han invertido en este tipo de embarcaciones, pues mas de la mitad del ranking de los 10 más costosos son propiedad de personajes de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Las excepciones: un malasio y dos rusos, entre ellos el dueño del último campeón de la Uefa Champions League, el Chelsea F.C.
El número uno del listado pertenece precisamente al malasio, el magnate Robert Kuok, el hombre con la mayor fortuna (US$12,3 billones) en ese país. Su yate, el History Supreme, tiene un valor de US$2.700 millones y entre sus mayores excentricidades están un acuario de oro, paredes con huesos de Tyrannosaurus Rex y rocas de meteorito.
Román Abramóvich, el multimillonario ruso dueño del Chelsea, es también propietario del Eclipse, el segundo yate en el listado, valorado en US$900 millones. Esta embarcación cuenta con su propio submarino y un sistema de seguridad antimisiles.
Finalmente, Azzam, es el tercer yate más costoso, el cual pertenece al jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos. En el mercado, su precio asciende a US$680 millones y -entre otras comodidades-cuenta con piscina cubierta, discoteca y su propio cine.
Fuente: La Republica
