El gobierno del demócrata Joe Biden evalúa pagos digitales “como parte de las soluciones innovadoras” que estudia para facilitar la transferencia de dinero de Estados Unidos a Cuba, dijo una funcionaria estadounidense.
Las remesas, sostén para muchas familias y clave para la economía cubana, fueron restringidas durante el gobierno del republicano Donald Trump (2017-2021) para evitar que el régimen comunista cubano se beneficiara como intermediario.
Biden, su sucesor, había prometido volver a permitir esas transferencias, pero tras las inéditas manifestaciones que estallaron en julio pasado en la isla, anunció que buscaría formas para asegurar que el dinero llegara directamente a manos del pueblo cubano.
Jalina Porter, portavoz adjunta del Departamento de Estado, señaló que el grupo de trabajo sobre remesas creado tras las protestas transmitió en agosto pasado su análisis con otros miembros de la administración Biden.
“La administración continúa considerando estas opciones y explorando soluciones innovadoras. Y eso también incluye pagos digitales como parte de las soluciones”, indicó, sin dar fechas sobre su eventual implementación.
Porter dijo que el objetivo es “explorar opciones para facilitar remesas a Cuba que beneficiarían al pueblo cubano y permitirían que las familias cubanas se mantuvieran, y también minimizar o eliminar los beneficios tanto al régimen cubano como a sus militares”.
“Nuestra política hacia Cuba se enfoca ante todo en el apoyo al pueblo cubano”, enfatizó.
La revisión de la política estadounidense hacia Cuba, que coordina el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, sigue en curso.
El envío de dinero por parte de la diáspora cubana a sus familiares en la isla, virtualmente prohibido por dos décadas tras la revolución cubana de 1959, totalizó en 2019 unos 3.720 millones de dólares, según el grupo Havana Consulting Group, con sede en Miami.
Expertos estiman que más de dos tercios de las personas en Cuba dependen de las remesas para subsistir, y que más del 90% de quienes las envían están radicados en Estados Unidos. Pueden hacerlo de manera informal, llevando el dinero ellos mismos o contratando a otras personas (“mulas”), o a través de servicios de transferencia de dinero.
Pero esto se ha dificultado desde 2019, cuando Trump limitó los viajes a Cuba y prohibió el procesamiento de remesas a través de entidades controladas por el gobierno de La Habana o los militares, endureciendo el embargo económico que Estados Unidos aplica desde 1962 a la isla caribeña con el fin de forzar un cambio de régimen.
Fuente: El Nuevo Siglo