El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho un llamamiento a todos los países para no dar por terminada la guerra contra el covid-19 de forma prematura y ha abogado por gastar lo que haga falta para no perjudicar la recuperación económica.
“El mundo debe gastar los miles de millones que sean necesarios para contener el covid con el objetivo de obtener billones como resultado” a través del crecimiento económico, ha defendido la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, durante su intervención en el Foro de Davos virtual.
(Vea: Inflación en Estados Unidos se disparó hasta el 7 % en 2021).
En esta mesa redonda, en la que también han participado la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y representantes económicos de Brasil, Indonesia y Japón, Georgieva ha incidido en que la gestión de la pandemia seguirá siendo la principal política económica del 2022.
Además, ha advertido que si no se garantiza un mayor nivel de protección frente al coronavirus en todo el planeta -en alusión a los bajos porcentajes de vacunación en los países más pobres- continuará “habiendo disrupciones y el futuro no será tan brillante” como podría ser.
La directora del FMI ha citado el caso de China y su estrategia de tolerancia cero contra el covid, que incluye restricciones a la movilidad y confinamientos para atajar los rebrotes, y que se está traduciendo en una severa desaceleración que demuestra que la variante ómicron es “difícil de contener” sin que tenga un “impacto económico dramático“.
“Quizá fue un poco prematuro que China retirara sus políticas de estímulo, las debería haber mantenido durante algo más de tiempo“, ha señalado.
No obstante, ha recalcado que ahora mismo “las condiciones de cada país son muy diferentes, por lo que no pueden tener la misma política en todos los sitios“, en contraste con la situación de 2020, cuando en el arranque de la pandemia se adoptaron medidas similares por todo el mundo.
(Vea: Banco Mundial recorta sus previsiones de crecimiento global).
En su discurso, Georgieva ha puesto como ejemplo lo que ocurre en materia de inflación en dos “gigantes” como Estados Unidos y Japón, ya que mientras que en el primero la subida de precios subyacente (sin tener en cuenta la energía) ronda el 5,5 %, el segundo cerró con una tasa de prácticamente el 0 %.
En este contexto, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ha avanzado una posible subida de los tipos de interés para controlar la elevada inflación, una retirada de los paquetes de estímulo que, en opinión del FMI, también tiene implicaciones en otros países con deuda en dólares, lo que puede enfriar su recuperación económica.
Por su parte, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha instado a ser “pacientes” a la hora de pedir subir los tipos en la Eurozona porque todavía no se dan las condiciones para ello.
Los datos de demanda y empleo de la Eurozona no van “a la misma velocidad” que en Estados Unidos y “no parece que vayamos a experimentar la misma inflación” que en ese país, ha subrayado, aunque ha asegurado que “una vez que los criterios (para subir los tipos) se satisfagan, actuaremos“.
De hecho, la presidenta del BCE prevé una moderación de la inflación en la Eurozona una vez que los costes energéticos se estabilicen en 2022 y se supere en los próximos meses el denominado efecto base, que se produjo al comparar los precios del pasado año con los de 2020, cuando estaban excepcionalmente bajos debido al impacto de la pandemia.
(Vea: El camino de Venezuela para salir de la hiperinflación tras 3 años).
Entre los motivos para este optimismo figura que la escalada de precios no se ha trasladado de momento a los salarios, ha añadido Lagarde, quien confía en que, a pesar de la elevada incertidumbre, esta tendencia aleje una espiral alcista de la inflación.
Las preocupaciones por los precios en Europa y Estados Unidos están lejos de las de Japón, según ha explicado el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, quien prevé que la inflación en el país continúe este año en el 1 % a pesar del crecimiento, por lo que mantendrá una política monetaria expansiva con el objetivo de situarla en el 2 % “tan pronto como sea posible“.
Asimismo, el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, ha presumido de la situación de su país pese a la pandemia y ha recordado que organismos internacionales como el FMI erraron en sus previsiones al augurar un impacto muy superior, “subestimando” su capacidad de resiliencia.
(Vea: Cómo cerraron 2021 las economías de Latinoamérica).
“No creo que la inflación sea un problema transitorio en absoluto” para los países occidentales, ha alertado Guedes, y ha subrayado que Brasil se ha movido “mucho más rápido” debido a que ya afrontó crisis de precios en el pasado.
EFE
Fuente: Portafolio