El Banco Central de Rusia (BCR) mantuvo este viernes el tipo de interés en el 20 %, tras haberlo duplicado el mes pasado por las primeras sanciones occidentales a la llamada “operación militar especial” del Kremlin en Ucrania, y predijo “una gran incertidumbre” en los próximos tiempos sobre la actividad económica.
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En su reunión ordinaria, la junta directiva del organismo monetario ruso decidió no subir el tipo de interés tal y como se esperaba, después de haberlo subido el pasado 28 de febrero del 9,5 % al 20 %, informó en un comunicado.
“En el contexto de un cambio drástico en las condiciones externas, el fuerte aumento en la tasa de referencia del Banco de Rusia del 28 de febrero ayudó a mantener la estabilidad financiera y evitó aumentos de precios descontrolados”, asegura la entidad, que no menciona sus expectativas de inflación ni del PIB.
Únicamente indica que las estimaciones semanales muestran que la inflación “se ha acelerado significativamente desde principios de marzo”.
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El Ministerio de Desarrollo Económico informó el miércoles de que la inflación anual en Rusia, entre el 5 y el 11 de marzo, subió al 12,54 % frente al 10,42 % anual de la semana precedente, cuando Rusia lanzó lo que domina “operación militar especial” en Ucrania.
La junta directiva del Banco de Rusia en febrero pasado aún pensaba que la inflación iba a volver en 2023 al objetivo del 4 %, pero la situación actual le ha obligado a aplazar la meta al 2024.
“La economía rusa está entrando en la fase de una transformación estructural a gran escala, que irá acompañada de un período temporal pero inevitable de aumento de la inflación, relacionado principalmente con los ajustes de los precios relativos en una amplia gama de bienes y servicios”, sostiene.
La entidad gobernada por Elvira Nabiúlina afirma que la política monetaria del Banco de Rusia está configurada “para permitir una adaptación gradual de la economía a las nuevas condiciones y un retorno de la inflación anual al 4 % en 2024”.
“Los movimientos de precios actuales están impulsados en gran medida por un aumento en la demanda de los consumidores de categorías de productos individuales en un contexto de mayor incertidumbre y expectativas de inflación crecientes, así como por el debilitamiento del rublo desde principios de 2022”, indica.
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En cuanto a la actividad económica, el Banco de Rusia señala que, los indicadores adelantados “sugieren un deterioro de la situación en la economía rusa”.
“Las empresas de muchas industrias informan sobre dificultades logísticas y de producción en medio de las restricciones comerciales y financieras impuestas a Rusia. Un gran aumento de la incertidumbre pesa mucho sobre el sentimiento y las expectativas de los hogares y las empresas”, admite.
Según estimaciones del Banco de Rusia, el PIB “se reducirá en los próximos trimestres”, sin que la entidad se atreviese a poner cifras a este descenso augurado.
“Esta caída estará impulsada principalmente por factores del lado de la oferta, lo que producirá un efecto desinflacionario limitado”, explica.
“Las medidas de estímulo que están adoptando el Gobierno y el Banco de Rusia limitarán la escala de la desaceleración económica”, asegura el organismo monetario ruso, que en febrero pasado predijo aún un aumento del PIB para este año de entre un 2 % y un 3 %.
Asimismo, afirma que “una mayor vía de recuperación de la economía rusa estará determinada en gran medida por el grado y la velocidad de su ajuste a las nuevas condiciones” generadas por las sanciones occidentales.
EFE
Fuente: Portafolio