La encrucijada que tiene al sistema pensional en Colombia en crisis

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Hace unas semanas, durante un evento en línea realizado dentro de la trigésima cuarta Asamblea General de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), el candidato presidencial Alejandro Gaviria abrió el debate con la siguiente frase: “El sistema de pensiones en Colombia es un desastre –dijo–. El presidente que no aborde ese problema estará actuando de manera cobarde”.

Esos 106 caracteres quedaron después grabados en la cuenta de Twitter del aspirante, pero que hayan sido elaborados por un pretendiente a presidir la Casa de Nariño reflejan la dimensión de un tema que será uno de los más candentes en las próximas elecciones: la necesidad de una urgente reforma estructural, que tenga como ejes aumentar la cobertura, ser más sostenible fiscalmente y, sobre todo,que pueda beneficiaralos más vulnerables.

(Lea: Menor aporte de pensionados a salud sería de $466.868 millones). 

El sistema debe ser reformado, pero hay que ser objetivos: hay que modificar no solo el Régime de Prima Media (RPM) –el de Colpensiones–, sino también el de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) –el de los fondos privados–. Porque ambos tienen el enigma de su financiamiento: el primero paga pensiones más altas, que salen del presupuesto
nacional,y el segundo no acude a ese presupuesto, pero paga mesadas demasiado bajas
”, señala Stefano Farné, director del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado de Colombia.

Según este analista, la inequidad del sistema es evidente. Mientras que un trabajador afiliado a Colpensiones puede recibir como mesada hasta el 75% del salario promedio devengado en los últimos diez años, el que cotiza a un fondo privado puede recibir apenas el 25% de ese mismo sueldo.

Esa macondiana situación, que podría servir para escribir otro cuento como El coronel no tiene quien le escriba –en el que el protagonista muere sin recibir su pensión–, hace que hoy los asalariados se encuentren en una encrucijada debido a un sistema cuyas fallas dejan mal parado al país ante el mundo. Colombia, en efecto,ocupa el puesto 40 entre
las 44 naciones que son calificadas en el más reciente índice de Retiro del Natixis Investment Managers (GRI), el cual mide dónde es mejor jubilarse.Eso sí, supera a Brasil, que se ubica en el puesto 43.

(Además: Mesada pensional en 2022: cómo quedará con el mínimo a un millón). 

Según Natixis, este indicador se plantea como guía para las cambiantes decisiones que afrontan los jubilados, cómo se centran en sus necesidades y objetivos para el futuro,yen dónde y cómo deben preservar el patrimonio de la manera más eficiente mientras disfrutan la jubilación.

Pero el panorama nacional no es claro y la pandemia hizo más visibles los problemas estructurales que sufre el sistema pensional. Uno de los principales es el de la cobertura. Según el Dane, entre enero y octubre del 2020 el 48,6% de los colombianos ganaba menos de un salario mínimo, por lo que están excluidos por la ley del sistema pensional. A eso se le suma que la informalidad de los trabajadores es de a 48,1% en las 23 ciudades y áreas metropolitanas, que son las principales capitales que tiene el país.

Ante ese panorama señala un informe presentado por la Organización Internacional del Trabajo y por el Observatorio Laboral de la Universidad Externado–, la cobertura pensional se concentra en los asalariados.

Junto con la totalidad de los empleados públicos, un 70% de los empleados del sector privado estaba cotizando en el 2019 (promedio anual). En cambio, entre los trabajadores autónomos, la cobertura era del 11%, a pesar de la obligatoriedad impuesta por la Ley 797 desde el 2003”, dice el reporte presentado en diciembre del 2020.

No obstante, para el director de ese observatorio, no puede culparse del todo al régimen de prima media administrado por Colpensiones. “El gasto estatal en ese rubro es relativamente bajo –dice Farné–: es de un 3,5% o 4% del PIB. En los países europeos, ese porcentaje llega a un 10%, aunque cabe anotar que el de Colombia es pequeño, pero porque hay pocos pensionados. Eso es preocupante y hay que corregirlo con una reforma pensional”.

(Lea: Diagnóstico del mercado laboral colombiano). 

Un dato sorprendente y revelador es el que este experto revela. “La gran mayoría de pensionados de Colpensiones, un 80%, recibe entre uno y dos salarios mínimos. Los que ganan más de 20 o más salarios mínimos son apenas entre 200 y 300. O sea que tampoco es que haya un montón de gente a las que estemos subsidiando. Que hay que corregirlo, sí, pero no creo que pensar en la jubilación de 300 personas arregle el problema”, dice.

Para la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), por el contrario, la mala focalización de los subsidios en el Régimen de Prima Media es en buena parte responsable de las dificultades en términos de cobertura, inequidad y sostenibilidad financiera del sistema pensional colombiano. “Tan solo los subsidios implícitos representan 3 puntos del PIB cada año”, destacó la entidad en un documento publicado en la última semana de septiembre pasado.

Problema que además se empeora puesto que estas ayudas favorecen a personas de más altos ingresos. De acuerdo con la entidad, “el 74% de los subsidios que existen en el RPM beneficia al 20% más rico de la población, mientras que tan solo el 0,5% de los apoyos se dirigen al 20% más pobre de los ciudadanos del país”.

Además de la reforma necesaria, otra de las preocupaciones que existen sobre el futuro pensional en Colombia tiene que ver con la transición etaria de los colombianos en el largo plazo y su impacto en la economía.

(Siga leyendo: Qué subirá con el salario mínimo y qué con la inflación). 

En la última publicación de Borradores de Economía del Banco de la República,los investigadores Fernando Arias Rodríguez y Julián Parra Polanía revisaron los efectos que
tendría el envejecimiento poblacional en las próximas décadas en el sistema y hallaron que, en la actualidad, alrededor del 12% de la población en el país es mayor de 60 años y que esa proporción aumentará a alrededor de 30% en el 2060.

Esto, según los analistas, llevaría a que “en los próximos 30 años la cantidad de personas enedad de trabajar por cada una en edad de pensión se reduzca a menos de la mitad”.
Este panorama traería consigo un golpe directo sobre el presupuesto nacional, pues habría menos jóvenes en edad de producir, lo que afectaría variables como salarios, tasa de interés,inflación y tarifas impositivas, entre otras.

Eso hace aún más necesaria una reforma pensional que, deberá adelantar el próximo presidente de la República si quiere pensar en ciudadanos que llegan a la encrucijada final de sus vidas.

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Fuente: Portafolio