El mundo empresarial le da la espalda a la guerra de Rusia

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Una a una, como bola de nieve que se hace más grande al caer por la montaña, decenas de empresas multinacionales de renombre de Occidente han abandonado o frenado sus operaciones en Rusia, en lo que han argumentado un “rechazo a la guerra” que este país libra con Ucrania desde hace una semana.

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Esta imagen que deja la violencia contrasta con las históricas fotografías que retratan largas filas de ciudadanos rusos, por ejemplo, esperando para entrar a un restaurante de McDonald’s tras la llegada inmediata de las empresas.

Desde el gigante energético BP, pasando por la multinacional Ikea, la marca de lujo Hermès o los más recientes filmes de las productoras estadounidenses.

El éxodo de empresas abarca múltiples sectores, como el energético o el tecnológico; y sus razones para abandonar el país van desde ser presionadas por las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, Europa y sus aliados; los desafíos logísticos del conflicto o el riesgo de su imagen corporativa.

Teniendo en cuenta el contexto actual inherente a las sanciones internacionales, las empresas están expuestas a un riesgo importante en sus cadenas de suministro”, indicaron Philippe Métais y Elodie Valette, abogados asociados al gabinete Bryan Cave Leighton Paisner.

Un antecedente a este éxodo masivo fue la reunión del European Round Table of Industry (ERT), el conglomerado empresarial más importante del viejo continente con la cúpula gubernamental de la región, el presidente francés Emmanuel Macron; la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el canciller alemán Olaf Scholz y el líder del Consejo Europeo, Charles Michel.

En la reunión de este lunes pasado, los jefes de este grupo empresarial, que reúne a más de 70 empresas, anunciaron su respaldo pleno a las sanciones económicas impuestas por Europa y ratificaron su apoyo a la “paz y la libertad”.

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Dentro de este conglomerado empresarial, que genera más de 14 mil empleos, se encuentran firmas como A.P. Moller-Maersk (Dinamarca); Airbus (Francia); Grupo BMW (Alemania); Ericsson (Suecia); Nestlé (Suiza); Inditex (España); Heineken (Países Bajos); Nokia (Finlandia);Grupo Smurfit Kappa (Irlanda); Solvay (Bélgica); BP (Reino Unido), entre otras.

Esta petrolera británica, por ejemplo, fue de las primeras en reaccionar y vender su participación del 19,75% que posee en el otro gigante energético Rosneft, controlada por el Estado ruso.

Con esta decisión, BP se desprende así de un activo que le permitió incluir el año pasado 1,1 millones de barriles de crudo a su producción total de poco más de 2 millones.
Estas acciones fueron transadas el año pasado en US$14 mil millones, pero cada día su valor disminuye ante la crisis en Europa del Este.

Los directivos de BP creemos que estas decisiones son lo mejor para los intereses a largo plazo de nuestros inversionistas”, declaró en su momento Helge Lund, presidente de la compañía británica.

“La decisión de salir de Rosneft le costará mucho a BP, pero el consejo de administración, impactado, se dio cuenta de que no había más opción que pagar el precio fuerte y distanciarse de sus actividades desde el inicio de la agresión rusa”, señaló a AFP, Susannah Streeter, analista en Hargreaves Lansdown.

La energética Shell también anunció que se retiraba del país vendiendo su participación accionaria en las empresas conjuntas con Gazprom, entre esas, el 10% que posee en el proyecto Nord Stream 2, que se fue a la quiebra tras el inicio del conflicto bélico.
Es importante destacar que la salida de firmas energéticas puede causar un impacto en este país, uno de los líderes del sector a nivel mundial.

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De este sector también anunció su retiraron el estatal noruego Equinor y ExxonMobil, al tiempo que la francesa Total dice que “no invertirá en nuevos proyectos” en el país del que general el 3% y 5% de sus ingresos totales,

Pero no solo gigantes de hidrocarburos se han ido, sino que el éxodo también lo marcan firmas automovilísticas como General Motors, Ford, Volkswagen, Volvo, Daimler, BMW, entre otras, quienes han anunciado la suspensión de sus ventas y producción en dicho país y en el caso de la automotriz de Detroit, el cese completo de sus operaciones.

Las tecnológicas también han anunciado su retiro total o la suspensión de sus servicios en el gigante euroasiático.

La sueca Spotify cerró su oficina local; Netflix frenó la adquisición de proyectos; mientras Microsoft, Electronic Arts, Oracle, Dell y SAP cancelaron la venta de sus productos.
Google, Twitter, YouTube, Meta, Roku, Apple, entre otras, han suspendido el acceso a los canales mediáticos del Estado ruso y, en algunos casos, han limitado el cobro por publicidad. En el caso de la marca de la manzana, también se ha pausado la venta de sus equipos en Rusia.

Airbnb, la empresa de alquileres, también anunció que se va del país y del vecino Bielorrusia.

La multinacional sueca de muebles Ikea señaló a finales de esta semana que suspende operaciones en ambos territorios. Cerca de 15.000 empleados se verán afectados por la decisión.

Por otro lado, multinacionales del entretenimiento como Universal, Warner Bros, Disney y Sony, han suspendido los estrenos cinematográficos más recientes y empresas del sector moda, como Adidas, Nike, Hermès, H&M y Chanel, han suspendido la venta de productos en el país.

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Para la firma sueca H&M, el mercado ruso de moda significó US$450 mil millones en 2021.

Firmas consultoras como el Boston Consulting Group, McKinsey & Co. y McKinsey & Co., han anunciado en las recientes horas, la suspensión de sus actividades en Rusia. Esta última tiene cerca de 400 colaboradores en la capital moscovita.
Otras firmas que han decidido frenar operaciones han sido las aeronáuticas Airbus, Boeing, Embraer; Nokia y Ericsson, en telecomunicaciones; las navieras MSC y Maersk.

ROBERTO CASAS

Fuente: Portafolio